DOS HERMANAS, UN ALFA romance Capítulo 87

Capitulo 1

Aurora se maquilla frente al espejo, nota algunas arrugas en su piel, es verdad la juventud en una loba se desvanece más lentamente, pero no significa que el paso del tiempo no marque su piel.

Suspira hondo, ahora es una mamá, una abuela, una reina y la luna del Alfa, tantas responsabilidades, todo lo que ha hecho, le ha dado grandes satisfacciones, se siente feliz y completa pero no deja de soñar lo mismo.

Víctor, su pesadilla recurrente que espanta sus horas de sueño sagrado, es un fantasma que de aparece en su ventana, han pasado más de 10 años desde su muerte y su presencia la atormenta.

Le causo tanto daño psicológico, que no deja de creer que un día el dolor regresará, que esa felicidad en la que habia construido los cimientos de su vida se desvanecieran.

Romeo llega por la espalda, le da un pequeño beso en el cuello

— Te ves hermosa como siempre.

Sus ojos aún brillaban de amor cada vez que veía a su amada, a su Luna, y compañera.

— Vístete, los invitados están por llegar, sabes que está reunión es muy importante para la manada y para el concejo.

La Manada había crecido mucho más de lo que los dos esperaban, Lucius y Bianca se habían encargado de empezar la era de modernización comercial, volviéndo a Luna Azul y lo que un día fue Alba nocturna, y que hoy solo era Luna Azul Dos que estaba a cargo de la pareja de jóvenes esposos.

El concejo, quería que las manadas de la región fueran más unidas, crear acuerdos comerciales, ser una hermandad.

Ellos tenían miedo, pues desde hace unos meses, La manada Viento libre se había declaró fuera de las leyes del concejo, su Alfa no quería regirse por ellos y estaba dispuesto a crear una guerra.

El concejo quería usar a Romeo, el era el único respetado, capaz de mantener leales a las demás manadas, cada día los Alfas morían y sus hijos eran quienes tomaban las riendas, con ideales mucho más liberales de no regirse bajo las mismas leyes.

Romeo algún día fue ese lobo soñador, pero hoy prefería el orden de las leyes, dejarle algo estable a su hijo para un futuro.

Su amigo, Darío, estába de acuerdo, invitar a los Alfas jóvenes y nuevos, enseñarles lo que era mejor para mantener la armonía de cierta manera les aseguraba un poco de estabilidad.

Al bajar las escaleras de lo que hoy era una mansión, la misma que Romeo construyó con sus manos según cada petición de su amada esposa.

Aurora abrazo a sus hijos, a sus pequeños nietos que jugaban, todo debía estar perfecto y su mamá Inés estaba asegurándose de ello con ayuda del su esposo, el padre de Aurora.

—¿porque estás tan nerviosa?— Romeo noto el sudor de las manos de su esposa, sentía como su corazón estaba más agitado.

— No lo sé, tengo una espina en el corazón que no me deja sentirme tranquila — Aurora le da un beso en los labios a Romeo, lo ve a los ojos buscando esa paz que el solo le puede dar.

Pero el bello y mágico momento es interrumpido por la llegada de María Antonia, su esposo Parker estaba enfermo, ya no podía caminar y estaba en silla de ruedas.

Todo el mundo sabía que desde hace unos años, María Antonia se había convertido en la reina y Alfa de su manada, pero que movía los hilos para que Parker pareciera estar al mando, después de la deshonra de su hija Juliána al morir Parker ella se quedaría sin nada del poder que había logrado, mismo poder que quería usar para destruir a Romeo.

Nunca olvido el pasado, nunca olvido las ofensas, no ser Aurora y la reina de la manada más fuerte.

Pero la entrada triunfal de aquella loba se vio opacada por el ingreso de Miranda Goldman.

Miranda era la primera Alfa mujer de la historia de las regiones de la manada.

El concejo autorizo que ella fuese el Alfa de su manada, Luna de oro, en un intento desesperado de llevar

" Modernidad"

Miranda era una loba hermosa, cabello negro, labios rojos, ojos azules y una presencia dominante.

Cuando Aurora la vio ingresar, por un segundo recordó a Florencia, la misma sensualidad que destilaba al caminar, al ganarse la mirada de todos, incluido de un indiscreto Lucius que recibió una mirada de recriminacion de Bianca.

Joseph, uno de los ancianos del concejo, el más poderosos de ellos se acercó a Romeo

— Por favor, habla con ella, necesitamos que Miranda este de nuestro lado, ha empezado a simpatizar con las ideas de Viento libre.

Aurora levanta la vista la escuchar estás palabras y frunce el ceño.

—¿Quien es usted?¿Porque le dice esas cosas a una loba casada?.

—¿Quien dice que no puedo hacerlo? Admirar la belleza una loba, así tenga esposo, sentirse atraído por la loba de la que siempre he escuchado que es hermosa.

Aurora se sonroja, hace un par de horas pensaba que esa belleza se estaba extinguiendo, nunca fue superficial, no quería pensar en la edad pero era un comentario que indiscutiblemente le subía el ánimo.

— No es correcto — responde Aurora en tono de regaño.

— Es momento que las lobas dejen de creer que sus esposos son sus dueños.

El lobo se va dejando a Aurora confundida con su presencia.

Romeo la busca, quiere que hagan un brindis ya que la mayoría de invitados han llegado.

Entran como la pareja perfecta que son, la ideal, la que no se rompe.

Romeo levanta la copa

— Por la unión de las regiones, de las manadas, por la hermandad.

Alzan las copas mientras se escucha unos aplausos de fondo, lentos y largos, sintiéndose el cinismo de quienes venían.

— Si somos una hermandad, creo que es descortés no invitarme, solo porque el concejo no me quiere — el lobo sonríe, es el mismo rubio que se acercó a Aurora.

—¿Quien eres?— pregunta Romeo desconociendo a su invitado.

— Soy el causante de esta reunión patética de unión, Lorenzo Greco, el Alfa de Viento libre, y el único con las agallas para acabar con las reglas del concejo.

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