CAPITULO 12
Las manos de Bianca tiemblan, tiene miedo de descubrir una verdad que siente acabaría con su vida, que la mataría.
—¡¿Que es esto?!— le pasa un espejo a su esposo, quiere que Lucius le deja explicación válida de lo que está viendo.
— Mi amor, tú lo hiciste — Lucius titubea mientras en su cabeza maldice una y otra vez que Miranda se le acercara en el estudio y ese milisegundo de debilidad.
— ¡No lo hice! ¿por eso no me tocas? Dime la verdad ¿Estás con otra loba?— las lágrimas de Bianca salían por sus ojos en medio del dolor de lo que pasaba, de la rabia y del resentimiento.
Bianca solo deseaba que él le dijera que no, que nunca estuvo con nadie más que no fuese ella
— Hoy me caí en el caballo, no te dije nada para no preocuparte, es por eso — Lucius le pide que confíe en su amor, pero el mismo no confía de manera cobarde, pues tiene miedo de perderla.
Era la oportunidad de decirle la verdad, de acabar con el juego de Miranda, pero su miedo era más fuerte que su sinceridad.
Bianca abre los ojos, recibe los besos de Lucius, que le suplica con las pupilas dilatadas ni pensar mal de el.
Bianca acepta con la cabeza
— Te creo, eres el amor de mi vida, no quiero que la duda entre en nuestra familia, pero si es verdad, si me engañaste, me pierdes para siempre.
Bianca acepta el abrazo de Lucius, su cabeza no puede procesar una mentira infiel, su amor es ciego, confiado, quizás faltan más de esos amores.
Lucius y ella se acuestan en la cama, el besa su cuello y deja que todo pase como tenía que pasar, pero ahora es Bianca que no quiere que el la toque y le da la espalda.
Hay una fractura en su matrimonio, y un mínimo golpe destruirá el cristal en el que Lucius metió su relación.
Al amanecer...
Bianca se reúne en el comedor, finge con una gran sonrisa que todo está bien, que lo que sucedió en la noche está aclarado, a pesar que la duda sigue en su pecho como el peor de los puñales.
—¿Porque estás tan tensionada?— le pregunta Laura mientras le ayuda a preparar y coordinar el desayuno para los invitados.
— Lucius .... Creo que tiene una amante, pero mi cabeza se resiste a creer que el va a traicionar nuestro amor — Bianca derrama un par de lágrimas que limpia con rapidez, odia sentir esta duda que le quema.
Laura la abraza, sabe que no sirve de nada que le diga la verdad, que le diga una mentira consoladora, solo necesita un abrazo.
En el desayuno en medio de la familia, Bianca les pide a Lorenzo y Miranda que los acompañen, al final de la cosecha presentaran a sus hijas ante la diosa Luna.
— Me gustaría ser madrina de una de mis sobrinas, ahora que soy parte de la familia y que sabes la verdad que tendrá que ser oculta para no perder mis derechos en Luna roja, desearía ser parte de la vida de mis sobrinas.
La mirada de Miranda es provocadora, parece que se burla de Lucius y le incita a responder, pues si ella es la madrina de su hija, es parte de su familia.
— Gracias pero no, esos lugares serán para mí madre y para Laura — Lucius responde de manera fría, ignorando las provocaciones visuales de Miranda.
— Se que si hablamos con Aurora ella lo entenderá, además como nueva líder del concejo supremo, no creo que pueda pues se verá como un favoritismo más — Bianca solo quiere que su hermana se sienta parte de su vida, que sienta que las dos pueden ser amigas.
Lucius quiere intervenir, no desea que Miranda esté cerca de sus hijas pero se queda en silencio y pálido como papel.
— Déjame cuñado, seré la mejor madrina que puedas tener para una de las niñas — debajo de la mesa, Miranda coloca su pie cerca de la entrepierna de Lucius y empieza a acariciar la.
Miranda sabe que el la desea, que de no existir sus principios, Lucius le hubiese hecho el amor toda la semana y le hubiese enseñado la pasión que tanto desea.
Lucius se levanta de la mesa sin decir más, demostrando un poco su enfado, Lorenzo va tras el y le pide que vayan a cabalgar un poco lejos del lugar antes de iniciar su viaje de regreso.
Lucius acepta y acompaña a Lorenzo hasta el límite de las dos manadas.
—¿Querías decirme algo? Todo el camino estuviste callado — Lucius se baja del caballo para darle la mano a Lorenzo y despedirse.
Lorenzo le responde con un fuerte golpe que lanza a Lucius por los aires.
Al llegar a la primera que busca es a Miranda.
—¿Que te paso mi amor?— Intenta tomar uno de sus golpes.
—¡No soy tu amor!¿Que le dijiste a Lorenzo — Lucius exclama enojado y le recrimina sus mentiras.
— ¿Lorenzo y tu se pelearon por mi?— Miranda siente una especie de luz en su pecho al imaginar a los dos lobos peleando por su honor
— No te creas tan importante, la pelea fue por Bianca, el quiere defender la honra de mi esposa no la tuya — Lucius le aclara con un tono de rabia y enfado.
— Tienes que dejar a Bianca, elegirme a mi, o haré tu vida un infierno — Miranda decepcionada sube las escaleras para ir a su habitación, quiere llorar y las lágrimas salen por sus ojos.
— Espera, quiero hablar contigo — Laura se acerca y toma la mano de Miranda.
— No tengo nada que hablar con usted, me imagino que sabe que mi padre le dió a usted le lugar que debió ser de mi madre, algo que a ella siempre le afecto — Miranda tiene un especial recelo por la loba a la que ve como una enemiga.
— Lo se, pero quizás si escuchas la versión de tu padre por una vez, las cosas pueden cambiar.
— Las cosas nunca cambian — Mirands responde de manera grosera.
— Todos ven a una loba fuerte, una loba que puede acabar con otros, pero yo veo una niña débil que solo quiere saber más de su pasado y entender su lugar en el mundo — Laura le habla como una madre, se siente identificada con Miranda pues en un momento de su vida ella tampoco tenía rumbo.
Por un segundo, Miranda sintió paz, sintió que alguien describia lo que ella sentía pero una imagen vino a su cabeza.
— Esa mujer, Laura, una vulgar ex concubina Omega se robó mi felicidad.
Su madre ya se había casado con el Alfa de Luna roja pero ella guardaba las esperanzas de volver a ver a Darío y el dolor de verlo casarse con otra loba, contribuyó a su muerte temprana.
—¡Déjame en paz!— grito Miranda que le dió un fuerte empujon a Laura que cayó por las escaleras de la mansión.
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