'Como tu beta, siempre has tenido confianza en mí en relación con todo lo que has hecho. Dave. Te he servido bien y fielmente, y nuestra manada ha prosperado. Pero esta vez, tus decisiones me decepcionan y no encuentro palabras para realzar en su justa medida lo importante que es para mi saber con lo que estoy lidiando aquí, para poder continuar apoyándote de la mejor forma', dijo Ben, tratando de ocultar el dolor que había en su voz mientras hablaba.
Dave no respondió de inmediato. Se limitó a mirar fijamente la expresión de dolor de su beta de confianza mientras pensaba cómo debía responderle.
¿Cómo podría decirle que lo había mantenido deliberadamente al margen porque no sabía si podía confiar en él? ¿Cómo decirle que lo hizo porque no quería que sus sentimientos interfirieran con lo que Dave decidió que era lo correcto?
Pero parecía que Minerva iba a ahorrarle la molestia de tener que herir el orgullo de su beta: ella le sonreía con un brillo en los ojos.
'Relájate, cariño… Han pasado muchas cosas últimamente y estoy bien segura de que, si no hubiera sido por la estupidez y el mal juicio de Amaris, ellos se habrían sentado contigo a contarte todos los deleitosos pormenores'. Ronroneó mientras recorría con la mirada el cuerpo de Ben y se detenía en la zona de su entrepierna, con los ojos brillando con avidez por un instante.
Ben se movió incómodo bajo su mirada y se inclinó para agarrar un cojín del sofá, como protección, al tiempo que le gruñía a modo de advertencia.
'Escucha, si crees que esa cosa te va a proteger de mí, la estupidez de Amaris no es nuestro mayor obstáculo cuando se trata de querer ayudar a todos'. Minerva resopló mientras movía los dedos de manera provocativa en dirección a Ben.
Dave suspiró al tiempo que miraba atentamente a Ben.
'Escucha, hubiera hablado contigo antes, pero apenas hemos tenido tiempo para las reuniones normales debido al desarrollo vertiginoso de los negocios, la adaptación de Amaris en la manada y … Ahora esto. Cuando Minerva nos actualice bien, con la información detallada de su padre, entonces te prometo que participarás en estas discusiones. Sin embargo, debes abrir un poco más la mente, Ben. Minerva tiene una ascendencia mixta que no me cabe a mí discutir, pero cuando ella decida hacerlo, no vamos a tolerar prejuicios. ¿Entiendes?'.
Ben frunció el ceño y asintió a secas.
Obviamente, seguía herido, pero al menos estaba un poco distraído tratando de protegerse con un cojín de la mirada inquisitiva de Minerva.
'Ahora todo lo que queda es tratar de averiguar cómo diablos voy a entrar en el palacio y sacar a Amaris'.
Apenas terminó de hablar, el teléfono de su escritorio comenzó a sonar.
Era un número desconocido y Dave arrugó el entrecejo, preguntándose momentáneamente si debía contestar o no; finalmente lo hizo.
'¿Quién es?'. Gruñó airadamente en el receptor.
'¡Oh, alfa! ¡Qué agradable sorpresa! Estaba segura de que hablaríamos con su beta y no con usted'. Una voz chillona sonrió de manera afectada al otro lado.
Dave luchó por reprimir la furia desenfrenada de su bestia ante el sonido de la voz de la mujer que había causado tanto daño a su pareja. Decidió bloquear a su lobo para poder concentrarse.
Odiaba hacerle eso, pero no tenía otra opción. Amanda y Jess no podían sospechar, en modo alguno, que ellos las estaban siguiendo.
'Ya lo creo', soltó Dave con los dientes apretados. '¿A qué debo el placer de su llamada?'.
Siempre había sido impresionante ocultando sus emociones. De hecho, Amaris había sido la primera persona en atravesar su glacial apariencia externa.
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