Divina Vida romance Capítulo 8

Luego de revisar mi apartamento por todos lados y leer nuevamente la carta de desalojo me permito hundirme en mis pensamientos ¿Qué hago ahora? Me siento deprimida, como antes y eso me asusta. Antes de que vengan los pensamientos malos a invadir mi cabeza tomo cartas en el asunto y con el poco dinero que he juntado salgo de casa y me dirijo al primer hotel que encuentro, pregunto por el precio por unas noches y es demasiado dinero. Vuelvo a salir del hotel y sigo caminando mientras cae la tarde a mis espaldas. Justo cuando creía que todo comenzaba a ir mejor resulta todo lo contrario, me había olvidado de algunas cuentas pendientes que tenía con cierta inmobiliaria y ahora aquí estaba, debatiéndome en si era bueno o no quedarme en el motel que se alzaba a unas manzanas de donde me encontraba.

No tenía otra opción, camino las manzanas hasta el motel y pregunto por algunas noches, me alcanza el dinero para pagar por una semana completa y sin más me dirijo a mi nueva habitación, en definitiva no es el mejor lugar para quedarse, hay pasillos sucios y desde algunas puertas escucho gritos de placer, me siento cohibida y camino más rápido hasta el número 107, entro a mi nuevo hogar cansada luego de caminar una tarde entera.

La habitación consta de una cama pequeña, un tocador y una pequeña mesa para comer, hay un baño a la izquierda que no tiene puerta, solo una cortina plegable y suelto un suspiro. Me siento en la cama tomando mi cabeza con mis manos, intento tranquilizarme sola, sacar el lado positivo de todo esto pero no lo encuentro, no tengo a nadie que pueda acogerme, nadie que pueda ayudarme, solo estoy yo, y eso me está matando. Sin darme cuenta caigo rendida en una de las almohadas y cierro mis ojos por unos segundos, me quedo dormida en cosa de segundos y al día siguiente me despierto con algunos sonidos sexuales provenientes de la habitación contigua, tapo mis oídos con mis dedos pero nada funciona, hasta que la pareja termina de hacer lo suyo puedo dormitar algunos minutos más pero sé que debo levantarme.

Tomo las llaves y vuelvo a mi otro apartamento, allí cojo algunas ropas y tomo un baño, decido despejar mi mente mientras el agua cae por mi cuerpo y pensar qué rayos hacer, mientras tanto intentaré juntar dinero para comprar una cama pero sé que cuestan mucho dinero. Además, también debería pagar el mes de alquiler de este departamento y con todo lo que gasté en el motel eso se veía poco probable. Me niego a quedarme de brazos cruzados y durante todo el día domingo voy de banco en banco pidiendo algún crédito, pero cada puerta se me cierra en las narices por mi historial delictivo y mis constantes deudas. Cae la noche mientras aún no llego al motel, debo distribuir mi dinero lo mejor que pueda para poder sobrevivir, apenas puedo comprar un pequeño chocolate para cenar porque no tengo más dinero, estoy perdida, totalmente perdida.

Al día siguiente me levanto para ir a la mansión, pasó a mí apartamento a asearme y vestirme, tomo el autobús perdida en mis pensamientos, estoy casi segura de que no podré pagar todas las deudas. Camino hasta la mansión y entro al salón principal sin ánimos, allí está Jeanne Nizzari hablando con dos personas diferentes y me da un saludo asintiendo con su cabeza. Decido esperar a que termine su conversación y luego se acerca a mí con una sonrisa de oreja a oreja.

-Buenos días Emma ¿Te encuentras bien?- pregunta luego de que solo fuerce una sonrisa.

-Si señora, solo estoy cansada-miento.

-Está bien, te pondré al corriente-me hace una seña para que la siga y así lo hago, caminamos hasta su despacho y allí se apoya en su escritorio mientras yo me quedo de pie mirándole.

-En unos días es el cumpleaños de Marie, estoy organizando una fiesta y he pedido ayuda a ciertos decoradores para que se encarguen de ello, también a una organizadora de fiestas infantiles y necesito que mantengas alejada a Marie durante estos días, quiero que sea una sorpresa para ella...

Asiento sin más y Jeanne me sonríe.

-También quería decirte que estás invitada a la fiesta de mi pequeña, se ha apegado a ti en este tiempo y estaría muy feliz de que vinieses ¿Aceptas? Claro, si no es un inconveniente para ti...

-No lo es señora Jeanne, claro que vendré-digo segura y ella se levanta asintiendo.

-Debo seguir con los preparativos, por favor que Marie no baje a la primera planta por ningún motivo, dile que estoy con mi ayudantes de la empresa en algo muy importante por favor...

Asiento y Jeanne se queda mirándome como si quisiera preguntar algo, pero no lo hace y baja las escaleras mientras yo me dirijo al cuarto de Marie. Pasamos toda la mañana jugando en su habitación y solo bajo para preparar su desayuno y almuerzo, algunas veces veo a Jeanne caminando de un lado para otro de la mansión hablando con diversas personas y solo algunas veces su mirada recae en mi, pero cuando lo hace es de forma intensa y debo dejar de mirarla tanto tiempo.

Cuándo finaliza el día Jeanne sube cansada pero con una sonrisa en su rostro hasta la habitación de Marie, pasamos un tiempo con ella hasta que debo irme y Jeanne me deja personalmente en la puerta de la mansión.

-Gracias por mantener distraída a Marie, eres una de las mejores personas que he conocido Emma, tengo suerte de que seas la niñera de mi pequeña...

Me avergüenzo de sus palabras y termino por sonrojarme, Jeanne ríe ante mi expresión y para mí sorpresa toma una de mis manos y me observa atenta.

-Hoy te he visto perdida Emma, sé que soy tu jefa pero puedes contarme lo que sea, puedes confiar en mí...

Me quedo callada sintiendo su mano apretar la mía y por un segundo me planteo decirle todo, mis deudas, mi nuevo hogar, el dinero que debo...pero no lo hago, no quiero que para sus ojos sea solo una niña perdida y desorganizada, niego con mi cabeza y le doy las gracias soltando su agarre. Camino hasta mi habitación en el motel y me quedo dormida al instante. Durante la semana es la misma rutina, voy desde el motel a la mansión y allí me encargo por todos los medios de que Marie se distraiga y no baje las escaleras. Estoy agotada y se está terminando mi semana de dinero, el siguiente lunes ya no sabré qué hacer, no tengo dinero, no tendré ni siquiera una habitación ni menos comida...

-¿Emma?-escucho la voz de Jeanne llamarme y me doy la vuelta, ella está en la puerta de la habitación de Marie no sé desde hace cuánto tiempo llamándome.

-Perdone-suelto de inmediato-¿Qué necesita señora?

-Sígueme por favor-bajamos hasta la primera planta y allí noto como un enorme pastel de cumpleaños viene llegando transportado por tres hombres.

-Vendrán muchos invitados y algunos familiares, creo que con ese pastel alcanza para todos...por cierto, el cumpleaños es este sábado a las tres, espero que vengas Emma...-dice mirándome y yo intento sonreírle.

-Lo intentaré-digo sincera y Jeanne eleva su ceja- he estado ocupada con algunas cosas señora Jeanne, pero haré el esfuerzo-digo asintiendo y ella termina por aceptar.

Al siguiente día otros preparativos comienzan a llegar y Marie insiste en bajar para saber que sucede en la primera planta, pero hago hasta lo imposible para distraerla y que olvide de todo el moviendo de abajo, Jeanne parece ocupada cuando bajo por el almuerzo de Marie, va de un lado a otro poniendo en orden algunas decoraciones y alimentos, estoy casi segura de que esta estresada. Cuando sus ojos dan con los míos le dedico una sonrisa de apoyo y ella se queda mirándome largos segundos hasta que finalmente me sonríe de vuelta, parece querer acercarse pero es invadida por dos decoradoras y vuelvo en la tarea de preparar la comida.

Finalmente llega el día sábado y me debato sobre ir o no, vuelvo a mi apartamento para buscar algún regalo que pueda darle a Marie pero no tengo nada para ella, me avergüenza llegar con la manos vacías y decido mejor no ir, no podré con la mirada de Jeanne si nota eso, el dinero me está carcomiendo... Son pasadas las tres de la tarde y continúo en el apartamento, puedo sentarme en el suelo y escribir algunos planas sobre que hacer para continuar una semana viviendo en el motel, pero no puedo pagar nada más, soy interrumpida por toques en mi puerta y me levanto para ver quién es.

-Buenas tardes ¿Es usted Emma?-pregunta un hombre vestido elegante y yo asiento-he venido por usted para llevarla al cumpleaños de la señorita Marie, mi jefa la señora Nizzari ha pedido expresamente que venga por usted y que me acompañe.

Me quedo perpleja parada allí frente a ese hombre ¿En serio Jeanne me había mandado a un chófer para ir? Termino por acceder luego de más palabras de insistencia por parte del hombre y le pido que me espere abajo mientras me visto. Doy vuelta casi todo el armario buscando algo que ponerme, encuentro un vestido rojo que había usado años anteriores para una ocasión parecida, es sencillo y llega a mitad de mis muslos, se apega a mis caderas y cuerpo como un guante. Cuando me observo al espejo parezco otra, suelto mi cabello y me aplico más maquillaje que de costumbre, solo tengo un par de zapatos pero los uso de todas formas, me veo una y otra vez, a veces olvido que mi cintura es moldeada y que mis caderas realzan mi cuerpo, cuando veo la hora ya son las cuatro de la tarde y corro bajando las escaleras. El hombre me espera apoyado en un coche que claramente es demasiado costoso y me abre la puerta, le doy un gracias y partimos hacia la mansión.

No tengo nada para Marie y en el camino voy avergonzada, claramente todos le darán regalos costosos y yo...le pido al chófer que se detenga en una tienda de golosinas y entro sin más, me quedan solo unos dólares para sobrevivir y lo gasto en una pequeña caja de dulces, pido que la envuelvan y queda un pequeño regalo pero espero que sea suficiente. Vuelvo al coche y continuamos el camino hasta que finalmente al final de la calle veo la gran mansión, cuando bajo vuelvo a darle las gracias a el hombre y entro observando cómo está decorada gran parte de la mansión, hay detalles dorados que se mezclan las paredes blancas y grandes globos que abarcan la entrada. Suspiro antes de entrar y cuando lo hago veo un montón de gente hablando y tomando copas, hay niños que corren por todos lados y me siento extraña siendo observada por gente que no conozco.

Doy algunos pasos hasta el salón principal y absolutamente todo está decorado y lleno de comida, veo algunos rostros y sé que es gente importante porque algunos los reconozco de la televisión, me quedo parada allí sin saber que hacer hasta que diviso a Jeanne hablando con dos mujeres a un rincón del salón, sonríe y la observo de pies a cabeza, lleva un vestido floreado que llega hasta su rodillas y su cabello cae en ondas por su espalda, en definitiva es una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida. Sus ojos se desvían y dan con los míos, se queda absorta mirándome y yo también lo hago, su rostro cambia por completo y yo me remuevo incómoda, me observa con descaro y sin vergüenza alguna de pies a cabeza, desde aquí puedo notar con reclame sus labios y parece perdida en mi, le dedico una sonrisa avergonzada de su mirada pero ella solo tiene ojos para mí, todo de mi. Las personas con las que hablaba notan su desvió y siguen su mirada hasta mi, solo entonces Jeanne Nizzari parece despertar y noto como parecer avergonzada, desvió mi mirada cuando Marie pasa a mi lado corriendo y la detengo para abrazarla y decirle feliz cumpleaños.

-¡Gracias Emma! Estoy feliz de que vengas !hay un pastel gigante!- dice abrazándome- quiero que conozcas a todos mis amigos, ven y...

-Eres un sol Emma-dice observa levantándose con cuidado- creo que me he excedido con algunas copas...

-Si-asiento y ella me sonríe, aún noto como sigue bajo los efectos del alcohol porque va por un vaso de agua y se tambalea.

-Es mejor que se acueste señora, si quiere le puedo ayudar a subir...

-Seria un gran favor cariño...-me repongo como puedo de sus palabras y le ayudo a subir, apega sus brazos a mi cintura, mientras subimos las escaleras y no deja de abrazarme hasta que llegamos a su habitación, Jeanne hace un mal movimiento porque cuando menos me los espero estoy tirada en su cama con ella sobre mi.

-Perdona....no moví uno de mis pies...-dice sobre mí y yo comienzo a temblar al sentir todo su cuerpo sobre mi, en especial en mis caderas. Jeanne parece querer tomar distancia pero se queda quieta en su lugar observándome, sus cabellos caen a mi lado y la distancia entre su rostro del mío es de apenas unos centímetros. Nos quedamos en silencio, sus ojos recorren mi rostro y muerde su labio inferior, mientras yo solo puedo quedarme estática esperando ser liberada de sus ojos.

-Sé que no debería hacerlo-susurra-pero no puedo mantenerme lejos de ti...

Abro mis ojos sorprendida y Jeanne se acerca hasta depositar un beso en mi mejilla.

-No sé qué haces conmigo Emma...eres un ángel que domina cada uno de mis pensamientos...

-Señora, está bebida, no puedo...

-Shhh...-susurra en mis labios-bendigo al alcohol que me hace poder decirte estas cosas...

-Señora, por favor, es mejor que descanse..-digo intentando levantarme pero Jeanne toma mi rostro con una de sus manos y comienza a acercase a mis labios. Amablemente tomo su cintura y alejo su cuerpo del mio, no puedo hacerlo, no con Jeanne bebida, seria aprovecharme de su situación y mis fuerzas de voluntad se están acabando. Ella se queja pero me levanto y ella también lo hace.

-No huiras de mi Emma...

Jeanne Nizzari avanza un paso hasta mi y con una de sus manos eleva mi mentón, siento sus dedos recorrer mi mentón y mejilla, veo sus ojos brillar y estoy tan sorprendida y nerviosa que no puedo reaccionar. Acerca su cuerpo al mío y agarra mis cintura con sus manos, hasta que sin esperarlo sus labios se unen a los míos y yo no puedo seguir luchando contra ello, sus labios suaves se juntan con los míos y de inmediato le correspondo, siento sensaciones que recorren mi cuerpo mientras sus manos viajan por mi espalda y cintura, toma posesión con más fuerza de mis labios y me apega a la pared de de su habitación aún con sus labios recorriendo cada parte de mi boca, mis manos agarran su mandíbula y si es posible la apego aún más a mi, Jeanne suelta un gemido silencioso y continua recorriendo con sus manos mi cuerpo, mis muslos y mis caderas son su principal entretención y la mía es su rostro. Estamos tanto tiempo besándonos que pierdo la sensación de especio-tiempo, son solo sus besos y los míos, su cuerpo apegado a mi y sus toques que me dejan vuelta loca.

Cuando se nos acaba la respiración nuestros cuerpos respiran agitados y Jeanne Nizzari toma mí mentón entre sus manos.

-Eso ha sido...maravilloso....

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Divina Vida