—¡Lucas! —Jonás se adelantó con rapidez para apoyar a Lucas.
Después de revisar el brazo de este último, concluyó que su brazo estaba roto y solo se recuperaría en unos pocos meses.
—¿Cómo te atreves a lastimar a mi hijo, bast*rdo? ¡Voy a matarte!
Debido a la boda, al principio solo había planeado darle una lección a Jaime. Pero en ese momento, solo quedaba un pensamiento en su mente: matar al hombre. De lo contrario, sería por completo humillado ante los muchos comerciantes de Ciudad Higuera presentes allí.
Sacando su teléfono, convocó a todos los guardaespaldas en casa, todos los artistas marciales a quienes había gastado el rescate de un rey para contratarlos.
Por lo tanto, eran mucho más hábiles que Calvo y sus lacayos, que no eran más que rufianes que merodeaban por Lucas para congraciarse con él.
A pesar de ver a Jonás hacer una llamada para reunir a sus hombres, Jaime no se asustó en lo más mínimo. En cambio, volvió a sentarse y tomó su vaso de agua, bebiendo lánguidamente. Eso inflamó aún más a Jonás, ya que Jaime con claridad no tenía ningún respeto por la Familia Sabina.
—¡Mátalo, papá! ¡Lo quiero muerto! —Lucas, cuyo brazo estaba roto, rugió con el rostro contraído.
—No te preocupes, Lucas. ¡En definitiva, lo arrojaré al río hoy para que los peces se den un festín! —Jonás maldijo mientras miraba angustiado a su hijo.
Sabiendo que Jaime era bastante hábil, no actuó de inmediato, sino que esperó a que llegaran sus guardaespaldas.
En ese momento, la puerta del salón de banquetes se abrió y Josefina entró de inmediato para ver quién con exactitud estaba armando un escándalo allí.
—¿Qué pasó, Señor Sabina? —Josefina le preguntó a Jonás tan pronto como entró.
—Este niño se atrevió a armar una escena durante la boda de mi hijo e incluso lo lastimó. Como tal, habrá un baño de sangre en tu hotel hoy —respondió Jonás, señalando a Jaime, quien estaba bebiendo agua en la mesa.
Cuando Josefina desvió la mirada, estaba por completo estupefacta.
Ni en sus sueños más locos había pensado que el alborotador sería Jaime y que aún no se había ido.
—Señor Casas ¿Cómo puede ser usted? —preguntó Josefina con la perplejidad grabada en su rostro.
—¿Está sorprendida, Señora Serrano? —Jaime le dirigió una sonrisa.
—¿Lo conoces, Josefina?
Las cejas de Jonás se fruncieron.
—Señor Sabina, probablemente haya alguna confusión. El Señor Casas está aquí para tratar a mi padre. ¡Todo esto debe ser un malentendido! —aclaró Josefina.
—¿Tratar a tu padre? —El ceño de Jonás se profundizó aún más.
—¿Me estás forzando la mano, Josefina?
Una intención asesina brilló en sus ojos. Tan pronto como sus palabras cayeron, docenas de guardaespaldas de la Familia Sabina irrumpieron, todos irradiando un aura opresiva. Cuando Jonás vio que habían llegado, la mirada en sus ojos se volvió aún más fría mientras miraba a Jaime.
—¡Señor Sabina, pase lo que pase, no puedo permitir que lastime al Señor Casas!
Justo después de que Josefina terminó de hablar, más de una docena de guardias de seguridad del hotel entraron corriendo y la protegieron.
La atmósfera en el salón de banquetes se volvió tensa al instante, y muchos invitados se retiraron a una distancia segura por temor a quedar atrapados en el fuego cruzado cuando estallara la pelea.
—¡Niña, puedo matarte en cualquier momento si no fuera por el bien de tu padre! ¡Hazte a un lado ahora mismo! ¿Crees que puedes detenerme con estos miserables guardias de seguridad? —Furioso, Jonás ya no mostró ninguna cortesía a Josefina.
Siguiendo sus palabras, las docenas de guardaespaldas de la Familia Sabina desataron sus auras amenazantes. Solo eso petrificó tanto a la docena de guardias de seguridad que se quedaron tan blancos como una sábana.
Josefina también se puso un poco más pálida, pero permaneció de pie frente a Jaime con resolución en sus ojos.
—Sabina, ¿no crees que estás yendo demasiado lejos para asustar a un niño cuando ya eres mayor de edad?
En ese momento exacto, la puerta del salón de banquetes se abrió una vez más y Gonzalo entró con un rastro de disgusto en su rostro.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El despertar del Dragón