DOS HERMANAS, UN ALFA romance Capítulo 27

CAPITULO 26

Florencia corre hasta la puerta de entrada para fingir que acaba de llegar, Inés sale y la ve con los ojos llorosos, limpia sus lágrimas y toma un poco de aire, debe fingir que todo está bien.

—¿Que haces aquí? Supe lo que pasó a Víctor, como su esposa deberías estar cuidando de el — Inés frunce el ceño, sabe lo irresponsable que puede llegar a ser Florencia cuando se lo propone.

— Deje a dos Omegas que sintieron un especial agradecimiento por permitirles cuidar al Alfa, el estará bien, con el embarazo me siento mareada y no tolero la sangre — miente Florencia para justificar que se quedara en casa, odia a Victor le importa muy poco lo que le pase.

Ines le sirve una taza de leche tibia, como siempre lo ha hecho desde que era niña y vivia en casa.

— Tía, quiero ver el desvan, me faltan algunas cosas que quiero para mi bebé de cuando era niña — Florencia sonríe, si existe un secreto familiar debe estar metido en las cajas llenas de polvo de esa bodega.

— Mañana te ayudaré a buscar, creo que recuerdo dónde las guardamos con la servidumbre — Inés termina su te, sus manos están temblando pero como siempre pasa en las familias de élite de sangre pura lobil, no ha pasado nada y solo debe fingir que todo está bien.

— Yo puedo buscarlas, no tengo sueño y estoy ansiosa por la pelea que pasó — ella intenta levantarse pero Inés la jala del brazo.

— Mañana, hay muchas cajas algunas són Privadas, yo te ayudaré a buscar — repite Inés.

Florencia fingiendo amabilidad le sirve un poco de te, pero le echa unas gotitas para dormir, sabe que allí está ese secreto y la historia detrás del origen de su hermana o quizás de una desconocida que le quitó todo.

Ines siente mucho sueño, acompaña a Florencia hasta así habitación y después se dirige a la suya, quiero descansar, no ha Sido para ella un día fácil después de aquella discusión con Armando.

Florencia espera un poco y se va al desvan, quiere mirar las cajas llenas de polvo, pero conoce a Inés, una mujer tan precavida no dejaría alguna prueba a la luz, podía destruirse la mentira.

Es entonces que observa un cuadro muy antiguo que está torcido, lo quita y se da cuenta que ahí un hueco, al parecer no hay nada, pero al observar con más detenimiento se da cuenta que hay un pequeño espacio, mete su mano y jala una tabla que cubria un pequeño hueco y allí un cuadernito de el tamaño de su mano.

Baja rápidamente, no tiene que ojear mucho para darse cuenta que ese es el secreto nadie se tomaría tantas molestias solo por un cuaderno sin valor cuando la casa está llena de cosas.

" Lo amo, pero nunca voy a perdonar lo que me hizo, y que por su burla, tenga que ser una tía para mí hija ".

Esa letra cursiva y de detalles lineales, era la de su tía Inés, tan elegante como ella, esas palabras eran las últimas de aquel cuadernito.

Florencia tendría que leerlo toda la noche y subirlo al desvan antes que su tía se percatara de su ausencia, se sentía astuta y lista y que tenía un arma para acabar con Aurora.

La historia que le contó Ines a Víctor tenía varios cambios, que ella omitió para proteger a la familia Russo y a su hija.

Ines era la hija de una loba que quedó viuda y se casó con el heredero de la familia Romano, ella se fue a estudiar a Francia y al regresar convertida en una señorita con su amiga Angelique jamás imagino el dolor de su vida.

Valerius se enamoró de Angelique tanto o más que Armando de ella, la acosaba, la buscaba pero ella no podía hacerle caso, el era su hermanastro y ante los ojos de la manada su hermano.

Angelique perdió la cabeza por Luciano, y está parte de la historia fue la que omitió, no fue Luciano quien jugó con ella, si no su primo Rogelio.

Rogelio parecía tan enamorado de ella, que mantuvieron una relación escondida por años, Armando quiso tenerla atrapada, al no poder casarse con ella.

Pero la madre de Florencia, le ayudo a escapar para que se fuera con Rogelio, los dos vivieron un idilio de amor en el que ella se entregó.

Armando enloqueció al perderla, no le importaba nada más que tener a Inés cautiva, para llamar su atención mintió haciéndole llegar un mensaje su madre estaba muriendo.

Rogelio y ella discutieron, el sabía que esto era una trampa pero ella no lo quiso escuchar, lo último que recuerda es que le pidió a Angelique preparar su boda.

Al llegar, Armando le mintió y la atrapó, Inés estaba embarazada y esperaba con ansias que Rogelio la buscará.

Florencia llega a la casa, pide que le preparen un baño, no durmió nada por leer el diario y tuvo que dejarlo muy temprano en el desvan como ese tesoro valioso que es.

Las Omegas agachan la cabeza — El Alfa debe estar delirando — dicen avergonzadas.

Florencia se acerca y escucha como Víctor en medio de las alucinaciones por la fiebre que le causó las múltiples heridas solo dice una cosa.

— No.. Aurora no te vayas... Te amo ... Te amo Aurora — Victor se mueve desesperado de lado a lado viendo que su amada loba se va de sus manos para abrazar a Romeo.

— No le digan nada de esto a nadie u ordenare que les corten las lenguas a las tres por chismosas — Florencia les ordena que salgan de la habitación de un solo grito.

Lo que hace Victor la humilla delante de los Omega y la servidumbre, entra al baño y recoge agua helada y se la echa encima.

Victor abre los ojos y al moverse grita del dolor.

— La próxima vez que tú boca nombre a la estúpida de Aurora en mi cama, esto no será lo peor — Florencia le grita a las Omega para que regresen y atiendan a su Alfa

las Omega entran asustadas y empiezan a quitarle la ropa sucia a Víctor.

—¿En qué celda está Romeo? Quiero que lo dejen encarcelado de por vida por atacarme en mis tierras — Victor está enojado, furioso, siente una enorme ira, pero pensó que Romeo y Aurora aún seguían allí, que Romeo estaba preso y por ende ella estaba indefensa y sola.

—¿Quieres ver a Aurora sola y desprotegida? Pues te equivocas yo ordene como reina que los dejarán ir, en este momento están en Luna azul haciendo bebés — Florencia mortifica a Víctor, regresarle un poco de su humillacion.

Victor se levanta enojado — Dile a mis guardias que alisten un caballo, voy a esa manada y traeré a Aurora a las buenas o a las malas —.

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