Diego giró la cabeza, miró a Zeltia con las miradas frías en ese momento.
-Zeltia, por supuesto que no he olvidado lo que dijiste, es porque no me sentía repugnancia ni una sola vez que me hacía sentir que había esperanza en mi vida, muchas veces estuve pensando que lo daría todo por ti, hace un tiempo, nos rompimos, y para ser honesto, ese dolor aún no lo he quitado del todo, incluyendo este momento ahora, ¡te deseo que estés bien siempre! -
-En el futuro también, ¡que estés bien y vivas mejor tu vida! -
Después de las cosas que han pasado estos días, era imposible que volvieran a estar juntos.
Pero no eran palabras superficiales, sino los verdaderos pensamientos de Diego.
Zeltia no se volvía loca después de escuchar estas palabras.
Sólo su cara se ponía roja.
Sí, una vez había un hombre que la amaba tanto que estaba dispuesto a sacrificar todo por ella.
Pero lo único que buscaba para sí misma era el sentimiento de felicidad de ser amada.
Zeltia no se atrevía a decir ahora que era completamente fiel a Diego antes.
En ese momento, sólo quería encontrar un hombre que la amaba con todo su corazón.
Pero después vio que muchas chicas, incluso las que no eran tan guapas como ella, habían encontrado novios muy guapos y ricos.
Así que Zeltia empezó a fantasear también.
Sólo había escuchar otra gente hablar de Germán, y no lo conocía.
Pero cuando se detuvo frente a ella en su BMW y la invitó, Zeltia quedaba realmente impresionada.
Comparado con Germán, Diego no era nada.
Ella misma sintió el dolor cuando se acabaron, pero el sentimiento había desaparecido cuando recibió un iPhone de Germán.
Ahora, Diego era rico, un hombre muy rico.
Zeltia lo lamentaba mucho.
¡Se había perdido la persona más importante de todas!
Y ahora las palabras de Diego eran claras, ¡no volvería con ella!
Se sentía como si ahora la desnudaran y la echaran a la calle, muy humillante.
-Bien, ¡lo entiendo! -
Dijo con los ojos enrojecidos y los puños apretados, -Pero Diego, recuerda, no voy a dejar que me desprecies, ¡tarde o temprano te arrepentirás! -
Zeltia se secó las lágrimas y, tras lanzar una fría mirada a Diego, se quitó la ropa de trabajo, después, la arrojó con fuerza a los pies de Diego y se marchó.
Diego le miró la espalda, sobre todo al final, la mirada fría de Zeltia le hizo sentirse triste.
Como siempre, ¡Esperaba que estuvieras bien!
El asunto era muy inesperado, y Oskia, que había recibido una bofetada, no se atrevía a decir nada más por el momento.
Aunque era una ex novia, era una vez la novia del Señor Diego.
Sólo podía aguantarlo sin otro remedio.
Algunas personas llegaron al palco.
Director Esteban de la Oficina de Gestión Comercial y Director Paulín de la Oficina de Educación tenían un propósito para reunirse con Diego hoy.
Querían discutir sobre la inversión en algunas áreas, y algo sobre la construcción de escuelas primarias de esperanza para los hijos de los trabajadores inmigrantes, etc.
Querían conseguir la ayuda del Grupo Negocio JL.
Todo esto era ordenado por Ivana.
Ahora, ella le entregó este problema, Diego también comprendió lo que quería Ivana, sólo quería que les diera estos favores para conocerlos, así que Diego se apresuró a firmar.
Esteban y Paulín estaban naturalmente sentían muy agradecidos.
Era evidente que cada uno de estos proyectos que firmó Diego no era un proyecto sencillo.
Por ejemplo, había más de dos docenas de escuelas primarias de la esperanza que se construirían en Ciudad JL.
Todo fue muy bien.
Diego también conoció a muchas otras personas ricas y prominentes en la Ciudad JL.
-Señor Diego, aquí tiene mi tarjeta, si necesita algo en el futuro, ¡hágame lo saber! -
Al salir, Esteban estrechaba la mano de Diego.
En ese momento, sonó el teléfono móvil de Oskia.
Pero lo miró y colgué impaciente.
Y pronto, el teléfono volvió a sonar.
Oskia lo recogió y volvió a colgar.
-Responde. ¿Tienes miedo de que te escuche? -
Diego soltó una carcajada amarga.
La cara de Oskia se ponía muy colorada, - no, no tengo secretos frente al señor Diego, lo que quiera oír o ver, haré feliz al señor Diego -
Oskia levantó deliberadamente las piernas mientras hablaba las suaves palabras dejando al descubierto sus piernas blancas.
Diego sentía más emocionado al verlo.
Quería apretarle las piernas, pero a Diego le daba un poco de vergüenza.
Y el teléfono volvió a sonar.
Esta vez Oskia no volvió a colgar, sino que pulsó la respuesta -Justo Olmos, ¿estás loco? ¿qué quieres? Te lo dije, no es por el dinero, ¡es por el hecho de que no podemos volver a estar juntos! Ya tengo a alguien en mi corazón, así que vete a buscar a otra antes de que sea demasiado tarde. ¡Eres tan rico que no te debes faltar mujeres! -
Tras decir esto, Oskia volvió a colgar el teléfono.
Lo dijo en voz alta a propósito, por un lado, para dejarle claro a Diego que también la había sido conquistada por un rico, pero que no sólo estaba deseando el dinero, por otro lado, para dejaba a Diego entender que estaba soltera y que podía hacer lo que quisiera a Oskia si quería.
Sin embargo, Diego no le tocaba nada, ¿acaso ella tenía que tomar más iniciativa?
Y justo cuando uno esperaba en el coche y el otro se avergonzaba de empezar primero, el coche había llegado lentamente a la entrada de la Universidad JL.
Era un Benz de ochenta mil euros, y naturalmente atrajo mucha atención.
-Bien, ¡bajemos aquí! –
Diego observó a un montón de estudiantes que lanzaban miradas a ellos, y si entraban más adentro, estaba seguro que había más gente los miraba, esta sensación le hizo sentirse muy incómodo.
Pero en ese momento, Oskia dejó de hablar, fruncía el ceño y miraba con mucha timidez a la gente que estaba frente a la puerta de la universidad, susurró, -Señor Diego, ¿podría entrar un poco más adentro, en todo caso no baja aquí? -
-¿Qué? ¿Por qué?-
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