-Señor Diego, ahora mismo le preparamos el coche para que le lleven a casa-
La gerente dijo respetuosamente.
No tardó mucho para que un BMW 7 que costaba millones llegara.
En cuanto a Silvino y el resto, ya estaban más que impresionados.
Pesaban que Diego ya se había gastado sus dos cientos mil, pero para su sorpresa, a Diego no le había tocado solo dos cientos mil.
¡Sino mucho más!
Al mismo tiempo, todos se habían dado cuenta de que Diego tenía una actitud indiferente con los quinientos mil.
Eso quería decir que la cifra del premio de su lotería era una cifra inimaginable para una persona corriente.
-Yoana, ¿quieres que volvamos juntos?-
Diego se subió al coche, bajó los cristales para preguntarle a Yoana sonriendo.
Sinceramente, Diego sentía algo intenso por Yoana, que era preciosa y tenía un buen corazón.
A lo mejor no era muy correcto con decir buen corazón.
Pero al menos, Yoana no era como Zeltia y Neva que solo apreciaban a los ricos y despreciaban a los pobres, llegando a un punto ya bastante grave.
-¡Claro!-
Yoana tenía las manos puestas en la espalda, en ese momento sonrió y se subió al coche.
Neva estaba tan ansiosa que se había puesto pálida.
Era evidente que el BMW 7 era un coche importado. También le gustaría subirse a ese coche que costaba millones, pero el cabrón Diego no le había mirado ni siquiera para dar la orden al chófer y marcharse.
Silvino por su parte tenía una cara fea, estaba odiando a Diego en su interior.
En el camino.
-Diego, ¿puedo saber cuánto te ha tocado en la lotería?-
Yoana y Diego estaban sentados en los asientos de atrás, ella no pudo contener la curiosidad de preguntárselo.
-Hay algunos malentendidos aquí, en realidad no me ha tocado nada, lo de la lotería solo fue una excusa que puse-
Aunque Diego no quería revelar su identidad completamente, tampoco tenía intención de mentirla.
-Entonces, ¿qué ha pasado?-
Yoana pensó que Diego era cada vez más misterioso.
-¡Ya lo sabrás en el futuro! Además, nuestra amistad no solo va a dura un par de días, ¿no?-
-¡Claro que no!-
Yoana comprendió que Diego no quería revelar su secreto.
Estaba bien así, si se lo contaba todo, no sentirá más esa sensación de misterioso y las cosas serían más aburridas.
Diego le dejó a Yoana en la entrada de la residencia de las chicas.
Luego se bajó también del coche y le dijo al chófer que se fuera, porque iba a regresar por su cuenta.
-¡Diego!-
En ese momento, delante de Diego apareció de repente una chica.
Era Jazmín.
-¿Cómo has vuelto tan pronto?-
Dijo Diego sorprendido.
En comparación con Neva, Jazmín era peor en cuanto a su actitud de despreciar a los pobres y amar a los ricos.
No solo con lo que había ocurrido delante de él, sino que basándose en los rumores que había escuchado sobre Jazmín en el pasado.
Era cierto que era muy guapa, con pechos grandes, piernas largas, y cara de influencer.
Del tipo que era muy sexy.
Sin embargo, solo se relacionaba con los que llevaban buenas vidas.
Había tenido muchos novios.
Ponía el listón muy alto.
Se rumoreaba de que tuvo un rollo con Silvino.
Por eso, a Diego no le caía muy bien.
Dejó un resoplido antes de decir, -Hay que ver, ¡ni siquiera me has invitado al coche antes!-
Jazmín no respondió la pregunta de Diego, en cambio, con una expresión de resentida empujó el pecho de Diego.
Ese cambio repentino en su actitud había sido demasiado rápido.
Diego no lo podía asimilar.
-Jazmín, ya es muy tarde, ¡vuelve pronto a la residencia!-
Dijo Diego apresuradamente.
-No podré entrar en sueño cuando vuelva, ¿qué pasa? ¿Tanto te disgusto? Sé que seguramente te moleste la forma en la que te trataba, pero ¿sabes por qué es?-
Jazmín dijo poniendo las manos en la cintura.
-¿Por qué?-
Enseguida sonó las risas traviesas de sus compañeros de dormitorio.
-Joder, ¿qué está pasando?- Diego se limpió el resto de cerveza que había en su cara.
Vio que estaban allí todos, incluido Niceto y Amador.
Y en la mesa del dormitorio estaba llena de cervezas y platos para picar, se notaba que no habían empezado nada, lo que significaba que habían estado esperando a Diego.
-Diego, hoy es un buen día. ¡Niceto ya tiene novia!-
Amador dijo riéndose a carcajadas.
Fue entonces cuando Diego exhaló fuertemente, se había asustado mucho, pensaba que le había pasado algo a Niceto.
Pero al oír que Niceto tenía novia, Diego se alegró por él.
-¿Quién es tu novia?-
Diego cogió la lata de cerveza que Amador le había lanzado, se tomó unos cuántos tragos grandes, ¡se sentía genial!
-¡Es Miguela Espinosa! ¡Cuando estábamos cenando juntos esta noche aceptó salir conmigo!-
Niceto se rasgó la cabeza, sonreía como un tonto.
Diego sabía que era Miguela. Después del trato que habían tenido ese tiempo, sabía que a pesar de que Miguela se llevaba bien con Perla e Hilda, daba una sensación de que no era como las otras.
Parecía maja.
Pensando que Niceto realmente estaba enamorado de Miguela y por fin estaban juntos, Diego sentía envidia, pero a la vez se sentía muy contento por su amigo.
-Vamos, ¡un brindis por Niceto que ya no es soltero!-
-¡Salud!-
Los seis amigos llenaron la habitación con sus risas.
En ese momento una video llamada vino del móvil de Niceto, le estaba llamando Miguela.
-Niceto, ¿qué haces?-
Se escuchó la voz tierna de Miguela.
-Estoy bebiendo con los amigos…-
-Oye, oye, Niceto, ¿cuándo nos invitas a beber?-
Al otro lado de la pantalla, Perla y las chicas habían rodeado la pantalla.
-Por mí bien, pero cuando todos mis compañeros de dormitorio tengan novia, ¡así que pensar algo para eso!- dijo Niceto sonriendo, también apuntó la cámara hacia Diego, Amador y el resto.
Diego vio enseguida a Hilda que estaba al lado de Miguela, parecía que acababa de lavarse el pelo y se preparaba para desmaquillarse.
Y evidentemente, Hilda también vio a Diego a primeras…
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