CAPITULO 24
La noticia del embarazo de Florencia desdibujó la sonrisa en el rostro de Romeo y Victor.
La loba había Sido tan astuta como se lo pidió se padre, tenía que manipular y mover a Víctor pero no significaba que no pudiera usar esto mismo para lastimar a Romeo.
Armando abrazo a su hija — Mi único orgullo — levantó la copa y pidió un brindis por la nueva madre de la manada Alba de luna.
Era imposible que Aurora no se sintiera atacada con la manera en la que su padre le gritaba, y la miraba como si su vida valiera menos que la de su hermana, pero estaba acostumbrada a recibir su rechazó, quería creer que era la manera en la que su padre le demostraba a su madre que la amo.
Romeo tomó la copa de vino de un solo sorbo, tenía que ser una mentira, pero recordó la última noche de los dos, no había Sido mucho tiempo después de las bodas.
Victor tuvo que brindar feliz, y dió paso al baile, era momento de intentar amenizar la fiesta.
—¿Porque no me dijiste esto?— Victor jalo del brazo a Florencia que tenía una sonrisa picara, como si ya se hubiese salido con la suya, por más que el quisiese disimular que no era así.
— Tenía que decirlo delante de todos, es mi seguro de vida, ya no confío en ti y quizás puedes atentar en contra de la vida de tu propio hijo — Florencia le dió un beso en los labios a Victor, una manera provocadora de recordarle que ella era su esposa y que el no se libraria tan fácilmente de ella.
— Pensé que querías estar al lado de tu amante Romeo — Victor se limpio los labios, los cuales quedaron manchados de el labial rojo de su esposa.
— Si, y lo dijiste muy bien, como Amante, no como esposo, jamás viviría una vida rústica cuando yo nací para ser reina — Florencia le dejaba claro que seguía a su lado por interés, por nada más.
Victor se tenía que tragar su rabia como un trago amargo de saliva que bajaba por su garganta.
Aurora se acercó para felicitar a su hermana, pero ella le dió un empujón esquivando su gesto de amabilidad.
— Alejate, por tu culpa, Victor no cree que mi bebé es suyo, si te hubieras quedado callada, nada estaría pasando, solo viniste a destruir el final que tu misma me quisiste dar — Florencia derramaba lagrimas como una estupenda actriz, quería manipular la cabeza de Aurora.
— Nunca le dije nada, no se cómo lo supo, pero le diré a Víctor con mi mano en el corazón que el hijo que esperas es suyo, se que el va a recapacitar y se dará cuenta de la estupidez que comete — Aurora no quería que su hermana la odiara, solo quería que ella entendiera que está situación se le había salido de las manos.
— Eso espero, no quiero que mi hijo tenga que vivir el desprecio que por años viviste tu — Florencia le da un empujón a su hermana y se acerca a todos los lobos importantes que se acercan para felicitarla.
Aurora le pide un momento a Romeo, quiere hablar con Víctor para felicitarle, no le da mayor explicación.
—¿Te sientes bien?— la toma de la mano, quiere ser su apoyo y es claro que ella no está pasando por un buen momento.
— Solo necesito ir de regreso a casa, a nuestra casa — sonreí ella mientras le da una una caricia en la mejilla y le da un beso.
Romeo suspira, siente celos, esos asesinos que quieren acabar a cualquier lobo que se acerque o intente saludar a su compañera, a su Luna destinada, más cuando se trata de Victor que inspiro en ella un primer amor que no puede sacarse de su cabeza, pero no lo hace, confía en Aurora.
Aurora se acerca y le pide un momento a Victor para hablar de un tema personal, en medio de su reunión, el no duda un solo segundo en dejar a todos plantados solo para hablar con ella, tenerla cerca, su obsesión lo está volviendo loco, es tan grande como un pirata que desea un tesoro que nadie a tenido antes.
Romeo aprovecha un momento de oscuridad, la jala del brazo y se la lleva a un closet, tiene que hablar con ella en privacidad y sin que nadie los vea o sospeche de su ausencia.
— ¿porque me dijiste eso? Es evidente que solo lo haces para torturarme, para verme mal con tu hermana y no lo voy a permitir — el lobo gruñe, no va a dejar que nadie lo separe de ella, ni siquiera las intrigas de Florencia.
Romeo abre la puerta del closet de un solo golpe, buscará a su esposa y la sacará de allí ahora mismo.
Aurora le suplica a Víctor que no dude de la paternidad de su bebé, que le dé una oportunidad a Florencia por el heredero de la manada.
— Lo haré, solo por amor a ti estoy dispuesto a mover la tierra y hacerla girar en sentido contrario — Victor intenta acercarse a Aurora y la toma del brazo, ella intenta soltarse.
—¡Suelta a mi loba!— grita Romeo que se acerca a Victor y le da un puño que lo lanza al suelo.
— Mi amor, cálmate — le pide Aurora mientras toma su rostro y le pide que la mire a los ojos, intentando calmar al furia en su interior.
— Mi peor error fue dejar que te casarás con ella, Aurora es una princesa y tú eres una bestia — Victor se levanta dispuesto a seguir con la pelea, a acabar con la tensión de los dos.
Aurora se interpone, no es el momento ni el lugar.
— Si te acercas a mi esposa, te mato, no hay ningún tratado, eres igual que tú padre un asqueroso Alfa sin principios — Romeo descarga la ira en su interior.
Victor gruñe, lentamente se va transformando en el animal de su interior, lanza un golpe a Romeo.
—¡No más !— grita Aurora que se interpone para defender a su esposo, y ella recibe el golpe que la deja inconsciente en el suelo.
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