En los brazos de Lin Xinyan, Lin Ruixi parecía haberlo escuchado entre su aturdimiento.
-Sí lo quiero —murmuró.
La pequeña quería a su papi, pero estaba muy cansada para abrazarlo. Lin Xinyan le cubrió los oídos para que no pudiera escucharlo hablar otra vez mientras le daba palmaditas para que durmiera. Lin Ruixi se acercó más a su madre, quien la abrazó con fuerza.
Zong Jinghao solo miró la pequeña mano de la niña; sus manos blancas, suaves y redondas estaban acomodadas sobre el pecho de Lin Xinyan. Aunque él no las había tocado, sentía ondas de emoción fluyendo, como si pudiera sentirlas con tan solo mirarlas. Pero cuando ellos se vieron a los ojos, Lin Xinyan cubrió las pequeñas manos de Lin Ruixin con el edredón; después, cerró los ojos y pretendió estar dormida. Aun si no tenía sueño, pensó que fingir sería mejor para ella ya que no quería comunicarse con él ni con palabras ni con gestos.
Zong Jinghao liberó un largo suspiro. ¿Por qué tendría una vida tan miserable? Ni siquiera podía tocarla pese a que estaban casados de manera legal. Entonces, se dio la vuelta y se acomodó boca arriba mientras miraba el candelabro del techo con amargura y decepción.
Lin Xinyan pretendía estar dormida, pero después de un rato en verdad se durmió. Por otro lado, Zong Jinghao seguía dando de vueltas sin poder dormir; de pronto se levantó y miró hacia un lado al par de madre e hija mientras dormían profundamente. Con ello, se sintió molesto y dijo para sí mismo:
—¿Están aquí para hacerme pagar por algo? Debí haber matado a su familia entera en mi vida pasada y por eso están aquí, torturándome.
Después de todo, él era un hombre normal que no había tocado a una mujer en un largo tiempo, así que podía sentir su creciente deseo al mirar a Lin Xinyan recostada en la cama; liberó un largo suspiro y salió de la cama para tomar un baño, tratando de extinguir sus grandes deseos malvados.
Zong Jinghao solo pudo conciliar el sueño hasta la madrugada. Cuando se despertó, Lin Xinyan ya se había ido para hacer los preparativos finales para la apertura de su tienda, la cual era al día siguiente; él tampoco disfrutó del desayuno de la señora Yu, quien a su vez le había preguntado a Zhuang Zijin si podía llevar a Lin Xichen al supermercado mientras le afirmaba:
—No se preocupe, estará a salvo, el chofer estará junto a nosotros todo el tiempo.
Pero ya que vivían juntas, a Zhuang Zijin le pareció difícil negarse ante dicha petición.
-Por favor regresen a casa lo más pronto posible porque las heridas de Xichen aún no sanan por completo -agregó a su aceptación.
—Claro, por cierto, ¿necesita algo? Puedo comprarlo -dijo la señora Yu contenta.
-Nada, gracias —respondió Zhuang Zijin sonriendo.
Lin Xichen estaba sentado en el sillón mirando a la señora Yu mientras rodaba los ojos. ¿Por qué quería llevarlo al supermercado sabiendo que aún estaba herido? Él podía percibir que algo no andaba bien.
La señora Yu lo había planeado la noche anterior. Después de que Lin Xinyan y Zong Jinghao se fueran, ella llevaría al niño a la casa de Zong Qifeng. Siempre estaba preocupada por no poder averiguar si los dos niños eran hijos de Zong Jinghao, le preocupaba tanto que no tenía apetito ni podía dormir.
-Estoy lista, vámonos -dijo la señora Yu sonriendo-. Déjame cargarte porque aún estás herido.
—Estoy bien, puedo caminar por mi cuenta.
Lin Xichen sentía curiosidad de lo que la señora Yu estaba tramando. Aun si él había estado en esa casa por poco tiempo, estaba seguro de que no era una mala persona y que no lo podría en peligro.
-Muy bien.
La señora Yu le dio la mano y caminaron hacia la puerta para ponerse los zapatos antes de salir de la casa. Al entrar al auto, el conductor preguntó: —¿Hacia el supermercado?
—No, vamos a la antigua villa.
El chofer se dio la vuelta para mirarla y a Lin Xichen para después sentarse de forma correcta y encender el motor como si entendiera lo que estaba sucediendo.
-¿Cuál es la antigua villa? -preguntó Lin Xichen a propósito.
-Es la casa de tu abuelo.
El instinto de la señora Yu le decía que los niños eran hijos de Zong Jinghao y ella no creía que Lin Xinyan fuera una mujer indecente; en todo caso, si había estado con otro hombre antes, ¿por qué se relacionaría con Zong Jinghao?
Lin Xichen ahora se daba cuenta de que irían a la casa del padre del hombre desalmado, así que estaría aún más a salvo por eso.
—Por cierto, señora Yu, ¿usted sabe porque mi mami de divorció de él?
Lin Xichen siempre usaba palabras como «él» para referirse a Zong Jinghao. Para él, ese hombre era su padre, pero no quería reconocerlo como tal porque los había abandonado a su madre y a su hermana también. Por eso nunca lo llamaba por su nombre.
El rostro de Lin Xichen se entristeció poco a poco cuando recordó que su tío ya no estaba.
-Será difícil para tu padre -dijo la señora Yu en un suspiro.
Él lo hizo todo por su cuenta y ahora que los niños habían crecido, no podría asegurar como se sentiría él. Era más o menos su castigo por haberlos abandonado.
Después de un rato, el auto se detuvo en la antigua villa de la familia Zong, la señora Yu bajo del auto con Lin Xichen, quien parpadeó varias veces ante aquel edificio enorme. Su casa también era grande, pero no era más imponente que esta.
—Déjame llevarte a dentro -le dijo la señora Yu con una sonrisa en el rostro.
Lin Xinyan lo dudó. «Mami nunca me contó sobre papá, ¿sigue molesta con él? ¿Mami se molestará más si sabe que estuve aquí?»
—¿Por qué estás tan pensativo? -Al sentir que el niño estaba indeciso, rio y dijo-: No te preocupes, eres su nieto y te aseguro que te amarán.
—¿De verdad?
Eso era lo que Lin Xichen esperaba, así que su corazón dio un vuelco. Él siempre había deseado conocer a sus familiares, pero este momento había llegado demasiado pronto y lo había tomado por sorpresa.
-Claro. -La señora Yu le dio la mano y le dijo-: Vamos adentro.
Lin Xichen avanzó el camino que le faltaba para llegar a la residencia, siguiendo los pasos de la señora Yu como si fuera su marioneta.
El señor Feng escuchó que tocaban el timbre en tanto él regaba las plantas. Cuando abrió la puerta, se quedó sorprendido por un momento al ver a la señora Yu dado que ella se había ido con Zong Jinghao para acompañarlo y cuidarlo cuando él se mudó de casa tras la muerte de su madre, aun estando en la escuela secundaria. Como a Zong Jinghao no le gustaba mucho ir a casa, ella tampoco iba seguido.
«¿Por qué aparece así de pronto? ¿Y quién es el pequeño a su lado? Se parece a...»
Después de que el señor Feng levantara el seguro y abriera la puerta, dejó lo que estaba haciendo y fue al estudio para informarle a Zong Qifeng sobre la visita.
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