El santo millonario romance Capítulo 61

Donovan Bristol

Nunca pensé que disparar fuera tan complicado, pero necesito aprender, ya que este nuevo mundo en el que estaré involucrándome requiere conocimiento. Tengo experiencia en pela cuerpo a cuerpo y se lo he demostrado a mi instructor al derribarlo varias veces. No estoy orgulloso de esto, pero para el mundo estoy muerto y quiero encontrar a quienes lastimaron a mi hermana, y al fin sentir que se ha hecho justicia por su muerte.

Otra cosa que me sorprende es que estoy en Rusia, no sé en qué estado, pero mi padre vive aquí, no me ha permitido hablar con Alexandro y me ha confesado que es por seguridad así que debo acostumbrarme a no saber nada de mi vida. Mis recuerdos no han regresado y la preocupación en mi pecho es algo que tampoco desaparece, espero poder aunque sea descubrir que es lo que tanto me preocupa.

—¿Cuándo se marcha el enfermero? —cuestiono.

—Richard vive aquí, —anuncia y alzo mis cejas.

—Entonces pídele que deje de molestar, no quiero tenerlo cerca, —murmuro.

—Es un buen chico, pero está bien le diré. También necesito que esta noche utilices un traje, ya que tenemos una reunión con unos amigos, espero quieras ir…

—Obvio, no quiero estar en cerrado todo el tiempo en mi habitación, —suelto, sonríe y asiente.

Creo que si paso otro día encerrado terminaré loco y salir un rato no me caería nada mal, camino fuera de su oficina y en el pasillo me encuentro al molesto enfermero, es un par de años menor que yo y su cara de niño es lo que más me incomoda, y su presencia en mi habitación para chequeos me hacen querer patearlo y echarlo de mi aposento. Paso por su lado y continuo mi camino hacia la biblioteca, es grande y tiene muchos libros de los cuales escojo cuatro y los llevo hasta mi dormitorio, y luego paso al closet para seleccionar el traje que utilizaré esta noche.

Desde hace días siento una frustración enorme, no recordar parece sencillo, pero para mí es molesto saber que olvide once años de mi vida de un día para otro. No saber que hice en ese tiempo me incomoda, no sé si tuve novia o novio, ya que aunque nunca he sido muy admirador de la belleza masculina, no soy cerrado a nuevas experiencia, pero cambiando de tema, me jode no poder recordar, me tiro boca arriba en la cama y observo el techo blanco.

Necesito recordar mi vida, ya que solo de esa manera sabré que es lo que tanto me preocupa y que es aquello que he olvidado, y que no debería haber borrado de mi memoria nunca.

(…)

La reunión de mi padre es un golf, me parecen mafiosos con gustos. Tuve que evitar reírme al tener ese pensamiento, pero no me paso desapercibida las miradas de respeto hacia mí cuando Henry me presento como su hijo, supuestamente no se hablaría de negocios. Esto solo es un momento entre amigos e hijos de estos, pero también hay una chica de piel morena con deja de mirarme, me parece interesante la mujer y se sienta a mi lado, ya que nuestros padres se van a jugar y no tengo deseo de hacer eso.

—¿Así que el hijo de Henry? —cuestiona con acento ruso.

—Donovan Bristol, —me presento.

—¿Te adopto? —interroga.

—No me has dicho tu nombre y ya me haces preguntas, —suelto llevando el vaso de whisky a mi boca.

—Nikita Volkov, —extiende su mano hasta mí.

—Un gusto conocerla, y respondiendo tu pregunta, soy hijo legítimo de Henry, —me mira con cara de sorpresa.

—Nunca te había traído, —sé que Henry era el único de sus amigos que no llevaba hijos a sus reuniones, supongo debe estar feliz.

—Estábamos algo distanciados, —me limito a contestar.

—Interesante, pero siendo directa ¿Te gustaría ir al jacuzzi? —cuestiona mordiendo su labio inferior.

—No traje ropa extra, —pone los ojos en blanco.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El santo millonario