Enamorándome de ti romance Capítulo 153

En la villa se escuchaban suspiros. Yuxiu estaba lloriqueando y trataba de cubrir su expresión de dolor con la mano, pero el llanto pronto se convirtió en sollozos; entonces, cerró los ojos con fuerza y se mordió el puño para tratar de detener su llanto.

Zong Qifeng era un hombre, estaba concentrado y podía contener su pesar, así que ayudó a Yuxiu a levantarse.

-Vámonos, esto no es bueno para tu salud.

Ella levantó la cabeza y trató de refrenar sus lágrimas.

-Quiero quedarme aquí...

Antes de que pudiera terminar de decir esta frase, se dio cuenta de su propio sentido de impulsividad. Zong Jinghao nunca la dejaría quedarse allí. Zong Qifeng sabía lo que ella estaba pensando.

-Podemos venir a menudo a visitar a los niños.

—¿Cómo puede ser así? ¿Cómo puede ser inconsciente de lo que hizo? —Yuxiu no pudo evitar preocuparse.

La reacción de Zong Jinghao les había demostrado que, en realidad, él no sabía que los niños eran sus hijos. Ella había visto que se sentía peor que el resto.

-Dime, ¿cómo podría no estar preocupada? —Yuxiu suspiró—. Él es un hombre de mente clara, ¿cómo pudo haber cometido un error así?

—Creo que él aclarará su mente solo. Escúchame, regresemos primero; si quieres ver a los niños mañana, regresaremos —dijo Zong Qifeng después de darle unas palmadas en el hombro y luego continuó, tratando de convencerla de que regresaran a casa—: Mientras Jinghao no esté, podemos llevarlos a la casa para que se queden allí. Deberíamos estar felices porque tenemos un par de nietos hermosos. ¿Por qué lloras? Es malo para tu salud.

Yuxiu sabía que él también estaba feliz.

-Es solo que me siento triste por los niños. Lin Xinyan también tuvo una vida difícil como madre soltera y criar a dos niños... -dijo Yuxiu después de secarse los ojos.

-Todo estará mejor de ahora en adelante -suspiró Zong Qifeng-. Te preocupas demasiado. Escúchame, vayamos a casa primero.

Él la apoyaba y Yuxiu sabía que no sería de capaz de pasar la noche en ese lugar. Zong Qifeng tenía razón; debía ir allí o llevarse a los niños a su casa mientras Zong Jinghao no estuviera presente. El señor Feng corrió delante de ellos para abrirles la puerta.

La señora Yu se sentó en el sillón y miró a Zhuang Zijin.

—No debió haber mantenido esto en secreto, debió haber sido honesta. No importaba cuán infeliz se sintiera al respecto, no debió haber ocultado este asunto por el bien de los niños —se quejó la señora Yu.

Zhuang Zijin bajó la mirada. Si hubiera sabido algo, no lo habría mantenido en secreto, pues ella quería que los niños tuvieran un padre. No obstante, Lin Xinyan le había dicho que estuvo con un hombre nativo esa noche. Ya habían pasado muchos años desde aquel incidente y

nadie había sacado el tema a colación después de eso.

Zhuang Zijin nunca pensó que pudiera haber sido Zong Jinghao. Tampoco se lo explicó nunca a la señora Yu, pues era un asunto privado de su hija y no era apropiado que ella se lo dijera, por lo que se podría decir que fue un malentendido. La señora Yu vio que Zhuang Zijin no se sentía cómoda con el tema, por lo que dejó de hablar de ello.

En el exterior, el viento era suave y la luz de la luna era tenue. Lin Xichen estaba sentado en silencio en el auto, mirando hacia afuera de la ventana. De vez en cuando, jalaba la playera de su hermana y la reconfortaba.

-Pronto veremos a mami.

Zong Jinghao observó el comportamiento de Lin Xichen a través del espejo retrovisor, pasó saliva y sintió la garganta oprimida. No importaba lo inteligente que fuera ese niño, solo tenía cinco años, era sensato y sabía cuidar a su hermana. Tan sensato era, que hacía que el corazón de Zong Jinghao se rompiera. Él todavía recordaba que el niño se había puesto en peligro con tal de vengar a Lin

Xinyan y hasta ahora no se había recuperado de la herida que aquello le había provocado en la cabeza.

«Este niño...» No había palabras que pudiera encontrar para describir el sentimiento que tenía en ese momento. Él era un hombre maduro y estable, pero ahora, no podía hallar la compostura.

Pronto llegaron a LEO, donde la puerta de la entrada estaba cerrada y en la tienda no había luces encendidas. Lin Xinyan no estaba allí. Zong Jinghao miró la hora; habían pasado dos horas desde ella le dijo que llegaría, así que, si no estaba en la tienda, ¿en dónde estaba?

Entonces, sacó su teléfono y marcó el número de Lin Xinyan.

-Lo sentimos, el número que usted marcó no está disponible. Por favor llame más tarde.

Él frunció el ceño y recordó las acciones de Lin Xinyan, quien había estado actuando diferente a como siempre lo hacía. Ese día, se alejó de la multitud para ir a llorar sola en un rincón. «¿Qué sucedió?» Cuanto más lo pensaba, más ansioso se sentía; por lo tanto, buscó el número de Guan Jing, pero se detuvo para después buscar el de Shen Peichuan.

Parecía que el hecho de que no pudiera contactar a Lin Xinyan y la repentina aparición de Shen Xiuqing fueran hechos que estaban conectados.

Shen Peichuan estaba investigando el caso de Shen Xiuqing, por lo que le resultaría más conveniente investigar si existía una relación entre la aparición de Shen Xiuqing y el hecho de que Zong Jinghao no pudiera ponerse en contacto con Lin Xinyan. Poco tiempo después, se conectó la llamada.

—¿En dónde estás?

Shen Peichuan se quedó perplejo por un segundo al percibir la ansiedad de Zong Jinghao a través de la llamada, lo cual lo sorprendió, pues no era algo a lo que estuviera acostumbrado. Volvió a mirar al médico forense que estaba realizando la autopsia.

-Estoy en la morgue revisando la causa de muerte de

Shen Xiuqing -le dijo.

Zong Jinghao colgó la llamada. Estuvo a punto de irse, pero recordó que los niños estaban en el asiento trasero. No podía llevarlos a esos sucios lugares.

-¿En dónde está mi mami? —Lin Xichen parpadeó.

La puerta de la entrada estaba cerrada y no había señales de su madre, pero Zong Jinghao no sabía cómo explicárselo.

-Primero los llevaré a ustedes a casa y luego buscaré a mami, ¿sí?

Lin Xichen frunció el ceño, uno parecido al que Zong Jinghao había hecho justo antes.

-¿En dónde está mi mami? -preguntó de nuevo el niño. Lin Xinyan era una mujer adulta, no podía haberse perdido.

«¿Se habrá metido en problemas?» Cuando Lin Xichen pensó en esto, contuvo la respiración—. ¿Mi mami está perdida? ¿No puedes encontrarla?

Ese niño era tan observador, que Zong Jinghao no podía ocultarle nada.

-La encontraré -le dijo él, mirándolo con una expresión decisiva en sus ojos.

Lin Xichen apretó sus pequeños puños y sus ojos se enrojecieron.

—Es mi hermana.

Era como si el niño le estuviera advirtiendo que era suya y que él no podía besarla.

-Es mi hija.

—Pero nunca la crió.

Zong Jinghao había perdido de nuevo; luego, pensó en Lin Xinyan y le ordenó al niño:

—Cuida a tu hermana.

—Lo haré.

Zong Jinghao quería acercarse y darle unas palmadas en la cabeza, pero no lo hizo, sino que solo los miró de nuevo antes de darse la vuelta y salir de la habitación.

Como nadie había cenado, la señora Yu preparó algo de comida y cuando vio que Zong Jinghao iba de salida, le dijo:

-Venga a comer.

-Los niños están en la habitación, por favor cuídalos -ordenó Zong Jinghao.

No estaba de humor para comer en ese momento.

-De acuerdo -respondió la señora Yu- No se preocupe, los cuidaré bien.

Zong Jinghao miró la puerta cerrada de la casa y salió de la villa. Mientras caminaba, llamó a Guan Jing; poco después, la llamada se conectó.

-Busca a algunos guardaespaldas de confianza y mándalos a la villa.

La repentina desaparición de Lin Xinyan lo hizo creer que ese no era un asunto simple. Los niños estaban en la villa y él no se sentiría tranquilo hasta que hubiera alguien que se asegurara de que estuvieran a salvo allí.

-De acuerdo. ¿Para cuándo los necesita?

-Para esta misma noche.

«Eso es pronto.» Guan Jing torció los labios. «Es demasiado pronto.»

-¿Por qué? ¿Es muy complicado para ti hacerlo? -dijo Zong Jinghao con un tono frío.

—Los conseguiré en una hora. -Luán Jing se calmó.

Zong Jinghao colgó el teléfono y se dirigió hacia la estación de policía de la ciudad B.

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