-¿También está comiendo en el Restaurante Fenix? ¡Qué bien entonces, señor Diego! Me pasaré allí para brindar con usted una copa de vino!-
Cof-cof.
En realidad, debería ser Diego quien vaya a brindar una copa, ya que el director Esteban era más mayor.
Sin embargo, como el director Esteban ya lo había dicho, entonces que se pase a brindar una copa juntos.
No debería refutar la dignidad del director Esteban, por eso le dijo el número de la habitación.
No era un problema, porque en cualquier caso lo podría resolver haciendo más inversiones en el futuro.
Diego colgó el teléfono.
Denis y el resto de la gente todavía miraba con desprecio a Diego.
-¡Increíble que este tipo de personas tenga amigos en el Restaurante Fenix!-
-¡Estará fingiendo!-
Las chicas se burlaron.
La posición de Diego había caído mucho para ellas. Porque en el pasado, que sea un rico discreto o que le haya tocado la lotería….
Significaba que de verdad tenía dinero.
Y estando con él se podía conseguir muchos beneficios.
Pero ahora, Diego solo fuera un gigoló que otras mantenían, que cuando le adoraban le pagaban mucho, y si se aburrían de él, Diego no sería nadie.
¡Un don nadie!
Por eso, la actitud de todos estaba sorprendentemente igual.
Y en ese momento.
La puerta de la habitación se abrió de repente.
Vieron veinte o treinta hombres de mediana edad o ancianos, todos trajeados.
Todos parecieron en la entrada con sus copas de vino.
En ese momento, Denis estaba estupefacto.
Incluso Hilda y los demás parecían nerviosos.
¿Qué estaba pasando?
-¿Señor... Ponce?-
-¿Este... director Esteban?-
-¿Señor Adolfo, señor Juan, ¿por qué están aquí?-
Denis estaba un poco temblando cuando habló.
Las veinte personas que estaban a su frente, eran todos figuras importantes en Ciudad JL.
Incluso el director Esteban, que era el director de la Cámara de Comercio estaba allí.
Para Denis, el Señor Ponce era un gran hombre, pero sólo podía quedarse al final de la multitud en ese momento, sosteniendo una copa de vino para acompañar.
¿Todos vinieron allí para brindar con él?
Denis parecía que estaba en una ilusión de ensueño.
-¡Siéntese, siéntese, por favor!-
Denis y su esposa gritaron emocionados.
-Señor, tranquilo, hemos venido para brindar una copa de vino y nos vamos.-
Director Esteban hizo un poco reverencia para mostrar respeto a Denis.
Ese respeto no era por Denis, sino por Diego.
-¡Señor Diego, venimos a brindar por ti!-
El director Esteban, con una copa de vino en la mano, se acercó directamente a Diego con esas veinte personas, y el resto se quedaron sorprendidos.
Bebió todo el vino de la copa.
-¡Señor Diego, también brindamos por ti!-
Junto con director Esteban estaban los jefes del desarrollo de ese proyecto y los directores de la Cámara de Comercio, juntos brindaron y bebieron.
Diego se quedó un poco confundido ahora.
Pensó que el director Esteban vendría solo, así podría pedirle que ayudara a Hilda.
Pero Diego no se esperó que viniera tanta gente a la vez.
Diego no se atrevió a perder su cortesía.
También brindó con esa gente.
Al ver esa escena.
Denis se quedó estupefacto.
Hilda estaba nerviosa y boquiabierta.
Perla estaba tan boquiabierta que podrían meterle un huevo en la boca.
De verdad, pensaron que Diego era un gigoló.
Pero ahora, la Cámara de Comercio de Ciudad JL y el famoso director Esteban vino a brindar.
Y le llamaban señor Diego.
¿Qué demostró eso?
Juan se puso de acuerdo.
-Hilda, no te has equivocada, ¿verdad? ¿Dijiste que era un gigoló?-
Denis dijo con arrepentimiento.
Si lo supiera antes, no se habría burlado tanto de él.
No sabían que cuando el director Esteban se inclinó levemente ante Denis hacía un momento, ¡Denis estaba mucho más que emocionado!
-Imposible, seguro que hay cosas que desconocemos, ¿cómo es posible que Diego sea el señor Diego de Calle Comercial JL? Además, esta vez hemos ofendido a la familia Ibarra, ¿cómo puede resolverlo tan fácilmente?-
Hilda estaba murmurando.
Evidentemente, el impacto de ese hecho fue demasiado fuerte.
En ese momento, sonó el teléfono celular de Denis.
Tan pronto como vio el número, se sorprendió de repente.
-Hola, sí, soy yo, ¿qué dijo? ¡Genial, gracias, muchas gracias!-
Después de hablar, Denis colgó el teléfono con entusiasmo.
Todos lo miraron juntos.
Denis dijo, -Hilda, esta vez de verdad conocimos a una persona que nos trae suerte, Diego, mejor dicho, el señor Diego, ¡él es nuestra buena suerte! Hace un rato un señor de la Cámara de Comercio me llamó y dijo que este asunto se ha resuelto por uno poderoso hombre.-
Después de escuchar eso, Hilda se desplomó débilmente en una silla.
Todo fue Diego, ¡realmente tenía mucho poder!
¿Pero cómo pasó eso? ¿Quién era Diego?
Todos tenían esas dudas.
Diego había ido a la habitación. Llamó a Juan para ayudar a la gente del dormitorio de Miguela, la familia Nieves y la familia Flores. En cuanto a lo que les pasaría a Florín y Justo, a Diego no le importaba. No tenían nada que ver con él.
Diego dejó de pensar en eso, después de entrar a la habitación, bebió con el director Esteban y los demás.
En cuanto a las cosas importantes que dijo el director Esteban, se refería a que esperaba que Diego fuera a la apertura de los principales proyectos de entretenimiento.
Naturalmente, no era un problema, de modo que Diego lo aceptó sin más.
Cuando volvió a la escuela, eran casi las once.
Se acostó en la cama, pero no pudo dormir.
Sonó el tono de los mensajes de WeChat.
Varias notificaciones sonaron de WeChat, una tras otra.
-Diego, Diego, ¿ya has dormido? nos vemos en la cafetería occidental de nuestra escuela mañana por la mañana. ¡Tengo algo importante para decirte! ¡No es necesario que me conteste!-
Fue un mensaje de Yoana.
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