Enamorándome de ti romance Capítulo 135

El auto se alejó y no obtuvo una respuesta; no obstante, He Rulze logró plantar la semilla de la duda con sus palabras en el corazón de Lin Xinyan. «No entregues tu corazón de manera estúpida, que no te ciegue lo que ahora parece bueno.» Era evidente que con eso se refería a Zong Jinghao, quien entendió lo que Lin Xinyan estaba pensando y se burló.

—¿De qué te ríes? —Lin Xinyan frunció el ceño.

-¿Te tomaste en serio sus palabras?

Lin Xinyan parpadeó y no respondió, pero después de un momento dijo:

-No. -No le creyó en lo absoluto, pero por otro lado, una parte de ella sentía que sus palabras tenían un profundo significado. Después, reflexionó a fondo la situación por un momento y dijo-: Hay que olvidar lo referente a la noticia.

¿Ya lo pensaste bien?

Lin Xinyan giró la cabeza y miró por la ventanilla del auto cómo el paisaje pasaba tan rápido al igual que el pasado, el cual no podía mitigarse.

—Ya lo pensé bien —dijo con indiferencia.

-De acuerdo.

Mientras Lin Xinyan lo haya pensado con detenimiento, Zong Jinghao no interferiría. Esto era bueno, pues así ella podría pagarle a He Ruize todo su amor y amabilidad de una vez por todas. De pronto, los dos dejaron de hablar, por lo que hubo un silencio en el auto y el ambiente se tornó sutil.

Guan Jing le llamó a Zong Jinghao en medio del trayecto para decirle que He Wenhuai había ido a la compañía y lo estaba esperando. Lin Xinyan había tomado una decisión; por ello, era lógico que tenía que resolver ese asunto. En efecto, no seguiría con el asunto de las noticias, pero la cuestión del video aún no estaba resuelta y no quería que se difundieran las imágenes de Lin Xinyan desnuda.

Cuando el auto se detuvo frente al edificio del Grupo Wanyue, Zong Jinghao se bajó y le dio las llaves a Lin Xinyan.

-Regresa temprano.

-Está bien. -Tomó las llaves y asintió.

Mientras él entraba al edificio, Lin Xinyan se sentó en el asiento del conductor, encendió el auto y se dirigió al aeropuerto. Al ver su reloj, se dio cuenta de que todavía tenía media hora para llegar justo a tiempo. Pasado ese lapso, llegó al aeropuerto y vio cómo los aviones despegaban cual gaviotas volando sobre el mar, precipitándose a llegar al cielo azul. A continuación, estacionó el auto y caminó hasta la sala de llegadas. El aeropuerto siempre estaba abarrotado de gente sin importar la hora que fuera, había reencuentros llenos de risas y despedidas con lágrimas.

Los ojos de Lin Xinyan observaron a la multitud.

—Lin.

De pronto, escuchó una voz familiar detrás de ella; entonces, se dio la vuelta y vio a Ellen haciéndole señas. Vestía un traje informal con tenis blancos, tenía las mangas arremangadas y una maleta detrás de ella; atrás de ella a la derecha, se encontraba la señora William, quien usaba un traje de color marfil y un juego completo de joyas de zafiro que la hacían ver elegante y fina.

Lin Xinyan sonrió y se acercó.

-Me retrasé.

-Sí, te hemos estado esperando durante mucho tiempo. -Ellen se quejó y miró si había alguien más detrás de ella-. ¿Viniste sola? ¿No vino Lin Xichen a recogerme?

-Sufrió una pequeña lesión y no quiso salir de la casa; además, no sabía que venías. -Lin Xinyan tampoco sabía que iba a regresar.

Ellen tocó su hombro.

-¿Te sorprende que venga?

-Sí -dijo con franqueza.

-Vine para ayudarte. -Le guiñó el ojo.

Lin Xinyan entendió de inmediato que Ellen fue porque la señora William estaba preocupada de que estuviera muy ocupada en el país y envió a Ellen para ayudarla, pero incluso si la señora William no hubiera mandado a nadie, Lin Xinyan no se habría enojado con ella, pues le debía todos los logros actuales que había alcanzado gracias a las oportunidades que ella le había brindado.

—Madame. -Lin Xinyan había considerado a esta mujer como su parte de su familia desde hace tiempo.

La señora William sonrió con gracia.

-Vamos.

Lin Xinyan tomó la iniciativa de ayudar con el equipaje.

-El auto está afuera.

Colocó las maletas en el maletero del auto al mismo tiempo que Ellen le abría la puerta a la señora William.

—Lin, ¿por qué te volviste generosa después de volver al país Z?

Ellen revisó el equipamiento del auto y descubrió que era de alta gama, sabía que Lin Xinyan era muy ahorrativa. Entonces, ¿cómo es que se compró un auto tan lujoso?

—No es mi auto —dijo Lin Xinyan.

No le sobraba dinero como para comprar un auto así. Ellen sintió ganas de cotillear, así que se inclinó y dijo en voz baja:

—Entonces, ¿quién es el dueño? No me digas, déjame adivinar. -Colocó las manos en sus mejillas y pensó por un momento—. ¿Es de un hombre rico?

La configuración y el color del auto era muy masculinos; por ello, era seguro que la persona que se lo prestó no era una mujer. Por otro lado, los pobres no podían acceder a los autos lujosos. Así, concluyó que se trataba de un hombre rico que tenía una buena relación con Lin Xinyan, al grado de estar dispuesto a dejarla manejar su auto.

-¿Estoy en lo correcto? -preguntó Ellen, sintiéndose triunfante.

Lin Xinyan fingió no escuchar nada de lo que había dicho a propósito.

-¿Qué dijiste?

-Bueno, adelante, continúa con los preparativos.

Quedaba poco tiempo y todavía había mucho que planear y preparar para la ceremonia de apertura. Tenía que tener todos los arreglos listos para ese día; entonces, Lin Xinyan dejó el hotel y se fue a la tienda para seleccionar el diseño de las invitaciones y la decoración del lugar. Al fin sentía real este momento después de todo el tiempo que pasó desde que regresó al país Z.

Zong Jinghao y He Wenhuai se encontraban en la sala de visitas del Grupo Wanyue.

-En cuanto al video, puede estar seguro de que jamás dejaré que circule, así que lo destruiré por completo. —He Wenhuai fue a hablar en persona con Zong Jinghao.

He Ruize regresó y dijo que el asunto del video estaba resuelto. Lo único que tenían que hacer era dar una rueda de prensa y el asumiría toda la responsabilidad.

Era imposible aclarar todo. Después de todo, la situación se había vuelto demasiado adversa, por lo que la reputación de la familia He no podría restaurarse a menos que castigaran a alguien. Por consiguiente, He Ruize admitió por voluntad propia que él había intimidado a Lin Xichen y estaba dispuesto a aceptar la condena.

Entonces, la policía le impuso una dura sentencia: un año y seis meses de encarcelamiento por haber causado daño intencional. Por lo general, la pena no debería ser tan dura; al fin y al cabo, no hirieron de gravedad a Lin Xichen. Sin embargo, la policía enfrentó una fuerte presión por parte de los internautas y los medios de comunicación; además, la familia He no quiso provocar más problemas. Así pues, una sentencia más dura ayudaría a calmar a los que estaban preocupados por este asunto.

De este modo, la reputación de la familia He se restauró. No intimidaban a los demás y eran buenos ciudadanos respetuosos de la ley, puesto que si cometían un error, serían castigados de una forma más severa que la gente común.

De esa forma podrían cerrar la boca de las personas.

-Entonces, respecto a Lin... -He Wenhuai dejó de hablar, aunque parecía que quería continuar; sin embargo, lo que quería decir era muy claro.

-Me fijo en la sinceridad -dijo Zong Jinghao con indiferencia.

¿Juzgar la sinceridad solo por estas palabras? ¿Acaso He Wenhuai pensó que era un niño de tres años? La sinceridad era poner todas las cartas sobre la mesa y no solo decir palabras.

He Wenhuai colocó el video original en la mesa.

-No hay ninguna copia en físico ni en digital, así que puede estar tranquilo. A pesar de que esta vez hay descontento entre nosotros, aún hay una amistad entre las dos familias. Jamás rompería mi promesa.

Zong Jinghao lo tomó y lo miró durante dos segundos.

—No se preocupe, mientras este video no salga a la luz, tampoco lo hará el de su hija.

-El video...

—¿Por qué no confía en mí?

He Wenhuai estaba boquiabierto. Si el video estaba en manos de Zong Jinghao, ¿no significaba que podría usarlo para amenazarlo en cualquier momento? No era bueno este miedo de ser amenazado.

-Por supuesto que le creo, pero se trata de la reputación de mi hija, así que tengo que ser cuidadoso y prestarle atención. —En ese momento, He Wenhuai parecía ser un padre cariñoso.

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