Asier se esforzaba por recordar cuándo había dicho esas palabras y cómo había sido posible que Elia las escuchara.
Después de darle vueltas, se dio cuenta de que no podía recordarlo, no tenía idea de cuándo había dicho algo así.
Se había golpeado la cabeza, había estado en coma por tres años y, si no era algo realmente importante, había cosas que ya había olvidado por completo.
"Ay, si no te acuerdas, no le des más vueltas. Lo que pasó, pasó, yo te creo y no voy a seguir dándole vueltas al asunto." Dijo Elia, podía ver que Asier estaba esforzándose por recordar, pero su expresión era de frustración, como si no pudiera traer esos recuerdos a la superficie.
Rápidamente, tomó del brazo a Asier, le sonrió dulcemente y le dijo que no se preocupara.
Elia también recordó que Asier había sufrido un fuerte golpe en la cabeza, había estado inconsciente por tres años y que el hecho de que hubiera despertado y estuviera actuando como una persona normal era ya un logro increíble.
¿Para qué hacerlo pensar en cosas del pasado que no tenían importancia?e2
Pensando en la situación de Asier, Elia no pudo evitar empezar a preocuparse. Aunque las piernas de Asier ya estaban mejor, había tenido problemas para levantarse después de agacharse.
Elia temía que todavía no estuviera completamente recuperado.
Elia se agarró del brazo de Asier y sugirió: "Vamos a la clínica del Dr. Díaz a echar un vistazo."
"¿Para qué ir a la clínica?" preguntó Asier.
"Hace mucho que no veo a mi tía Josefina, ¿qué tal si vamos a visitarla? Además, ya estamos casados, y esa gran noticia, por supuesto, tengo que contársela a mi tía." Elia no mencionó directamente que quería que Asier se hiciera otro chequeo.
Esa excusa fue suficiente para convencer a Asier.
"Sí, de verdad que deberíamos visitar a Josefina y contarle la noticia." La voz de Asier sonaba cálida.
Elia sonrió y se recostó en su hombro, su gesto era natural y cercano, sin la menor distancia entre ellos.
Elia y Asier se miraron, y Elia, movida por la curiosidad, se preguntaba qué hombre gritaría de esa forma mientras lo atendían.
¿Acaso la manera de tratar pacientes del Dr. Díaz se había vuelto tan dolorosa?
Elia, todavía cogida del brazo de Asier, se dirigió hacia la habitación de donde provenían los gritos.
Antes de llegar a la puerta, escucharon una voz femenina que decía: "¡Cállate ya, que no te he tocado nada importante, a qué viene ese escándalo!"
La voz de la mujer sonaba feroz.
Elia reconoció de inmediato quién era: ¡era Floria!
Al escuchar que la voz era de Floria, Elia apresuró el paso.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡Domestícame! Mi pequeña y gran Elia
excelente cada capítulo es mejor amo esta historia...
suban mas capitulos por favor es excelente la historia...
Suban más por favor 🙏🏼 muy buena historia 💝...
Suban más capítulos 🙏🏼...