CAPITULO 23
Isabela empuja a Víctor, Aurora le da una fuerte cachetada mientras lo ve con ojos llenos de lágrimas por la rabia de su actitud.
— Lárgate — le dice sintiendo un nudo en su pecho, sabe que Romeo es un lobo celoso y que Isabela la tiene en sus manos, que puede ser el final de su matrimonio y su idilio de amor.
Victor algo arrogante le da una caricia en la mejilla que ella esquiva, y se va con una sonrisa, espera que esto sea suficiente para que Romeo la dejé en paz y ella tenga que quedarse antes de iniciar el viaje.
Aurora se acerca a Isabela.
— Por favor, escúchame, el está... No sé que le pasa pero Victor dice estar enamorado de mi — Aurora le explica un poco de esta situación que empezó desde su regreso a la manada, y el miedo que tiene de perder a Romeo.
—¿Porque no le has dicho nada? Romeo le daría una paliza y esto estaría solucionado, la respuesta es clara, es una mentira y desde siempre le has Sido infiel a mi Alfa — Isabela tiene sentimientos encontrados, lo que vio es demasiado diciente para ella.
— Yo siempre pensé que amaba a Víctor, pero con Romeo siento lo que es el verdadero amor, una llama que se siente solo al verlo — Aurora le explica la confusión de su cabeza, como su corazón creía pertenecer a Víctor pero como despertó de esa ilusión de niña para enamorarse de una manera intensa de Romeo.
Isabela se queda en silencio, lo que ella explica que sentía por Víctor, es lo que siente por Romeo y llegó a creer que eso era el amor.
Lo que describe Aurora como amor está lejos de ser lo que ella tiene en su pecho y se siente confundida.
— No diré nada, creo en lo que dices y quiero sentir algo similar, después d nuestra charla me gustaría que fuéramos amigas, siento que te he jugado mal — Isabela le da la mano a Aurora, nunca había tenido una amiga pues Noelia la protegía de todo el mundo en una bola de cristal y por primera vez tenía a alguien que le decía las cosas de manera real al mundo.
Aurora le agradece, ese secreto puede destruir su matrimonio, no quiere perder a Romeo.
Romeo toma una ducha de agua fría antes del evento, tiene miedo de ver a Armando, por años Armando Russo era su enemigo, se le había metido en la cabeza que tenía que destruirlo y hoy estaba enamorado de su hija.
No quería hacerle daño a Aurora y aunque lo detestara, su esposa tenía sangre de Russo, sangre de su enemigo.
La decisión de esta noche podía cambiar su relación, pues no pudo decirle a su esposa que el delataría a Valerius y Armando está noche, tenía que hablar con ella, decirle lo que sucederá.
Sintió unas suaves manos que cubrían su espalda, giro y vio a Aurora con una sonrisa y desnuda —¿Te acompaño?— pregunto con una gran sonrisa en su rostro.
Romeo la tomó de la cintura y la beso con pasión, sus cuerpos estaban resbaladizos, los dos se unían cada vez más.
El la agarro fuertemente dea cintura y la empotró en la pared cargándola, besaba su cuello mientras entraba su masculinidad en ella.
Aurora enterraba sus uñas en la espalda de Romeo, pero el hacía la mayor parte del trabajo, la movía de arriba a abajo mientras ella tenía entrelazadas sus piernas en la cintura.
El grito de los dos fue acallado por un beso que se dieron en la boca.
Fue una situación erótica y arriesgada, Aurora sentía como la semilla de Romeo entraba en ella.
— Queda embarazada de mi— le suplicaba Romeo, deseaba que ella fuera la madre de sus cachorros.
— Es lo que más deseo — Aurora lo tomó del cuello y lo beso.
La ducha se hizo muy larga, tanto que sus cuerpos empezaron a arrugarse, por lo que tuvieron que salir.
Los dos se empezaron a preparar para la noche, quizás la peor noche de sus vidas.
Aurora utilizaria el vestido más hermoso de toda la colección que Romeo le entregó de los vestidos de su madre Angelique, un hermoso vestido rojo, que brillaba, con una hermosa cola y muchas telas sueltas que dejaban libre su silueta.
— Te quiero dejar claro que estoy aquí por tu hermana y Victor, no por ti, te lo repito para mi estás muerta y mi única prioridad es Florencia — Armando se aleja, no sin antes lanzar una mirada retadora a un enojado Romeo que se acerca a su esposa.
Aurora se queda congelada, con la mirada agachada, las palabras de su padre le han hecho un eco en su corazón, pensaba que el estaba aquí por ella, que la distancia le había hecho recapacitar sobre el amor de padre e hija, pero no es así, solamente fue una ilusión, el la sigue odiando.
Romeo suspira — Es un desgraciado —.
— Pero es mi padre — Aurora se limpio las lágrimas, tomó las mejillas de su esposo y le dió un beso — Estoy bien —.
Aurora y Romeo se sientan de lado a lado, junto a la mesa de Victor, el está en el centro, en la cabeza de la mesa.
Sus miradas a Aurora son obvias, pero Florencia le aprieta la mano para que deje de hacerlo, no quiere que le haga pasar un ridículo público, aunque ella misma acepta que el cambio de su hermana fue favorable.
— Para mi es un placer estar aquí, en la mesa con mis invitados, prometiendo la paz entre las dos manadas — sus palabras son simples, Victor no quiere la paz pues es la única excusa para arrebatar de las manos de Romeo a Aurora.
Romeo toma la copa, este es su momento de decir todo, de quitarle la máscara al padre de Victor y a Armando de decir la única verdad que hay en su corazón, que odia a Armando Russo y su legado.
— Salud — dice solamente al ver los ojos orgullosos de su esposa, llenos de brillo y con una sonrisa de felicidad que resalta su cuadro para exaltar en su mirada, por Aurora se tragara los años de odio de su corazón.
Florencia toma una copa pero de agua
— Hoy le daré el mejor regalo a mi esposo, estoy embarazada — sonríe mientras toda la manada se levanta para aplaudir.
Romeo que está cerca de Florencia le da un abrazo de felicitación y está Susurra en su oido — Es tu hijo —.
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