DOS HERMANAS, UN ALFA romance Capítulo 74

CAPITULO 73

Darío y Romeo, llegan con regocijo a la manada, es imposible no ser feliz después de una victoria tan aplastante como está , lo único que podían hacer era celebrar.

Aurora se siente en casa, como un lugar nuevo, pero a la vez con ese toque de saber que si está en su hogar, reconoce el entorno, lo que la rodea.

Inés corre y llega a los brazos de su hija, cae y se raspa las rodillas, para ella esto que ocurre es un milagro, su hija está a su lado, quiere demostrarle que la ama.

Aurora se asusta, para ella Noelia la misma que camina junto a ella como prisionera era su madre, pero ahora Inés con un amor maternal que ella desconocía se presenta como ese ser que la cuidara.

— Yo sé que estás confundida, y que todo esto es nuevo para ti, pero te juro que voy a hacer que te sientas seguro en tu entorno, hasta que la memoria regrese — Inés la ve con ojos de amor, esos ojos llenos de esperanza que hacen sentir a Aurora en un lugar seguro, su hogar.

Entra a la casa, siente que tiembla, todo le recuerda a algo pero las imágenes en su cabeza no tienen un contexto, es como estar en un lugar reconocido sin saber porque lo es.

Romeo le da un beso, le pide a Inés que traiga al pequeño Lucius a los brazos de su madre, ella merece estar un tiempo con su hijo, y disfrutar lo que le quitaron en el pasado.

Un lobo llega apresurado, el sudor baja por su frente, que está empapada, mira al Alfa, siente que la noticia que tiene para darle no es para nada buena, pero es prudente, no quiere asustar a su reina.

— Me permite un momento mi señor, en verdad lo que le diré es urgente — el lobo manda saliva, siente que lo que va a decir va a cambiar el rumbo de muchas cosas.

Romeo se da cuenta que algo grave pasa, mira a Aurora que sonríe maravillada con su hogar, no es momento de causarle preocupación y decide ir con el lobo, necesita saber que pasa y el porque de su nerviosismo.

Los dos llegan corriendo hasta la casa de Dario, en el jardín una escena tétrica se ve mientras lobas alrededor lloran.

Noelia se golpea la cara de manera frenética mientras repite una y otra vez que lo sucedido es su culpa, que ella ha causado está desgracia.

Romeo toma los brazos de Dario, sus manos están manchadas de sangre y en el suelo yace el cadáver sin vida de Isabela.

—¡¿Que paso aquí?!— Exclama furioso, siente que todo esto va a destruir la mente d su mejor amigo, Darío no responde, está pálido y ve sus manos con sangre, debe ser una pesadilla para el ver a la loba que ama muerta.

Laura se acerca a Romeo, le entrega la nota que ella encontró cerca del cuerpo de Isabel y que escondió pars no causar más dolor.

— Fue Victor, mato a Isabela y se llevó a la niña de Dario.

Romeo Lee la nota, no puede evitar que sus manos tiemblen y su garganta se contraiga, mira el rostro d dolor de su amigo, el sabe lo que se siente y hubiese deseado que no lo tuviera que vivir.

" Me quitaste todo Romeo

Pero yo te voy a quitar algo tanto a Ti como a Aurora y a la traicionera de Noelia, La paz.

Algún día regresaré, volveré cuando creas que eres feliz y que nadie va a dañar tu mundo, porque lo hiciste conmigo el día que llegaste a Alba de luna.

No te preocupes por la niña, la cuidare como mi hija, es lo único qye me quedara hasta tener las fuerzas de destruirte".

Romeo esconde la carta, no es momento, solo quiere abrazar a su amigo y dejar que se desahogue en su pecho.

Inés baja con el pequeño Lucius en sus brazos, se lo entrega a su hija con una gran sonrisa, sabía que ella se sentiría bien como mamá al tener a su bebé cerca

Aurora le da un beso en la frente, es increíble que aquel bebé esté con ella, lo había dibujado tantas veces en su cabeza, en sus lienzos y en sus sueños.

Siente un terrible mareo, es como si una lluvia de emociones volvieran a su cabeza de Tajo, como si todo ese rompecabezas sin armar de recuerdos se hiciera presente, el llanto de Lucius, sus ganas de protegerlo y su amor de madre hacen lo que pensaron imposible.

Aurora con lágrimas en los ojos, levanta la mirada, su memoria ha regresado

— Mamá... — dice llorando como si esto se hubiese tratado de una larga despedida en la que ninguna de las dos pensó volver a ver a la otra.

Inés la abraza, ha regresado, su pequeña hija ha regresado, no va a volver a dejar que se vaya de su lado.

Cómo por arte de la misma magia que un día la alejo de su amado, que fue usada en su contra y que hoy se rompe, Aurora empieza a recuperar su cabellera rubia, aquel tinte negro desaparece de sus cabellos.

Inés solo observa con la boca abierta, su hija lanza un terrible grito de dolor, es como una una brasa ardiente le quemada en la espalda.

—¡Ayudame algo me quema!— exclama nerviosa.

Al abrir el vestido de su hija, Inés con una lágrima que rueda por su mejilla, ve como la marca de la maldición, esa lágrima dibujada en la espalda de su hija como una marca desaparece de la misma manera en la que llegó.

Solo puede abrazarla, ella, su hija ha roto la maldición de su familia, la misma que le correspondía vivir y con la que demostro su amor al Alfa.

Aurora corre con el bebe, quiere buscar a Romeo decirle que lo ama, que nunca lo olvido a pesar que su mente no tenía la claridad de sus ideas.

Pero al llegar a la casa de Dario, la manada está de luto, lloran, escucha los gritos desgarradores de Noelia.

—¿Que paso Romeo?— dice con la voz temblorosa.

— Tienes que aprender a vivir con la culpa, es lo único que puedes hacer para limpiar tu camino — Aurora le da un poco de sopa, y decide ir a descansar.

Desde que regreso no ha tenido un solo segundo para ella, pars procesar que hace tan solo seis meses estaba muerta y hoy ha regresado a la vida.

Romeo le da beso en el cuello mientras con sus fuertes manos le da un suave masaje.

— No es la bienvenida que quería para ti, pero se que en algún momento vamos a tener paz — Romeo suspira.

— Los dos sabemos que si Victor no está muerto, Si Dario no logra su objetivo, sencillamente nunca tendremos esa paz, y por eso escapo, sabe que siempre estaremos alerta — Aurora conocía la maldad de Victor de primera mano, lo que era capaz de hacer por tener que ganar.

Romeo toma las manos de Aurora

— Vamos a disfrutar cada día esa paz, y nuestro amor no va a permitir que el se salga con la suya — el sabe que si dejan que esto le afecte, Victor abra ganado.

—¡Aurora ven rápido!— grita Inés desde las escaleras.

Aurora sube con Romeo a gran velocidad, la cama de Noelia está manchada de sangre, la loba ha decidido cortarse las venas, no puede con el dolor de perder a su hija, siente que la culpa no la dejara.

— Aurora júrame por el amor que tienes por tu hijo, que matarás a ese maldito — Noelia le suplica a la loba su perdón y esa promesa que le dará paz.

Aurora accede, le dará la paz que necesita en el más allá y Noelia muere.

Pasa un mes...

Aurora usa un hermoso vestido blanco y se reúne con Romeo en el altar, deben renovar sus votos ahora con la autorización de Rogelio como padre de la joven.

El anciano del concejo los declara esposos, Romeo le da un suave beso en los labios mientras ella sonríe.

— Tengo un regalo de bodas, estoy embarazada — sonrie mientras abraza a sus amado.

Parece que la felicidad ha llegado a la manada, que por fin todo estará bien para los dos.

Victor observa desde la distancia, camuflado entre heces de caballo para disimular su olor, toma aire y sigue su camino, volverá cuando sea de nuevo grande.

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