Capitulo 75
Lucius busca a Dario, le pide que le ayude con el entrenamiento, por lo que decide agarrar su espada.
—¿Dónde estabas? Sabes que me voy al amanecer y tus padres te esperaron para la cena — Darío es como un padre para los hijos de Romeo, ese tío que les conciente y les da una visión menos estricta de un padre.
— Solo fui a la manada Alba de Luna, son parte de este reino, pero a veces mi padre parece que lo olvida — Lucius nota la diferencia del trato de Romeo con Luna azul y Alba de luna, nunca le han querido decir nada de su pasado, lo que sucedió con Víctor es la única verdad que saben y todo por el miedo de Aurora que fuesen lastimados.
Lucius y Darío tienen un combate de práctica y como siempre Darío lo vence, se ha entrenado por años para matar a Víctor, no ha tenido vida por eso.
— ví a una loba hermosa de Camino, creo que se quedaría en Alba de luna, quiero regresar para saber si es familiar de algun miembro de la manada — Lucius no podia sacarse de la cabeza la belleza de aquella bella loba, era como un recuerdo tatuado en su cabeza.
— Eres un lobo comprometido, Alejandra está muy cerca de cumplir la edad que necesita para ser tu esposa, ser un Alfa trae ciertas responsabilidades — Darío le da un abrazo.
Laura se acerca y les trae un poco de limonada, ella sigue viviendo en la casa que Dario le dejo, ha dejado de esperar que un día le de la oportunidad de demostrarle su amor, sabe que es un hombre perturbado por el amor de Isabela y su culpa por su muerte no lo ha dejado vivir en paz.
— ¿Por qué no tomas a Laura como esposa? Ella siempre ha estado para ti, es la ideal, en cualquier momento le dirá que si a uno de los tantos Lobos que la pretende.
Lucius nunca entendió realmente cuál era la relación de Victor con ella, la amaba eso era más que claro, pero parecía que huia de sus sentimientos hacia ella.
Darío se había enamorado de Laura, pero aceptarlo era olvidar a Isabela, dejar atrás su crimen y no encontrar a su hija, quiso condenarse a el dolor que vivir una vida feliz sin su pequeña.
Bella recibe su clase de piano de todos los días, un profesor es quien le da las clases desde hace mucho, hace parte de la manada Alba de luna.
Oscar, es un lobo gentil, tiene estudios en bellas artes de varias manadas, es un caballero que creció en medio de la fusión de Romeo como Alfa.
Bella lo mira con admiración, se ha enamorado de él, desde que era aún una adolescente siente que su corazón late por el lobo, pero ella sabe que esto es una fantasía, una loba como ella en su estado actual no podría conquistar el corazón de un lobo como Oscar.
—¿ Regresaras mañana a la misma hora?— pregunta jugando un poco con su cabello, intentando ser coqueta, siente que no le es indiferente al lobo.
Aurora entra en ese momento, le da un abrazo a Óscar que sonrie.
— Hoy es la última clase de Óscar — Aurora le invita a tomar el te con ella y le pide a las empleadas de la casa que coloquen una mesita en el salón de piano.
—¡¿Por qué?!— Exclama algo enojada Bella, nadie le había informado de esta decisión.
— Hoy se lo informe a la reina Aurora, Bella tengo novia, y quiero empezar mi preparación como caballero para pedir su mano — Oscar suspira mientras toma un poco de te.
—¿ y mis clases?— la garganta de Bella se quiebra, saber que ahora el tiene a alguien rompe sus ilusiones por completo.
— Oscar me sugirió a una amiga que conoció en su último viaje, es una loba joven y vendrá para hacer una prueba — Aurora despide a Óscar, le agradece pues fue gracias a la música que su hija encontró un nuevo talento.
Bella se encierra en su habitación, es imposible no llorar, amaba a Óscar pero lo que pasó solo es el recordatorio que una mujer invalida como ella no podrá tener amor.
Oscar se sube al carruaje, ama a Bella, pero su familia ha concretado este casamiento, además cree que el Alfa Romeo que cuida a su pequeña como su mayor tesoro, jamás le dará su mano a un Alba de Luna, es claro que a pesar de ser el Alfa aún guarda un poco de rencor por lo sucedido.
La bella joven que Lucius ve, llega después de un par de horas a la manada Luna azul, camina por las calles ya pavimentadas y con un aspecto más citadino de la manada.
Lucius que regresa de su entrenamiento la ve y se acerca.
— ¿Que buscas? Yo te puedo ayudar, estaria encantado de hacerlo — Lucius se porta formal, se siente nervioso, nunca había visto a una mujer tan hermosa que se le quedará impregnada en la cabeza.
— No pedí su ayuda, gracias pero puedo sola — Ella responde en un tono agresivo, le disgusta el formalismo de Lucius.
— Déjame ayudar con tu equipaje, puedo llevarte a una posada cerca de aquí — Lucius intenta tomar sus cosas pero ella le da un golpecito en la mano con el abanico que ondea para el calor
—¡No Gracias! Eres de esos lobos que no acepta una negativa, y en verdad los detesto, Deberías seguir trabajando campesino — La loba se cae por estar discutiendo con Lucius en un charco de barro.
La manada suelta una gran carcajada, Lucius también ríe, pero ella no se deja ayudar de el, siente que el es el culpable del accidente y sigue su camino.
Darío se acerca y le entre a Lucius su espada.
— Es ella la loba de la que le hable.
— Ese tipo de lobas pueden ser un reto, pero a la vez un verdadero dolor de cabeza, cuando tienen un carácter fuerte, envuelven en una pasión enloquecedora a cualquier lobo, alejate — Le sugiere Darío.
Lucius hace un gesto al escuchar a su padre gritar de tras suyo, Romeo enojado le recrimina el desplante de la comida con su madre.
—¡¿Quien eres tu?!¿que haces en mi habitación?— Romeo se cubre de inmediato con sus manos mientras frunce el ceño.
Bianca se queda congelada un par de segundos
— Lo siento, me dijeron que me bañara aquí — finge que busca la ropa pero solo parece modelar su cuerpo desnudo delante de Romeo.
El lobo cierra la ducha, se agacha cubriendo sus ojos y le entrega la bata que el su podía observar.
— Tu baño está en la habitación de tu mismo cuarto, aquí hay baños privados, que esto no se vuelva a repetir, vete — Romeo se enfada, odia que invadan su espacio personal.
— Estoy nerviosa es mi primer día de trabajo, quizás entendí de manera inadecuada, lo siento Alfa.
Saca a la loba a empujones del baño, Bianca se enfada, regresa a su habitación para bañarse, pensaba que después de esto sería sencillo, que el observarla su cuerpo y caería en sus redes.
El trabajo de seducción era lento, pero con ese gesto por lo menos lo hubiese hecho titubear, pero Romeo la ignoro, no la determinó, y parece que le fastidio verla desnuda.
Se viste lo más hermosa posible, usa un vestido algo ajustado, y con un escote en la espalda, se coloca un poco de joyería, quiere llamar la atención y opacar a Aurora.
Al bajar las miradas de algunos invitados a la cena se centran en ella, Bianca con una copa de champagne en la mano se contenea, observa a Romeo, pero este no la determina, sus ojos parecen no despegarse de su esposa a la que mira con devoción.
Ella llegó hasta esta casa con un objetivo, pensaba que sería sencillo pero nunca imagino el amor de Romeo por Aurora, parecía que no tenía ojos para nadie más, solo para ella.
Lucius se acerca — El charco de barro dejo tu piel tersa.
Ella gira , lo reconoce y hace un gesto de incomodidad.
— Este tipo de fiesta no es para ti, supongo que está ayudando en la comida, ve y deja a la gente de sangre fina disfrutar — comenta acidamente Bianca que odia el coqueteo intenso de lobos como Lucius.
— Bianca te presento a mi hijo, es el Lucius, el heredero a ocupar el trono Alfa de Romeo — Se acerca Aurora que quiere que la loba nueva se sienta bienvenida.
Lucius sonríe exageradamente mientras en un gesto coqueto guiña el ojo.
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