[Horas después]
La convención finalmente ha terminado, los negocios que habíamos comenzado a conversar parecen haber sido concretados y con esto supongo que nuestra misión ha sido cumplida con éxito.
—Tendríamos que disfrutar nuestra última noche en Las Vegas, ¿no?— Me pregunta mientras vamos de regreso a nuestras habitaciones.
Le sonrió a pesar de que detesto la idea de tener que regresar a la realidad y su mirada lo dice todo —¿Y tu plan es?— Cuestiono y muerde su labio inferior.
—Vayamos a una discoteca.— Propone y rio.
—¿De verdad?— Pregunto sin creérmelo y asiente.
—De verdad, nos vemos en una hora en el pasillo. — Dice firme y supongo que ya no tengo elección.
—De acuerdo entonces.— Digo entre risas y nos separamos para ir a nuestras habitaciones.
[...]
Pantalón casual color negro, camisa abierta del mismo color y blazer haciendo juego, ni muy formal ni muy deportivo. Le espero en el pasillo tal y como habíamos acordado, la espero en el pasillo. No pasan ni diez minutos cuando ella sale de su habitación y yo me quedo sin aliento.
—¡Wow!— Digo al ver la increíble manera que le queda ese diminuto vestido de lentejuelas color dorado. Ella se sonríe, se gira en su propio eje y mi mirada se deleita al darse cuenta que su espalda está prácticamente al descubierto en su totalidad.
—¿Te gusta?— Me pregunta caminando hacia mi sin dejar de mirarme y simplemente asiento.
—Me fascina, te ves deslumbrante.— Digo como puedo.
Es ella quien me observa ahora mas de cerca y se sonríe —Tu también te ves muy sexy.— Me dice y toma el cuello de mi camisa —Me gusta tu camisa así abierta.— Comenta y muerde su labio inferior.
—Hermosa, si no quieres que te lleve a la habitación ahora mismo, es mejor que nos vayamos.— Advierto y ríe.
—Vamos entonces, iré a tu habitación, pero mas tarde.— Explica y me hace ver que esta noche promete demasiado.
Es ir caminando a través de los casinos de los hoteles y sentir como la mirada de todos los hombres se centran en ella al verle caminar y eso sin importar que estemos caminando tomados de la mano como la pareja que queremos ser y no somos en realidad.
En realidad, no puedo culparlos, yo haría lo mismo y en cierta manera lo hice, después de todo ella es casada, ¿no?
Me tortura la mente saber que soy el otro en su vida, pero también se que esto no es un simple desliz ni mucho menos un juego, lo nuestro ha escalado tan rápidamente que no nos esta dando tiempo a darnos cuenta de la dimensión de las cosas. Solo nos podemos disfrutar, sonreírnos mientras cenamos antes de ir a la discoteca y conversar acerca de los muchos temas que parece que tenemos en común.
Esto si no me lo hubiese imaginado, pero me gusta su juego, me gusta que no le importe nada de lo que hay a su alrededor y haga que entremos a una de las cabinas y cerremos la puerta como si estuviésemos en nuestra habitación de hotel —Lo que sucede en Las Vegas...— Dice arrinconándome contra la pared, pero decido voltear su juego y hacer que ella quede contra la pared.
—Se queda en Las Vegas.— Termino de decir y ataco su boca a besos para mientras tanto, subir su vestido.
—¿Tienes?— Me pregunta entre besos y beso.
Abandono su cuerpo con una de mis manos, y voy a mi bolsillo para quitar el condón que afortunadamente he traído conmigo —Ya contigo he aprendido que siempre tengo que estar listo.— Digo entre risas y le vuelvo a besar.
No hay nada de romántico en esto, ni siquiera la manera que ella libera mi excitación de mi pantalón tan solo bajándolo lo justo y necesario, y mucho menos en la manera que subo una de sus piernas, muevo su ropa interior tan solo un poco y me coloco el preservativo a toda prisa.
Le miro a los ojos y así con esta misma urgencia que ella me hace sentir, entro en ella y le poseo como si no hubiese nada mas a nuestro alrededor. Le envisto con mas fuerza en cada movimiento y sus manos se sujetan mas fuerte de mis hombros mientras que el sonido de nuestros gemidos se ven silenciados por el ruido de la música que se escucha hasta aquí dentro.
—No te detengas. — Me pide cuando me sigo moviendo y es tan solo escucharle, verle, y sentirle tan excitada lo que provoca que todo sea mucho mas profundo hasta el punto que nuestros cuerpos se comienzan a rendir al placer.
—En mi vida olvidare esta noche.— Digo agitado.
—Y aun no termina eh.— Me dice y vuelve a besarme para que luego nos acomodemos y salgamos de aquí como si nada hubiese sucedido aquí.
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