El despertar del Dragón romance Capítulo 149

—Jaime, olvídalo —susurró Hilda con ansiedad.

Leonardo se echó a reír al ver lo preocupada que estaba Hilda. Luego se burló de Jaime:

—Oye, tonto, aún estás a tiempo de cambiar de opinión. ¿Te puedes permitir siquiera beber brandy? Parece que no llevas ni veinte mil. Deja de presumir de lo que no tienes.

—¿Cambiar de opinión? —Jaime sonrió—: ¿Para qué? De todos modos, solo es brandy. No es que no lo haya bebido nunca. Pero si ya te arrepentiste, aún estás a tiempo de detener a los meseros.

—¡Ja, ja, ja! ¿Me estás tomando el pelo? ¿Por qué iba a hacerlo? Unos cuantos millones no significan nada para mí —Leonardo se rio en voz alta.

«Vamos a ver cuánto tiempo puedes seguir con tu actuación. En cuanto llegue el licor, seguro que te arrepientes».

Pronto, los meseros sirvieron diez botellas de brandy. Todos estaban asombrados porque ninguno de ellos había probado un licor tan caro.

—Señor, ¿necesita ayuda para abrirlas? —le preguntó uno de los meseros a Leonardo.

Leonardo dudó y se volteó para mirar a Jaime.

—Jaime, ¿estás seguro de esto? Una vez que abran las botellas, será demasiado tarde.

Leonardo estaba seguro de que Jaime iba de farol y lo presionó para que se sometiera. De hecho, esperaba que no se abriera ningún licor porque no podía pagarlo.

Jaime sonrió y le dijo al mesero:

—Por favor, ábralos todos.

Cuando se abrieron las diez botellas, el corazón de Leonardo se hundió.

—Este es un buen licor. —Jaime se sirvió una gran copa de brandy y se la tragó.

Leonardo miró a Jaime con desprecio y dijo a los demás:

—¡Bebamos! ¡No dejen que se lo quede todo para él! Parece que Jaime no ha visto un licor tan caro en su vida.

Al escuchar eso, todos empezaron a servirse. Ivón y Michelle, a pesar de no ser bebedoras, se sirvieron también un vaso lleno cada una. Aprovecharon al máximo, sabiendo que ellas mismas no podrían permitirse un licor caro.

A diferencia de las demás, Hilda no tenía ganas de beber. En cambio, se ocupaba de consolar a Yolanda, que se encontraba en mal estado.