Diego barrió con la escoba accidentalmente la parte en los pies de la niña.
Llevaba un par de zapatos blancos cuya pantorrilla blanca se ladeaba y También estaba escuchando la conversación sobre el auto allí.
Con toda su atención.
Inesperadamente, la escoba sucia se barrió en sus zapatos que se ensuciaban por el polvo.
No podía aguantar para gritar en ese momento.
Y su voz obviamente atrajo la atención de Neva y los demás.
-Yoana, ¿qué te pasa?-
Neva se apresuró a acercarse y le preguntó con mucha preocupación.
Silvino corrió hacia ella con mucha prisa.
-¡Nada!-
Yoana levantó un poco su pelo, inclinó el cuerpo, sacó un papal húmedo y quería limpiar el polvo.
Pero limpiaba más los zapatos, eran más sucios.
Yoana tenía el hábito de la limpieza y frunció el cejo.
-Diego, eres tú quien ensucia los zapatos de Yoana, ¿verdad? -
Neva lo miró fijamente con enojo.
Con una mirada agresiva.
Mientra que Silvino estaba muy enfadado -
-¡Joder! Pobre, ¿sabes cuánto cuestan estos zapatos de Yoana? ¡Incluso si te vendes, no puedes compensarla! -
Luego se acercó y le agarró por el cuello.
-¡No pasa nada! ¡No es él! -
Viendo que Silvino estaba a punto de pelear con él, rápidamente Yoana se puso de pie para disuadirlo.
De veras, ella había observado a Diego desde hace mucho tiempo, y descubrió que este chico era un poco diferente.
Se podía ver que debería ser muy pobre.
Entonces obedecía la orden de Silvino y los otros.
Sin embargo, No encontró ninguna incomodidad de inferioridad por pobreza en sus ojos, sino muy natural.
Particularmente, en su cara un poco hermosa y honesta.
Esto le hizo que no pudiera enfadarse.
Entonces, al mirar que Diego estaba a punto de ser peleado, en seguida se levantó para impedirlo.
-Yoana, déjalo. ¡Por lo menos tienes que pedir a este hombre pobre la recompensa con un par de zapatos!-
Silvino le dijo con saña.
Aunque Yoana no era de la Facultad de Idioma Chino sino de Radiodifusión y Hospedaje.
Era buena amiga de Neva desde niñas.
Hoy vino aquí especialmente para divertirse.
A Silvino le gustaba Neva pero después de la comparación, le encantaba más su buena amiga Yoana.
-No, de veras, no hace falta. ¡Solo necesito regresar al dormitorio a cambiarlos!-
Se apresuró a hablar con ellos.
También asintió la cabeza hacia Diego.
-¡Qué suerte tienes! - Silvino estaba bastante satisfecho con lo que mostró hoy frente a las dos guapas.
Miró a la chica que estaba a punto de irse y dijo:
-A propósito, Yoana, después de cambiar los zapatos, salgamos para reunirnos. Estos días todos estamos cansados por el ensayo y hoy les invito. ¡Vamos al Restaurante Fruto! -
-¡Waw, el Restaurante Fruto! Dicen que allá la ensalada de fruta y la carne son muy deliciosos, pero muy caros. -
-¡Silvino, también tenemos ganas de ir!-
Al oír del Restaurante Fruto, de repente todas las chicas vitorearon.
-¡Está bien!- Silvino aplaudió.
Neva arrastró su brazo y dijo con una sonrisa -Yoana, te esperaremos abajo del dormitorio. -
Obviamente Yoana no quería ir.
Pero hace poco Silvino casi tenía conflictos con este hombre llamado Diego por sí misma y además, todo el mundo querían ir.
Si dijera no tener ninguna gana de ir a esta hora, seguramente causaría incomodidad entre todos.
De pronto, cambió su tono, especialmente en las últimas palabras, en una voz un poco baja.
En su tono se podía descubrir una timidez.
Diego lo conocía tanto que podía entenderlo al oírlo.
Este chico en general era muy franco.
¿Pero por qué esta vez habló como así?
-¿Vendrán otras personas? - Diego lo preguntó con una sonrisa forzada.
-¡Corecto! Diego, ¿recuerdas que ayer en la fiesta de cumpleaños de Blanca había su compañera Miguela que se sentaba al lado de Hilda?-
Ayer para celebrar el cumpleaños, todas las chicas del dormitorio de Blanca vinieron.
Sobre Miguela, Diego tenía un poco de impresión, que era de pelo corto con un rostro mono.
Pero, era casi igual como Hilda porque ayer, le dio varias veces los ojos en blanco.
Pero siempre no hablaba mucho y era un poco serena.
-¡La conozco! ¿Cómo? ¿Tienes una cita con ella? - Diego estaba sorprendido por esto.
-Jeje, hoy por la mañana en regreso a la clase, justamente me encontré con ella. Su teléfono se perdió en el comedor, entonces volví allá para ayudarle. Por suerte, estoy muy familiarizado con los jefes de varias ventanillas, por eso pedí el video de vigilancia y así lo encontré para ella. -
-Esto es la suerte. Actualmente ayer cuando nos encontramos, tenía una favorable impresión de ella, y entonces reuní el coraje para preguntarle si salimos a almorzar hoy al mediodía o no. ¡Me lo prometió que sí!-
Niceto estaba un poco emocionante y lo dijo.
Honestamente, Diego estaba muy feliz por él cuando escuchó esto.
Pero por algunos asuntos con Hilda, en realidad no quería quedarse junto con sus amigas.
¡Principalmente era porque no aguantaba sus ojos en blanco!
-Qué bien. Vayan ustedes. No voy a ser una lámpara para ti. ¡Que logres éxito!- Dijo con sonrisa.
-Jo, lárgate. Diego, qué injusto eres. Todos vamos y también Blanca. Además, una persona súper importante llegará a la reunión. Esta vez Blanca quiere dejaros ser novios con mucha sinceridad. Si puedes aprovechar la oportunidad, conseguirás el éxito. -
También consideró para Diego.
-¿Una persona muy importante? -
Cambió de opinión y lo entendió, -Maldita sea, ¿También irá Hilda?-
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