La mañana siguiente.
Como era sábado, Niceto y los demás iban a dormir hasta cuando les diera la gana despertarse.
Diego tampoco los molestó, fue solo a la Cafetería Occidental.
Yoana ya estaba esperando.
Y ya ha comprado dos desayunos.
¡Arroz frito con huevo y jamón!
-¡Te he comprado ya el desayuno, cómetelo!-
Yoana sonrió.
Diego le preguntó mientras comía, -Yoana, ¿qué me ibas a decir?-
Yoana lucía muy guapa hoy, con sus piernas blancas expuestas, haciendo que la gente le adorara mucho.
Diego no paró de mirarlas.
-¡Oye, hoy es el cumpleaños de mi abuela, tengo que ir a felicitarla!-
Yoana parpadeó y dijo, -Tú sabes que Zaloa y yo no nos llevamos muy bien. No me culpes por ser tan roñosa. De hecho, no soy una persona a la que le guste a comparar, especialmente comparaciones tan aburridas, pero la relación de Zaloa y yo es muy especial, nos han comparado desde que nacimos, nos comparan en todo, que si quién tenía el nombre más bonito, quién sacaba mejores notas, quién se vestía más guapa, ¡hasta quién ganaba más elogios!-
-¡No sé si esta comparación con ella es innata, de todos modos, no quiero perder delante de ella!-
-¿Puedes entenderme?-
Yoana hizo una mueca.
-¡No entiendo del todo!- Diego pareció entender un poco.
Realmente no lo entendió, tal vez porque el ambiente de vida no era igual, el pensamiento que Diego había tenido contacto era que en comparación con otros, la injusticia de la vida se hacia evidente.
Además, aunque Diego quisiera compararse con alguien, no podía. Su familia era tan pobre que ni siquiera podía permitirle comprarse ropa nueva en el día de año nuevo.
Por eso a Diego le disgustado eso de presumir de dinero.
Incluso estaba en contra.
Se podía decir que su odio hacia los ricos le había hecho pensar de ese modo.
De todas formas, Diego no podía entender el mundo de esa gente rica, ¡aunque ahora él era muy rico!
-Lo digo directamente, Diego, sabes que Zaloa tiene un novio. Me dijo Gilberto que Zaloa llevará a su novio al cumpleaños de mi abuela, y su novio preparará un regalo especial.-
-En ese momento, seguro que habrá muchas personas que elogien a Zaloa. ¡Por eso, también voy a llevar a un novio!-
-Quieres que yo sea tu novio, ¿verdad?-
Diego preguntó.
-Eso es, sigues fingiendo ser mi novio, y sigues fingiendo ser rico. Más tarde volveré al dormitorio para arreglarme, y salirnos a comprarte ropa.-
-Diego, por favor, ¡ayúdame!-
Yoana dijo dengosamente.
Para ser honesto, esa chica era realmente guapa.
Los hermosos ojos parpadearon y sus labios se abrieron, Diego realmente no pudo negarse.
Ese sentimiento hizo que Diego se sintiera raro.
Por dentro quería ser su novio de verdad, ja, ja.
“En realidad, no tengo que fingir, ¡soy rico de verdad!”.
Diego pensó.
Después de estar de acuerdo con ella, Yoana llevó a Diego a comprar ropa.
Diego se vistió muy guapo.
Justo cuando los dos se estaban preparando para ir juntos a la fiesta de cumpleaños de su abuela.
El teléfono de Yoana sonó en ese momento, -¿Qué dijiste? Está bien, está bien, ¡entonces iré allí inmediatamente!-
Después de colgar el teléfono, Yoana suspiró.
-Diego, tengo que irme, porque pedí un regalo para mi abuela con Gilberto, pero algo salió mal con ese regalo. Es realmente ansioso. Vamos a vernos a las once en punto del mediodía en la puerta de Villa Dragón, ¡te llamaré!-
-¡No hay problema!-
Diego le confirmó.
Yoana se apresuró a tomar un taxi y se fue.
Sonrió amargamente, solo eran más de las nueve, ¿qué iba a hacer?
¡Por cierto!
¡La licencia de conducir!
¡La licencia de conducir debía haber llegado ya por correo!
Llamó para preguntar, y como esperaba, el correo ya había llegado.
-¡Genial!-
Diego casi saltó emocionado.
-El auto que acabo de comprar vale treinta mil. Diego obtuviste tu licencia de conducir hoy, debes comprar un auto para practicar, si no conduces durante mucho tiempo, ¡lo olvidarás!-
Marín sonrió airosamente.
Las palabras fueron dichas en voz muy alta y muchas chicas miraron.
Escuchando las burlonas palabras de Marín.
La razón por la que Marín le estaba tratando así sin motivo alguno…
Era porque Diego no tenía dinero, y Marín en su corazón le despreciaba, conseguía placer humillando a los demás.
También era porque cuando estaban haciendo las prácticas, quiso hablar con Yoana, pero Yoana solo charló con Diego.
Esto hizo que Marín se sintiera muy molesto.
Ahora que se burlaba de Diego, se sentía más satisfecho.
-Señor Marín, ¿a dónde vas? Queremos salir a dar un paseo, ¿podemos subir a tu coche?-
Finalmente, algunas chicas se acercaron tímidamente.
-Claro que sí.-
Marín rio. Luego miró a Diego diciendo…
-Diego, ¿te gustaría conducir mi coche y llevar a las chicas a dar una vuelta?-
Diego negó y dijo, -Olvídalo.-
-¡Señor Marín, eres tan malo, ¡quién quiere que una persona así le lleve de paseo!-
-¡Eso, mira su pobre apariencia, basta con verlo, es vergonzoso viajar en un auto de este tipo de personas!-
-Además, incluso si el señor Marín se lo diera, ¿se atrevería a manejarlo? ¡Si dañara el coche, no podría pagarlo ni vendiéndose a sí mismo!-
Las tres chicas sonrieron.
Aprovecharon la oportunidad para subirse al coche de Marín.
Las chicas de hoy en día eran muy atrevidas, solo querían atrapar a un novio rico o ser amantes de hombres ricos mientras estaban en la universidad.
Entonces no necesitarían gastar dinero para ir a la escuela y podrían comprar mucha ropa bonita.
¡Qué grandioso era eso!
Diego escuchó sus burlas y no quiso decir nada.
Simplemente sacó su llave del Lamborghini y caminó hacia ese auto deportivo...
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