Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 1

"Donita, ¿ya volviste de la competencia?"

Donia Hernández pedaleaba su bicicleta de color negro intenso, justo cuando pasaba por la tienda en la esquina de la calle, la anciana que estaba de pie en la entrada la llamó.

Ella presionó suavemente el freno y con la punta del pie tocó el suelo y se quitó el casco con destreza, dejando caer su larga cola de caballo que instantáneamente se esparció. Ya de por sí tenía unos rasgos finos y atractivos, ahora, con su aspecto desenfadado, irradiaba una indescriptible mezcla de gracia y frescura.

La anciana observaba a Donia e internamente, no podía evitar sentir admiración. Esta chica guapa era diferente, incluso montando bicicleta desprendía un aire que no era común en la gente del lugar.

"Ah, parece que ha llegado visita a tu casa. Han venido en un carro que se ve muy elegante, mi hijo dice que ese auto vale una fortuna, que no hay otro igual en todo el condado," la anciana comentaba, haciendo grandes gestos con las manos para enfatizar.

Donia escuchaba pensativa, sin que su rostro expresara ninguna otra emoción.

Viendo que Donia no decía nada, la anciana miró cautelosamente alrededor y se acercó a ella, bajando la voz como si compartiera un secreto: "Dime la verdad, Donita, ¿cómo es que tu familia conoce a gente tan rica? ¿O será que tienen problemas con alguien?"

Recordaba que el año pasado también había llegado un carro a su casa y al final había habido una discusión muy fuerte.

Donia parpadeó, algo divertida por las suposiciones de la anciana y para evitar malentendidos, respondió en un tono suave, "Quizás sea un pariente lejano."

Tras esas palabras, la anciana frunció el ceño confundida, pero antes de que pudiera preguntar más, Donia ya se había puesto el casco de nuevo y se despedía con un gesto, "Señora Ana, ya me voy."

La anciana miró la figura de Donia alejándose en bicicleta y murmuró para sí misma después de un rato: "Pero si su familia es conocida por tener dificultades económicas, ¿de dónde sale un pariente lejano?"

¿Y uno que además es tremendamente rico?

"Madre, ¿por qué eres tan terca? ¿Qué tiene este lugar que vale la pena que te aferres tanto a él?"

"Te he comprado un apartamento grande en la ciudad y contraté a una empleada que te cuidará, es mucho mejor que aquí.

Mira este suelo oscuro, estas paredes descoloridas y arriba, todavía se filtra el agua cuando llueve, ¿no?

Tu salud no es buena y sigues viviendo en esta vieja casa húmeda y con moho. La gente pensará que somos una familia pobre y que no velamos por ti."

Donia, aún en el patio, reflexionó sobre esas palabras.