CAPITULO 37
Aurora siente que todo lo que hizo por ganarse el corazón de Romeo fue en vano, que el nunca la amo lo suficiente como para entender que su amor era incondicional y que ella deseaba formar una vida a su lado.
Decide obedecer a su padre, se juro a sí misma que su prioridad era el bebe, y eso hará.
Inés no está muy convencida, no cree en las aparentes buenas intenciones de Armando, su cambio radical con Aurora le genera sospechas.
—¿Por qué quieres enviarla lejos? Ella está mejor aquí, está es su casa — cuestiona ella algo enojada, necesita saber que su hija estará bien sin su cuidado
— Romeo no la dejara en paz, ayer estuvo a punto de irse con el ¿Eso es lo que quieres para ella? Un lobo que la maltrata y la humilla de esa manera — Armando manipula la cabeza de Inés como lo ha hecho en todo este tiempo.
Inés niega con la cabeza, como madre quiere lo mejor para su hija y siente que Romeo está lejos de serlo.
— Está bien, pero júrame que no es para nada malo, que solo deseas el bienestar de mi hija — Inés toma la mano de Armando.
— Por el amor que siento por ti, te juro que es así — suspira mientras intenta darle un beso que ella esquiva.
Inés solo puede ver como su hija se sube a un carruaje que la sacará lejos de sus tierras, de lo que ella conoce y ama.
Aurora acaricia la pancita de su bebé, le habla y le cuenta maravillosas historias, en medio de la soledad del viaje es su única compañía.
Romeo la ha decepcionado, es imposible sentir otra cosa por el que no sea la terrible decepción de su corazón, después de todo lo que hizo por el, tomó la decisión de alejarse de su vida por miedo a los sentimientos inestables de su alfa.
Llega a una vieja casa, es lúgubre y téticra, tiene ese aire victoriano de inquisición, Aurora manda saliva, la recibe una anciana de vestidos largos y mirada severa.
Le ayuda a tomar su maleta y la lleva a una habitación rústica 4X4, con una cama dura, una ventana para ver el sol y una mesita para tomar el desayuno.
— Las reglas son sencillas, todas las mujeres deben ayudar con el quehacer y la preparación de alimentos, no se acepta que escriban cartas sin autorización, y el embarazo no es un impedimento para hacer labores — le deja en la mesa un listado de horarios donde las lobas se reúnen para orar a la diosa Luna.
Aurora obedece y asiente con la cabeza, solo quiere tener un espacio consigo misma para pensar en lo que hará en su futuro, regresar con Romeo es la peor de la opciones en este momento de suma vulnerabilidad.
Su amor está prohibido, y eso ahora lo debe aceptar, eso es algo que no le puede perdonar, que rompió el encanto y la fantasía de lo que habían construido juntos.
Con algo de lastima en su corazón, siente que su vida se acaba, pero su bebé le dará la fuerza.
Por su parte Romeo está viviendo la peor de sus pesadillas, quiere regresar a buscarla pero Darío decide hacerlo por el, no quiere que su amigo se meta en más problemas.
Darío es un lobo cauteloso, que se sabe mover con agilidad y que sabe cómo lograr sus objetivos, lejos de lo que ha logrado la pésima actitud de Romeo.
Decide entrar a la casa y presentarse delante de Inés, ella está a la defensiva.
— Dile a Romeo que deje en paz a mi niña, ella no desea verlo y el Concejo tomo la decisión que debemos acatar — suspira muy enojada, siente que la rabia se acumula en su pecho.
— Señora, yo entiendo su rabia, pero créame que Romeo fue victima de la trampa de su familia, el jamás actuaría de esta manera — Darío le explica lo que sucedió, la manera en la que Florencia desató el caos.
Inés solo escucha sorprendida, quisiera extrañarse de la actitud de Florencia pero sabe la envidia que le ha tenido a su hija por años, a pesar de siempre ser la favorecida no solo de su padre si no de todo el que la rodea.
— Aurora fue enviada lejos, para que su hijo nazca en tranquilidad, por ahora no es prudente que Romeo la visite, pero sería bueno que pidiera un nuevo juicio al Concejo, recalcando lo que hizo mi sobrina, Florencia — Inés no quiere que todo acabe y mucho menos ahora que siente el amor de Romeo por su hija, pero debe guiarlo a tomar las mejores decisiones para los dos, huir como salvajes no es una de ellas.
Quiere a Aurora, pero no como una loba compañera, la quiere con un sentimiento que no sabe describir, cómo si compartieran algo más que la filantropía y los gustos exquisitos de ciertas cosas.
Aurora mira la cadena de su amigo, tiene su nombre y gracias a ella pudieron colocarle un nombre después del accidente que le hizo borrar sus recuerdos, esa está acompañada de una media luna que espera su otra mitad.
— Gracias por todo lo que haces por mi, Rogelio creo que en estos meses has sido mucho más cariñoso de lo que ha sido mi padre conmigo en toda mi vida — Aurora también lo quiere, es un amor fraternal, de esos que parecen nacer desde tu pecho y llegar a tu alma.
El lobo solo la abraza, le da un suave beso en la frente y se va para regresar el próximo lunes.
Florencia vive un calvario, ha tenido que fingir su embarazo, y por petición de Armando fue a vivir a la casa de su padre, pues no pueden cometer ningún error, Victor no puede darse cuenta que su barriga es falsa.
A través de un bebedizo de la bruja loba de la magia ha logrado hacer crecer su vientre de manera natural, pero el bebé debe nacer en un par de días según las cuentas de Victor.
La loba ordena en la casa de su padre como dueña y señora, en especial a Inés a la que tiene arta, pero soporta todo por amor a Aurora.
Hoy es un día especial para Ines, una vez al año limpia su joyería que se llena de polvo en el estante, antes iba a los mejores eventos sociales pero después del nacimiento de Aurora solo se conforma con ver a su hija bien, Armando no la deja salir tiene miedo que otro lobo se interese en ella, y el no pierde la esperanza de recibir una respuesta positiva de el concejo sobre su boda con ella.
—¿Quien te dió esa baratija?— Florencia entra a la habitación de su tía sin ser llamada y comiendo una manzana, se da cuenta que una cadena no encaja en medio de las joyas brillantes.
— Nadie que te importe — responde
Inés que observa con amor su bien más preciado, una cadena con su nombre y la mitad del sol
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