CAPITULO 36
Aurora abre los ojos, al escuchar lo que ha decidido el concejo, en el fondo deseaba regresar al lado de Romeo, estaba furiosa con el, pero deseaba estar a su lado y eso la hace sentir aún vulnerable a sus sentimientos.
—¿Que pasará con mi hijo? No quiero que sea educado como un bastardo — Aurora tiene mucho miedo de lo que pueda pasar, su hijo desde el primer momento ha Sido su prioridad, y no quiere que sea señalado como el hijo bastardo de la manada Luna azul.
— La ley me obliga a darle mi apellido a tu hijo, tendrá el respeto que tendría un hijo mío, no te preocupes, creeme que tú hijo estará muy bien — El veredicto era lo mejor que le había pasado a Armando, su plan de cuidar de Florencia era lo mejor que podía hacer para asegurar que ella se quedara con el reinado.
Aurora suspira, debe acatar las órdenes, le agradece a su padre su apoyo, es lo único que queda por hacer en medio del laberinto de emociones que siente en su pecho, ya nada la ata a Romeo.
Romeo por su parte rompe aquel papel en mil pedazos, no está dispuesto a perder a su esposa, en el dictamen queda claro que el no puede siquiera acercarse a ella o su bebé a cierta distancia.
Ella solo puede enviarle una carta al año para comunicarle algo de su hijo, solo si Russo se lo permite pues ante la ley, el hijo pasaría a ser hijo de Armando.
Romeo no puede perder todo, no puede perder a la persona más importante de su vida solo por esto.
— Amo a Aurora y nadie me va alejar de ella, ni siquiera las leyes divinas del concejo — Romeo está alterado y abraza a Darío sabe que esto que está pasando es por su culpa, y que el se encargó de caer en un trampa mal intencionada de otros.
— No puedes hacer nada, solo esperar a que las cosas se solucionen, Aunque no lo quieras ver, esta es la realidad, Aurora ahora es libre — Darío solo le puede pedir que mantenga la calma, además le asegura que conoce a Aurora y nunca aceptará nada que le proponga Victor, el lobo jamás la convencerá de ser su concubina o amante.
Romeo siente un escalofrío cuando escucha esto, si eso llega a suceder, se volvería loco, no podía mantener la rabia de su pecho.
Victor bebé una copa de whisky, lo que acaba de hacer es parte de ese proceso que le gusta, logro vencer el sistema, logro vencer a Romeo.
Ahora solo tiene un asunto pendiente, debe encargarse de Florencia, pero no quiere perder al hijo que tiene con ella, desea esperar que sea el momento del parto para quedarse con Aurora aunque sus manos se llenen de la sangre de su actual e infiel esposa.
Si hace lo mismo que Romeo, si la destierra, perdera a su hijo y será el hazme reír de la manada, algo que no puede tolerar, para el que se burle de su hombria es algo que nunca soportará, prefiere soportarla y mantener a Aurora cerca hasta que llegue el momento.
Noelia por su parte, se encarga de decirle a todos del embarazo de Isabela pero además les dice que pueden hacerlo público, lo que hace que el rumor se extienda por las manadas en cuestión de horas y llegue a oídos de Inés y Armando.
Los dos prefieren guardar silencio en su deseo infinito de guardar el embarazo de Aurora pues saben que una noticia así puede afectarles, es lo último que desea.
Aurora siente un enorme escalofrío en su cabeza, es como si se avecinara una tormenta negra que le puede hacer daño si la alcanza, pero tiene miedo.
Romeo toma la decisión de ir por Aurora, la va a secuestrar de la casa de los Russo, quiere creer que ella quiere estar con él y que va aceptar que los dos estén juntos, que su amor es más fuerte que las intrigas de su padre.
Decide ir por ella, en la noche como siempre, se infiltra en la casa con una capa y entra hasta la habitación de Aurora.
—¿Que haces aquí? Ya viste el dictamen, no podemos estar juntos, es la decisión de el concejo y debemos obedecer — Aurora siente un fuerte escalofrío en el pecho, no quiere que nada le pase a Romeo, esto es un delito.
— Escapemos, si los dos nos vamos no podrán decir nada, quiero que seas solo mía y que solo enfrentemos lo que debemos vivir, aún con un castigo — Romeo sabe que los perseguiran, que seguirán a La pareja pues su relación es prohibida para el concejo pero pueden ir a una manada dónde no se rigan bajo sus reglas.
—¿Vas a renunciar a tu manada? Si escapamos no vas a regresar — Ella abre los ojos como platos sorprendída del cambio de actitud de Romeo.
— Por ti, haré lo que sea por nuestra familia — Romeo toca su pancita.
— Si, pero yo te puedo explicar, confía en mí — Romeo siente como su rostro se pone colorado, no sabe cómo explicarle a Aurora que todo fue producto de una noche de tragos.
—¿Cómo creíste en mi?— cuestiona ella, mientras se suelta de su mano de manera brusca.
Victor llega con sus guardias, le ordena a Romeo que se vaya, pues puede meterlo a la cárcel
— ¿Ya le dijiste por qué cambiaste de actitud? Porque ahora si crees en su inocencia cuando antes no — Victor también lo delata, le dice todo de su charla a Aurora.
— No lo escuches, vamonos — Romeo siente que sus piernas tiemblan.
— Vete, se que Victor no te meterá a la cárcel, pero me queda claro que creíste en la palabra de todos y no en la mía, que me mientes y que yo si debo darte el beneficio de la duda, está no es la vida que quiero para mi — Aurora regresa al regazo de Inés y llora.
Victor le da un golpe que lanza a Romeo al suelo — Solo por ella no te meteré a la cárcel, pero si regresas creo que sabes que con apoyo del concejo, puedo matarte —.
Romeo suspira — No me voy a rendir hasta que me perdones — el decide irse, solo le ocasionara más dolor a Aurora mientras la manada enumera sus fallas.
Armando abraza a Aurora, finge estar preocupado por ella, y para la loba es importante recibir un poco de su apoyo.
Siempre quiso que su padre le demostrará un poco de amor como lo hace en este momento.
— Como tu cuidador, tengo que proteger que no pase nada, Necesito que empaques maletas, te enviaré al cuidado de las novicias de la luna, hasta que tengas a tu bebé — El lobo ve la oportunidad de seguir con su plan.
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