CAPITULO 10
Pasan los días
Lorenzo llega a la manada Luna Azul, para terminar objetivos claros con Lucius sobre el futuro que les espera como unión.
Lucius lo recibe en el estudio, la tensión entre los dos es evidente que cierran las negociaciones con un trato que firman los dos.
— Lo siento, pero tengo que ser sincero contigo, no me gusta que le envíes detalles a mi esposa — Lucius queria dejar clara esta situación mientras frunce el ceño enojado.
— Bianca es una loba que me causa estima, respeto y muchas más cosas, un detalle como unas flores no debería ser objeto de inseguridad — Lorenzo frunce el ceño, no le cae bien Lucius, siente que su superioridad como Alfa es escudada por ser el hijo de Romeo.
— Ella es la mejor Loba del mundo, es lo que más quiero en mi vida, la amo y por eso no quiero que un lobo como tú se intente acercar de una manera romántica — Lucius coloca las manos frente a la mesa, mientras observa con sus ojos que parecen dos llamaradas a el lobo Lorenzo que solo esboza una sonrisa triunfalista.
El lobo se levanta, su gesto parece burlón, como si aquel gesto fuera sinónimo de una guerra que quiere tener con Lucius.
Las puertas del estudio se abren, quien entra en ese lugar con toda la fuerza que su carácter tiene es Miranda.
—¿Que haces aquí?— pregunta en un tono incómodo Lucius, que se siente muy nervioso al verla en su casa.
— Sabía que ustedes cerrarían el trato el día de hoy, así que vine para que esto sea más una sociedad entre los tres — Miranda se sienta y cruza la pierna con la sensualidad arrebatada que la distingue.
Lorenzo nota la tensión de ellos dos, la manera en la que Lucius se puso pálido y como su garganta temblaba nerviosa mientras que Miranda parecía querer intimidarlo más.
Ella le pide que se vaya un momento, necesita hablar de cosas privadas con Lucius.
Lorenzo accede pero para el es claro la jugarreta que se traen ellos dos y siente rabia, el daría su vida por cuidar de Bianca y otros se aprovechan de su vulnerabilidad.
Miranda se acerca de manera seductora a Lucius que de nuevo le recrimina su presencia.
— Después de lo que pasó, prefiero que tú presencia sea mínima en mi casa, cualquier tipo de trato lo vamos a hablar a través de Darío — Lucius no la quiere ver de nuevo, sabe que Miranda es ese ser que le traerá la destrucción esa llama de fuego que armara un incendio en su vida.
Miranda abre los ojos, odia que esté la rechace, pero siente que el es débil, que aún puede caer en sus encantos lúcidos.
Le da un beso en el cuello, lo mira seductora mientras esté niega con la cabeza.
— Yo se que no te acuerdas de esa noche, pero yo la tengo grabada en mi cabeza, y se que lo disfrutaste — Miranda empieza a hacerle un morado en el cuello con sus labios.
Lucius sonríe y suelta un pequeño gemidito, le gusta la sensación pero la aparta de el de inmediato.
—¡Déjame en paz!— le exige mientras la empuja un poco —¡No te deseo! No me gustas, eres bella, pero para poder tener intimidad contigo falta lo que si siento por Bianca.
Miranda se queda de una pieza, Completamente pálida y enojada, que él le diga que no la desea es una ofensa.
— Está bien, entiendo que no me desees, pero lo que pasó esa noche, pasó, y tu no puedes hacer nada más, debes responder por mi honra, por mi virtud.
Miranda le da un golpe a la mesa de madera dejadnos claro a Lucius que ella no va a permitir que esto termine así .
Lorenzo que espera en los hermosos jardines de la casa, recibe con una sonrisa a Bianca que llega con una charola y una jarra de limonada.
—¿Terminaste tu reunión con Lucius?— cuestiona ella al ver por todos lados que su esposo no está cerca
— Si, pero el esta en este momento con Miranda, al parecer vino a resolver asuntos privados con el — Lorenzo lo dice en un tono irónico.
La mirada Bianca cambia, desde que conoció a Miranda ha sentido inseguridad, y es claro que no quiere verla cerca de Lucius
—¿Sabes porque te rechazo? Porque esperaba que por una vez hicieras lo que hiciste por ella, dejaste todo por buscarla, pero a mí solo me sentencias que no le haga daño a tu princesa — Miranda le da un empujón a Darío y decide salir al jardín para tomar aire y fumar un cigarro.
Bianca se acerca a ella
— Miranda sabes que eres bienvenida, eres una Alfa y te admiro por eso, porque le abriste un camino a mis hijas, pero si quieres quedarte con mi esposo te pido que te alejes.
Miranda suelta una sonrisa irónica
— Definitivamente lo que dicen de ti es verdad, eres una ingenua que está lejos de ser como Aurora, de ser una reina Alfa con fuerza ¿Crees que una Alfa como yo se encapricharia con un casado? Cuando puedo tener a mis pies a cualquier lobo poderoso.
Bianca se siente muy mal, quizás los celos de su cabeza le han jugado en contra y ella ha malinterpretado, se siente avergonzada y agacha la cabeza
— Lo siento es que te veo muy cercana a el, peor mi intención jamás fue decirte algo que te haga sentir incómoda — Bianca suspira, se sonroja al sentirse una celopata.
Lucius que salía al jardín ve la escena, se acerca muy nervioso, cree que Miranda es capaz de decirle la verdad a Bianca
—¿Que sucede?— Lucíus abre sus ojos mientras siente un escalofrío en la piel
— ¿Quieres que te diga que hago aquí?— Miranda mira a Lucius directamente a los ojos, como si eso fuera una amenaza de lo que quiere hacer y su sonrisa una manera de burlarse
— No por favor, deja que yo se lo diga — Lucius levanta la mano intentandl detener la situación.
—¡¿que es lo que pasa?!— exclama enojada Bianca
— Yo .. soy tu media hermana, soy hija de Darío.
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