Capitulo 11
Maria Antonia recibe en su mansión a Joseph, en anciano de los lobos que está destruido con lo que sucedió, se siente humillado ante la fuerza de un lobo como Romeo.
Todos han decidido dejar de creer en su concejo, y darle vía a libre la creación de Romeo que ante sus ojos es una aberración a las normas ya establecidas.
— Yo lo apoyo, mi padre me enseñó a respetar las tradiciones, y mi esposo a pesar de su enfermedad y de su poca opinión se que desea lo mismo.
—¿Que crees que podemos hacer? Romeo lentamente se está posicionando en el poder, se está volviendo ese ser impoluto que odio que sea.
— Demostrar que Romeo no es el indicado, la imparcialidad es un atributo de un líder supremo, y los dos sabemos que teniendo un Alfa como hijo cualquier cosa puede pasar — María Antonia le ofrece un trago al lobo que frunce el ceño.
—¿Quieres usar a su hijo para quitarlo del poder?— frunce el ceño intrigado por el plan de la loba que parece muy interesada en acabar con Romeo
— Así es, si si hijo Lucius comete un mínimo error el deberá darle el castigo necesario, Romeo no está listo para eso, y debemos crear el panorama para llevarlo al límite — María Antonia solo ve la oportunidad de cobrarse una deuda vieja.
—¿Que quieres? Eres de las pocas que me apoya, pero sé que todo tiene un precio.
— A parte de querer ver destruido a Romeo, pues él me lo debe, me humillo en dos oportunidades, cuando me rechazo y después cuando su hijo rechazo a mi hija, quiero que me des el título de reina Alfa, me lo merezco.
Maria Antonia sabía que cuando su esposo muriera y que seria muy pronto quedaría desprotegida, su hija Juliana había escapado con un Omega, el siguiente en la línea del trono era el sobrino de su esposo y obviamente no le daría las mismas concesiones de reina.
Joseph le dio la mano, el trato estaba sellado, estarían atentos y de ser necesario provocarían errores en Lucius para atacar a Romeo.
***
Miranda abre los ojos al recibir un fuerte abrazo de Bianca, la loba tiene lágrimas en sus ojos al escuchar que ella es su hermana.
— No lo entiendo, pero esta es la mejor noticia que me podías dar — Bianca sonríe, se siente feliz de poder tener una hermana.
—¿No te preguntas cómo sucedió?— Miranda estaba lejos de imagínarse está reacción, ella esperaba ver un ataque de Bianca, algún tipo de descontrol al saber una verdad que se le estaba ocultando.
Miranda le relata la verdad, tiene un poco de veneno en sus palabras, es como si quiera que el veneno entrará por los oídos de su hermana y Darío fuese el villano.
— No me importa, se que mi padre amo a mi madre pero también que después de su muerte tuvo vida, no me sorprende que tuviera amores antes de Laura, pero si que me dé una hermana — Bianca es algo ingenua, pero siempre quiso tener un vínculo.
Victor la alejo de todos y de todo, era tan malo que no la dejo ser feliz, tiene una familia completa pero tener una hermana es la cereza del pastel.
Laura se acerca, le pide que entre a la casa un momento para hablar Algo de la cena, Bianca le pide a Miranda que no se vaya, quiere hablar con ella.
Lucius espera que su esposa se aleje, jala del brazo a la víbora como la llama en su cabeza y la aleja un poco.
—¡¿que es lo que quieres?! Ya se que me declaraste la guerra, pero no voy a permitir que le hagas daño a Bianca, ella no se lo merece — Lucius gruñe, no quiere verla de nuevo cerca de su esposa.
— No escuchaste, ella es mi hermana, deberias sentirte orgulloso como tu padre, de haberte llevado a la cama a las dos hermanas — Miranda lo mira fríamente, es verdad que la reacción de su hermana fue algo nuevo, pero no significa que su cabeza deje de estar llena de odio para ella.
—¡Aléjate de mi familia!— exclama Lucíus mientras la agarra del brazo con mucha fuerza llegando a lastimarla.
— Sueltame, ahora no solo soy tu amante soy tu cuñada — Miranda le da un beso en los labios.
Lucius se aleja, sabe que está loba no vino a jugar y que tiene un propósito claro — Después de la cena, te quiero fuera de mi casa.
El lobo se aleja, sus pasos sin pesados y gruesos, desquitando el odio que siente en su corazón por Mirands y el nerviosismo que le provoca.
Miranda enciende un cigarro, sus manos tiemblan, enfrentarse de esta manera a Lucius no es la idea más romántica que tiene del amor.
Por la parte trasera se acerca Lorenzo, que enciende con su encendedor el cigarro de la loba.
Aurora despierta después de aquella pesadilla, se sienta en la cama y Romeo se despierta con ella.
—¿Que pasa preciosa?— cuestiona mientras le sirve un poco de agua.
Aurora niega con la cabeza — solo una pesadilla.
Bianca y Lucius suben a la habitación, ella empieza a besar el cuerpo del lobo de nuevo, se sube encima de él y se quita la bata de babydoll dejando su cuerpo desnudo sobre el
Lucius acaricia sus pechos, los mete a su boca mientras ella gime en su oído pues sabe que esto le encanta a su esposo
Lucius recuerda esa mañana, las imágenes de la noche están borrosas, siente que tocar a Bianca sin saber que pasó con Miranda es una ofensa para su esposa.
— Lo siento estoy cansado, no creo que hoy sea buen día.
Lucius detiene los besos, las caricias de manera abrupta.
Bianca decepcionada se baja de encima de él —¿Ya no te gusto?.
— Por supuesto que sí, solo que hoy no — Lucius le da un beso en los labios a su esposa, desea tomarla, pero no quiere ensuciar su amor con la culpa que siente.
Bianca suspira, quiere entenderlo, ayudarlo y esperar, es lo que debería hacer en nombre del amor.
Lucíus se agacha para agarrar la camisa que se cayó al suelo en medio del intenso momento, Bianca abre los ojos.
—¡¿Quien te hizo ese moretón?!— Exclama enojada la ver el cuello de su esposo con aquella marca de otros labios
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