El Alpha Millonario © romance Capítulo 43

Capítulo cuarenta y dos

—Wade Adlen Dhall—digo y la desinteresada enfermera me mira a través de sus lentes.

—¿Es usted algún familiar?

—Sí, tiene que dejarme verlo—una mentira que otra siempre vale.

—Habitación trescientos doce, suba al tercer piso a mano izquierda —camino como puedo con el señor Fernando jalándome hasta el elevador. Él toca los botones rápidamente como si eso lo hiciese bajar más rápido.

Después de que me desmayé encontraron su cuerpo con moretones e hinchado por el calor y el golpe de impacto. Mi cuerpo tenso se relajo al escuchar eso y de la nada otra voz en mi cabeza apareció.

Flashback

Que bien que Yoshua no haya muerto. Ese es mi lobo.

¿Y tú quien eres?-

¿No es obvio, cariño? Soy tu loba, me llamo Lauryn.

Esto no es posible, soy un demonio.-

Claro que si es posible, Wade te mordió y Yoshua te mordió, juntos te dieron un espíritu, un bebé y la diosa me envió a tu cuerpo, soy tu forma Lobuna.

Esto es mucho para procesar.-

—Sara, ¿vienes al hospital? —el padre de Wade se asoma por la puerta y asiento.

Fin flashback

Y así es como terminé con otra voz en mi cabeza. No sé como la voy a aguantar si ni siquiera aguanto a mi mente y eso que soy yo.

El elevador llega a planta baja y entro, el papá de Wade me sigue junto con Andrews y presiona los botones para subir al tercer piso, rápidamente subimos y las puertas se abren dejándonos ver a cientos de camarógrafos y reporteros que corren hasta nosotros bombardeando con preguntas y posibles hipótesis.

¿No se supone que ellos deben estar afuera?

¿Dónde está el equipo de seguridad del hospital cuando se necesita?

Andrews abre paso mientras cruzamos el mar de personas y llegamos a la habitación, abro la puerta y soy empujada dentro por los camarógrafos haciendo que me caiga a un costado.

Me levanto, sacudo mi vestido y llamo su atención carraspeando —Será que pueden salir, por favor. Él está herido, golpeado, respeten la privacidad de los demás por una vez en su vida, dejen de chismosear, más tarde se le darán resultados de su salud —me ignoran completamente y enfocan su cuerpo herido —A ver, ¿a ustedes les gustaría que un familiar que acabará de pasar esto lo estuviesen filmando y determinando su estado? yo estoy enferma, acabe de salir del hospital para ahora quedar en otro con él. FUERA DE AQUÍ —señalo la puerta y coloco una de mis manos en la cintura.

—Si no salen ahora a todos les pondré una demanda —la puerta es azotada y la habitación es totalmente desalojada.

Cierro la puerta y camino hasta él. Vendas por todos lados, su cara está toda golpeada, brazos y piernas quebradas, su cabello está totalmente quemado, su piel toda rojiza.

Él no es Wade.

Abre sus ojos lentamente y hace una mueca de dolor, trata de hablar, pero se lo impido —No hagas fuerza, ¿por qué haces cosas cómo estas? ¿Acaso no querías ver a tu hijo? ¿Y si moría contigo por tu morir? —hace una mueca y suspiro intranquila.

—Lo mejor es que estes en reposo hasta que sanes en gran parte, después puedes acelerar el proceso en forma de lobo. Yoshua tendría que estar por un mes fuera —asiento escuchando las palabras de su padre —Bueno te dejo a solas con él, más ahora entro yo —niego.

—Hable usted con él, yo saldré un rato y luego entraré —doy media vuelta y me detiene.

—Él quiere hablar contigo, no conmigo —trago grueso y aprieto mi mandíbula.

No empieces Sara, tranquilízate.

Vale, que él te hizo muchas cosas y sabes que lo odias, pero espera a que se recupere para reprocharle todo.

Asiento y dejo que el señor salga de la habitación. Sus ojos lagrimosos encuentran los míos y desvío la mirada a mis pies.

Hola.]

En mi mente resuena su voz, tan gruesa y con carácter.

Hola.*

¿Cómo estás?

Sonrío —Eso debería preguntarlo yo, pero estoy muy bien, gracias. ¿Y usted cómo está?

Mírame aquí, todo despilfarrado, casi muerto.]

—Por lo menos no moriste y, ahora cómo piensas hacer con todo... ¿La manada, las empresas?

Tú puedes manejar todo lo que es de nosotros.]

—Lo que es tuyo querrás decir, además sabes que yo n...

Es una afirmación. Sé que deseas ser doctora y que estás enojada conmigo, sé que no me quieres y lo entiendo, pero ahora ayúdame, por favor. No seas como yo.]

—Me pides ayuda ahora que estás mal, ¿y tú que hiciste cuando yo la necesitaba mientras me violaban?

Solo. Solo maneja la empresa y la manada, por favor, ellos te necesitan.]

—¿Y mis estudios?

Te pondré profesores en casa para que te enseñen.]

—No es justo.

Lo sé, pero si no te gusta, ahí está la puerta, recházame y te puedes ir. Tendrás todo, no te va a faltar nada nunca.]

—¿Alguna vez te han dicho que eres un grosero de mierda? Me estás pidiendo ayuda y dices tales tonterías.

Te conviertes en la primera que me lo dice.]

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