CAPITULO 61
Pasan seis meses...
Desde la supuesta muerte de Aurora, Romeo se ha convertido en un ser lleno de oscuridad, ha decidido viajar por las noches en búsqueda de aquellos forajidos que mataron a su esposa, se convierte en una especie de justiciero sin piedad.
La rabia se ha metido en su pecho, y el odio crece en su corazón, intenta ser un buen padre para Lucius, quiere que su hijo tenga su apoyo y todo el amor que el le puede dar, pero a la vez sabe perfectamente que no puede ser un Alfa madre.
Inés se ha encargado de ocupar ese lugar en la vida de Lucius, su nieto es lo más importante para ella, quiere conservar la memoria de su hija.
Varias veces la loba fue a visitar a Silvana, pero ella lee en sus cartas que Aurora está viva, cree que quizás está perdiendo su don y prefiere guardar silencio, no quiere que Inés se ilusione con una posibilidad que se ve imposible, todos vieron el cuerpo de Aurora.
Rogelio decide ayudar a Romeo con las labores de Alfa, y Darío que hasta ese momento se había mantenido alejado de lo que pasaba, regresa como el Beta de su amigo, pero le aclara que no quiere las comodidades, solo quiere ayudarle a sacar la manada adelante en memoria de Aurora.
Lo más indignante es que Victor sigue yendo a la manada Luna Azul, con ayuda y con sus deseos de buen amigo, Romeo lo considera una persona cercana sin saber que él es ese enemigo que se encargo de marcar su infelicidad.
— Creo que deberías intentar buscar una nueva loba, se que amarás a Aurora por siempre un amor que entiendo, pero es momento de conseguir a alguien, tu hijo y tu manada necesitan una madre reina — Victor desde hace varios días le ha insistido a Romeo que es momento de buscar a alguien que le de un respiro.
Romeo se ha negado en todas la oportunidades, no va a olvidar a Aurora en tan poco tiempo, ella es su esposa ante los ojos de la diosa Luna, y aunque su cuerpo no esté su alma sigue presente.
— Gracias por tus consejos se que lo haces para ayudarme, pero no lo haré — Romeo sigue firme en su decisión, algo que molesta a Víctor, tiene miedo que ese amor inmenso de Romeo haga que las cosas funcionen a su favor.
En el fondo que Romeo elija esposa, hace sentir a Víctor un ganador, pues con esto le demostraria a Aurora en algún momento que el si guardo el luto eterno que debe guardar una loba.
Sin embargo parecía que todo estaba destinado para que Victor tuviera en sus manos ese anhelado triunfo.
Dias después de su desagradable visita, uno de los mensajeros del concejo llegó a la mesa de Romeo, pidió algo de comer mientras descansaba para hablar con el Alfa.
Romeo estaba furioso con el concejo, ellos habían hecho ir a su esposa sin su presencia y había ocurrido la tragedia, poco o nada le importaron sus disculpas, solo quería que ese concejo sabio le ayudará a procesar el dolor.
Romeo ya no era la sombra del lobo de antes, tenía el cabello largo, la barba larga y enredada, sus uñas descuidadas, su rostro demacrado, era imposible no echarse al abandono al perder a su Luna.
—¿que quiere? Saben que nadie del concejo es bienvenido en mi manada y solo sigo siendo parte de su voluntad por proteger a mi pueblo — Romeo era rudo, brusco, el mismo ser bestia de antes, el que existió antes de Aurora, uno lleno de rabia y de resentimientos.
— Lo se Alfa Romeo, pero es importante mi visita, debido a la muerte de su esposa decidimos dar el luto correspondiente, pero la situación de su hijo Lucius no se ha resuelto, ante los ojos del concejo el no puede ser el Alfa de su manada, y es considerado un Bastardo — El lobo sentía que la voz se quebraba, la tensión del momento se podía sentir, La mirada de Romeo era determinante e incluso feroz.
— provocaron la muerte de mi esposa con ese estúpido viaje y ahora ¿quieren deshonrar a mi hijo dejándolo sin un título?— Romeo colocó sus garras largas y sin afilar encima de la mesa una clara amenaza, el lobo lo queria saber nada de lo que sucedía, en el concejo pero este descaro debía pagarse con sangre.
— Romeo, se que está mal y hemos Sido considerados, queremos que tome una esposa y su hijo será bautizado ante los ojos de la diosa Luna como el hijo de esa loba que tome, le daremos un par de meses pero antes de un año usted debe estar casado para cuidar de su hijo, es una gran ayuda la que le ofrecemos — El lobo se levantó y agarro sus folder, quería irse antes que el Alfa lo matara con sus garras, al llegar pensó que le daría una buena noticia pero al ver que el lobo no olvidaba a su esposa solo pudo sentir rabia.
—¡Larguese!— grita Romeo tan fuerte que el Lobo del concejo se asusta y sale corriendo.
Romeo toma una copa de whisky, mientras Rogelio lee la documentación dejada en el escritorio.
— Debes elegir una esposa, se que Aurora desde el más allá entenderá que lo haces para cuidar a tu querido hijo — Rogelio entiende el dolor de Romeo, pero no puede dejar que se consuma y olvide sus responsabilidades y deberes.
— Aurora es mi única reina, es la madre de Lucius no le quitaré eso.
Inés que escucha la conversación se acerca, con lágrimas en los ojos toma la mano de Romeo
Laura sale para dejarlos solos en la habitación, algo que se le hace inusual, generalmente siempre debe tener una chaperona la prometida de un lobo.
— Te traje este detalle — Victor coloca en el cuello de Aurora un collar de oro con diamantes, este tiene su nombre falso escrito en letra cursiva "Ana".
El empieza a besar su cuello, cada día parece que empieza a fallar sus ganas de resistirse a tomarla, la desea y la ve tan frágil que tiene que tenerla.
— Victor... Victor — ella lo aleja — Sabes que me siento incomoda.
Aurora intenta alejarse, Victor no lo permite, la agarra de la cintura y la empuja con algo de brusquedad en contra de la pared.
— Solo déjate llevar.
El lobo besa en cuello de Aurora sin control, y baja los besos para tocar con sus labios los senos de Aurora sobre la ropa, ella se siente incomoda, le pide que se detenga, como este no lo hace y parece querer forzarla, ella agarra un jarrón y lo rompe en la cabeza de Victor que cae al suelo.
Aurora llena de miedo corre hasta el jardín, ve el caballo de Victor y recuerda el consejo de su nueva cuidadora, se sube y arranca hacia el bosque.
Ella cabalga a gran velocidad y cruza su camino con Romeo, los dos caballos pasan uno cerca del otro.
Aurora gira su rostro al sentir un olor familiar, algo que no le ha pasado desde que despertó del supuesto accidente.
Romeo gira la cabeza, ve el rostro de sus sueños, uno junto al otro, se miran por un milisegundo, Aurora pierde el control del caballo y cae.
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