Dave había acudido a la reunión con el nuevo alfa con mucho retraso, pero, por suerte, tuvieron la gentileza de atenderlo.
A veces, tener una reputación temible que le precedía, era una bendición disfrazada, aunque en muchas ocasiones se había preguntado por el cambio que se produjo en él desde que conoció a Amaris, es posible que se debiera a que ella sacó a relucir un lado más amable que nunca antes había podido mostrar.
Ellos habían negociado los detalles más delicados de un acuerdo defensivo que beneficiaría a la manada más pequeña en comparación con Dave, sin embargo, también ampliaba sus alianzas un poco más.
Tener el apoyo adecuado de una manada prominente era a menudo la diferencia entre el éxito y el fracaso cuando se trataba de expandirse a un nuevo territorio. A Dave no le interesaban las pérdidas a corto plazo que pudiera sufrir al proteger a las manadas vulnerables mientras establecían sus tierras y sus defensas, lo que más le importaba eran las recompensas a largo plazo.
Era fácil ver el potencial de cada uno de estos alfa, y lo habían planeado meticulosamente. No tenía ninguna duda de que se convertirían en valiosos aliados en unos pocos años. ¿Quién sabe? Incluso podría tener algunos cachorros por aquí para ese entonces.
Dave sintió que su lobo gruñía complacido en su pecho, fue una sensación desconocida que lo sorprendió al principio, pero una vez que superó la extrañeza del sentimiento, fue muy tranquilizador.
'Imagino que el hecho de que haya cachorros o no depende de si asustaste a Amaris' le dijo Dave a su lobo, entre burlón y serio.
Como respuesta, su lobo emitió un quejido, un sonido inquietante y lleno de tristeza, que de inmediato afectó a Dave mientras se dirigía al estudio más pequeño.
Suspiró con fuerza.
'Estoy seguro de que ella lo aceptará… quizás tome un poco de tiempo ¡Pero tendrás que refrenar tus impulsos!
Su lobo le respondió con un bufido despectivo, mientras su orgullo y arrogancia se apoderaban de Dave y estaba seguro de que si pudiera hablar en ese momento. Habría hecho algún comentario sarcástico que seguramente rivalizaría con el de Maena.
Al pensar en ella, su lobo empezó a inquietarse en su cabeza.
'Escucha, tienes que calmarte. La volverás a ver pronto. ¡Maena es un hueso duro de roer, pero creo que le caemos bien!' Dave sonrió satisfecho mientras empujaba la puerta de su estudio.
Mientras miraba las hileras de libros de las estanterías, sonó el fuerte zumbido de la notificación de un mensaje, así que sacó el teléfono del bolsillo distraído.
Cuando el nombre de Amaris apareció en la pantalla, su corazón se aceleró, pero luego se detuvo en cuanto leyó el contenido del mensaje.
'Esta noche me quedaré en casa de Minerva. Pasar tiempo juntas es importante, y tengo mucho de que hablar…'
Dave agarró con fuerza el teléfono y sus nudillos se pusieron blancos cuando la carcasa protectora se rompió por la presión. Lleno de ira y disgusto, lanzó el aparato al otro lado de la habitación, sin golpear la cabeza de Ben, que se asomó al mismo tiempo por la rendija de la puerta.
'Eh… ¿Mal día?' Preguntó Ben con prudencia. Entrando a la habitación para luego cerrar la puerta tras de sí sin hacer ruido.
Dave sujeto el borde de su escritorio y bajo la cabeza, mientras respiraba hondo para intentar calmar la furia que llevaba dentro. De pronto comprendió lo fáciles que le habían resultado las cosas sin un lobo alfa activo y sus impredecibles emociones desatándose en su interior.
Este iba a ser un nuevo tipo de desafío, pensó con amargura.
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