Justo cuando todo el mundo seguía hablando sin parar.
Raquel recibió una llamada.
Enseguida en su rostro apareció alegría, -¿Qué? ¿Has llegado al aeropuerto? ¿No me habías dicho que no ibas a volver para el cumpleaños de la abuela? ¡Ah! ¡Está bien, me pasaré a recogerte ahora mismo!-
Después de colgar el teléfono, Raquel dijo, -Abuela, mi hermana llegará más tarde, ha vuelto a propósito de Nación M. ¡Ahora está ya en el aeropuerto!-
-¡Qué bien! Mi niña Lorena, sabía que volvería…- Concepción sonrió de inmediato, -¡Entonces deja que Ricardo vaya. Ricardo, ¡toma el coche para recoger a Lorena! Ve solo, quiero que Adriana se quede acompañándome.-
-¡Vale, abuela!-
Ricardo sonrió, luego agitó la llave del auto deportivo BMW en su mano y se fue directamente.
Yoana parecía un poco triste.
La hermana de Raquel era Lorena Serrano.
Desde pequeña, Yoana había tenido muy buena relación con las dos hermanas.
La abuela también lo sabía.
En teoría, la abuela debería haber dicho que fuera también, pero solo nombró a Ricardo para que fuera solo.
Eso demostraba que, en ese momento, la abuela estaba un poco descontenta con ella.
Y con la partida de Ricardo.
El tema de todos volvió a caer sobre Diego.
Sí, nadie se había imaginado que Diego sería un plebeyo.
Además, apareció como el novio de Yoana, por eso había causado más escándalo.
En cuanto a eso, Diego se limitó a escuchar en silencio.
En su interior, Diego estaba muy enojado por la difamación y burla que le hacían los demás.
Pero para no dejar mal a Yoana.
Diego aguantó su rabia.
De pronto.
Sonó el teléfono de Adriana.
-¡Es Ricardo! ¡Quizás quiera que le acompañe, abuela!-
Adriana sonrió y cogió la llamada.
Asintió dos veces, luego su rostro se puso pálido de repente.
-Abuela, ¡Ricardo ha tenido un accidente con el coche!-
-¿Qué?-
-¡Justo ahora cuando estaba dando marcha atrás en el garaje, accidentalmente chocó con un auto!-
-Ah, pensé que había pasado algo grave, ¿se encuentra bien el auto de Ricardo?- preguntó apresuradamente Concepción.
-No es gran cosa. Si el coche de Ricardo no ha sufrido mucho daño, dile que recoja a la prima primero, ¡me encargaré de solucionar el resto!-
Gilberto sonrió amargamente en ese momento.
Los accidentes de alcance eran algo muy común.
-Ricardo, ve al aeropuerto primero, ¡Gilberto dice que te ayudará a lidiar con eso! ¿Qué? ¡Vale, vale!-
Entonces Adriana colgó el teléfono y miró al padre de Ricardo, -Ricardo dice que no se atreve a abandonar el lugar, y te pidió que te apresuraras en ir para allá para ver la situación, ¡que podría estar en un gran lío!-
-¿Qué? ¿Pero qué está pasando?-
Todos susurraron.
Y por curiosidad, todos lo siguieron.
Incluida Concepción.
Ricardo solía ser bastante maduro, si no fuera una situación verdaderamente grave, no se pondría así.
-Diego, ¿vamos allí también?-
Preguntó Yoana.
Diego asintió y sonrió.
Adriana también habló con mucho respeto.
-Así que realmente es el señor Karlos, ¿incluso él es tan respetuoso con el señorito que compró el coche?-
-La razón por la que el gerente Karlos es tan próspero en Ciudad JL es porque tiene muchos contactos, ¡y es realmente muy competente!-
De esa forma, Concepción se puso aún más nerviosa.
-¡Entonces salgamos de aquí pronto, o nos meteremos en problemas cuando llegue el dueño!- dijo Concepción presa del pánico.
Ella era la más experimentada de la vida, sabía claramente cuáles eran las consecuencias de ofender a una familia poderosa, ¡podían arruinar a su familia entera!
-¡Abuela, de ninguna manera podemos irnos sin más! ¡Ahora hay cámaras de vigilancia por todos los lados!-
Zaloa y Raquel intentaron convencerla.
Sinceramente, los ojos de Zaloa no se apartaron del auto de lujo ni por un segundo, incluso estaba fantaseando con cómo se veía sentada en ese auto de lujo.
¡Sería genial si su novio Nazario pudiera tener ese auto!
Pero nunca será posible.
En cuanto a Raquel, sus pensamientos actuales eran todavía más perversas, quería esperar a que llegara el dueño del automóvil.
Un coche lujoso de 2.5 millones demostraba que ese hombre era sin duda un hombre opulento.
¿Significaba eso que estaba un paso más cerca de sus expectativas?
Aunque solo tuviera una pequeña interacción con el dueño del coche, ¡habría conseguido algo!
-¡Ay! ¡Buscad a alguien que recoja a Lorena primero! Zaloa y Raquel tienen razón, no podemos irnos sin más, si no nos vamos, puede que no pasara nada, pero si nos vamos, ¡podría caernos un gran problema!-
Dijo Concepción solemnemente. Se sentía como si la vejez le había llevado a tener la conciencia confundida.
-Abuela, quiero ir a recogerla, ¡pero no me atrevo a irme de aquí!- Ricardo tragó saliva.
-No pasa nada, ve a recogerla primero, abuela, pueden regresar y continuar la fiesta de cumpleaños, ¡no pasa nada que le habéis dado un choque al coche!-
En ese momento, una voz sonó detrás de todos.
Naturalmente era Diego.
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