Donia: Falsa Heredera, Múltiples Vidas romance Capítulo 5

Donia sonrió suavemente, mostrando una ternura poco común en su semblante sereno. Acarició con delicadeza las canas en las sienes de la anciana y con una voz suave como para calmar a un niño dijo, "Ya he gestionado mi traslado de escuela, es hora de partir. Debe cuidarse mucho y no olvide tomar sus medicamentos a tiempo. Cuando regrese a Rivella, la visitaré, ¿de acuerdo?"

Regina sintió la dulzura en su mejilla y su garganta se secó aún más. Después de un momento, apretó la mano de Donia con la suya, "Está bien, haré lo que tú dices."

"Eso está bien," Donia asintió satisfecha.

Marisol observaba a un lado y no pudo evitar sentir un sabor amargo. Había hablado hasta quedar afónica y no había logrado que la anciana accediera a regresar con ella a la ciudad, pero ahora, con solo unas pocas palabras, esa chica salvaje había conseguido un sí.

¡Parecía que había subestimado la habilidad de esa chica para engañar a la gente!

Justo en ese momento, la ambulancia llegó.

Poco después, bajo la insistencia de Marisol, la anciana fue llevada en la ambulancia por el personal médico para ir al hospital. Antes de irse, Marisol no olvidó insistir a Donia que se marchara rápidamente.

Después de la partida de Marisol, Donia subió a su habitación y sacó la maleta, que ya había preparado debajo de la cama.

Incluso sin el episodio de hoy con Marisol, ya estaba a punto de irse.

Durante los meses que había tomado el nombre y la vida de esta persona, no se había ido con la familia Hernández porque, en primer lugar, estaba preocupada por la salud de Regina y en segundo lugar, estaba en medio del segundo semestre de su penúltimo año de bachillerato. Así que había acordado con los padres biológicos de su cuerpo que una vez terminado el semestre, se transferiría para su último año.

Sacó una carta del cajón de un viejo escritorio, limpió suavemente sus bordes con sus dedos largos y luego la metió en su mochila.

***

"Entonces, vecino, ¿estás aquí solo para burlarte de tu salvadora?" Donia cruzó los brazos y sonrió con sarcasmo.

Conociéndola desde hace casi un año, Federico estaba acostumbrado a que Donia ni siquiera hubiese preguntado su nombre y persistiera en llamarlo vecino. Por supuesto, él también sabía algo sobre la complicada historia de Donia.

"¿Qué planeas hacer ahora?", preguntó Federico, levantando una ceja. Su rostro bajo la gorra era impresionantemente atractivo, especialmente sus ojos profundos como estrellas, infinitos.

Después de una pausa, añadió, "Claro, si no tienes otro lugar a donde ir, podría ofrecerte refugio temporal."

Donia miró el rostro de Federico y soltó un suspiro interior. Luego, puso su maleta delante de él con fuerza, "Qué tal esto, te daré la oportunidad de devolverme el favor."