El santo millonario romance Capítulo 48

Alexandro Bianchini

Le pido a Asher que no se vaya, ya que conocerá a mis padres y no quiero alejarme del chico, menos ahora que tendré que aguantar la presión de ellos dos, suspiro y llevo mi vaso con whisky a mi boca para inundar mi paladar con el fuerte sabor de la bebida.

—¿Estás seguro de que quieres que me quede? —interroga por segunda vez, Asher me mira fijamente con sus ojos esmeralda esperando una respuesta y lleva su pulgar a su boca para mordisquear su uña, se nota que está muy nervioso.

—Muy seguro, no tengas miedo, —pido, suspira y asiente—. Son un poco intensos, pero te protegeré de ellos, se van a ir de una vez porque no permito que se queden en mi apartamento, —anuncio.

—¿Por qué?

—Ya lo verá, —murmuro tomando lo último que me queda en mi vaso.

—Señor Bianchini, sus padres han llegado, —anuncia el jefe de seguridad del edificio.

—Bien ¿listo? —pregunto poniéndome de pie.

—Si ¿y tú? —cuestiona y asiento.

—Hazlos pasar, —pido y se retira, no pasa mucho tiempo para escuchar el piqueteo de los tacones de mi madre, es una mujer amorosa, pero mi padre es el problema dentro de todo esto y mi querida progenitora se deja manejar como sumisa por este.

—Alexandro, —la alegría rebosa en su rostro, camina hasta mí y la abrazo para luego darle dos besos en sus mejillas.

—Mamma, —murmuro—. Me alegra verte de nuevo, —le digo en el oído.

—Mi querido Alex, —se separa de mí. —Estás hermoso, —me halaga.

—Tiene mis genes, —la voz dura de mi padre me hace llevar mi mirada hasta él, su fornido cuerpo y su tamaño que nos dan las mismas similitudes de padre e hijo, mi semblante cambia—. Dile a tu servidumbre que busque nuestro equipaje, —señala a Asher con desprecio y altanería.

—No es mi servidumbre, —aclaro—. Se llama Asher y es mi asistente empresarial, —comento, mi madre lo mira por varios segundos y luego a mí.

—¿Qué hace aquí entonces? —cuestiona mi padre.

—Asher es mi pareja, —observo como se desencaja su rostro y mira con total desprecio al chico, me pongo delante de este para que no lo mire de esa manera.

—Esto es una vergüenza a la familia, —señala—¿Cómo te atreves Alexandro? —interroga.

—Geronimo, no seas duro con él, —reprocha mi madre.

—Stai zitto! —Le pide en un grito que cierre la boca mientras logra intimidarla con su mirada—. Es tu culpa que nos avergüence de este modo, —señala.

—Si tanto te avergüenzo ¿Por qué coño debes venir a mi casa? —cuestiono.

—Alex, respeta a tu padre, por favor, —como siempre se pone de su lado.

—No, este hombre, ya no lo considero mi padre, —suelto con desprecio.

—¿Cómo puedes dañar nuestro linaje? —Cuestiona Geronimo—. Es que no vez que esto solo creara una mala reputación a la familia Bianchini, te apoyo que sea un desliz y que te folles a un maricón, pero que lo vuelvas tu pareja es algo inaceptable, —me señala.

—Claro, tu cabeza retrógrada, solo te hace ver las cosas a tu modo, no vengas aquí a cuestionar mis decisiones, —exijo—. Debes respetar a Asher porque de lo contrario…

—¿De lo contrario que? —me interrumpe—¿Pondrás a ese mocoso maricón sobre tu familia? —interroga.

—Si tengo que hacerlo, lo haré, Geronimo, ya no soy el chiquillo que puedes controlar a tu antojo y si quieres seguir teniendo la lujosa vida que llevas más te vale que me respetes y no te atrevas a faltarle el respeto a mi madre nuevamente porque me voy a encargar de dejarte en la calle, —lo miro con desprecio.

—Que vergüenzas me das, no puedo creer que te eduque para ser algo mejor y solo te gusta hacernos la vida infeliz con tus decisiones de mierda, —ahora se hace la víctima buscando mi lástima.

—Mis decisiones son las que mantienen tu lujosa vida, no entiendo a que vienen a California, por favor váyanse de mi casa, —señalo la puerta mientras observo la indignación en su rostro.

—Eres un malagradecido, —se marcha y mi madre me mira con tristeza.

—Sabes que no tienes por qué aguantarles sus mierdas a Genonimo y que las puertas de mi casa están abiertas para ti, —comento, suspira.

—Déjame verlo, —me hago a un lado, Asher se ha mantenido en silencio—. Levanta la cabeza, bel ragazzo (Chico hermoso) —le dice al ver su rostro.

—Grazie molte (Muchas gracias) —me sorprende escucharlo responderle en italiano, mi madre sonríe ampliamente.

—Cuídalo por mí, —pide, Asher asiente y mi madre se despide de ambos dándonos dos besos, sé que hará caso omiso a mi pedido como siempre y le deseo un feliz viaje de regreso a Italia.

—¿Estás bien? —cuestiono cuando al fin estamos a solas, me observa por varios segundo.

—No somos parejas, —comenta y alzo mis cejas.

—¿Qué dices? —cuestiono, caminando hasta este.

—No somos parejas y le dijiste a tus padres que lo éramos, —paso mi mano por su cintura.

—Bueno, duermo a tu lado, te follo, te cuido de tipos que quieren robarte de mi lado y… —bajo mi rostro hasta su oreja para poder susurrarle lo siguiente. —Lleno tu culo con mi leche, —le recuerdo muy lento.

—Idiota, —reprocha.

—Sabes que eso deja bien en claro que eres mío, —froto mi nariz en su cuello donde deposito un beso para luego mirarlo a los ojos—. Entonces eso indica que eres mi pareja, —anuncio.

—Nunca me lo has solicitado, —alzo mis hombros.

—Ya paso de época todo el rollo, —murmuro.

—Para mí seguimos siendo personas que tenemos roces de vez en cuando, —sonrió.

—Sigue repitiéndolo en tu cabeza hasta que te lo creas, —me separo de él—¿Qué quieres hacer hoy? —cuestiono.

—Irme a mi casa, —niego.

—Nada de eso, —señalo. —Ese culo se queda aquí conmigo y sin mí no vas a ningún lado, —me observa sorprendido—¿Qué? —interrogo.

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