Enamorándome de ti romance Capítulo 155

A esa hora, todos en la familia He ya se habían ¡do a la cama. La enorme casa estaba iluminada con luces tenues y estaba en silencio, excepto por el ocasional sonido del crujir de las hojas.

Shen Peichuan se acercó a Zong Jinghao para detenerlo, temiendo que pudiera actuar de manera imprudente.

—Es posible que no la encuentres aquí ahora.

-¿Me estás pidiendo que espere? ¡Entre más tiempo pase, peor será para ella! —Sus ojos estaban enrojecidos.

He Ruilin ya había tratado de matar a Lin Xinyan en un accidente automovilístico. Si lograban atraparla esta vez, él no se atrevía a imaginar las consecuencias y lo único que podía hacer en ese momento, era obligar a la familia He a que entregaran a su hija.

Shen Peichuan estaba anonadado y le soltó la mano poco a poco. Él nunca había visto esas ansias en Zong Jinghao.

—Déjame este trabajo a mí —susurró Shen Peichuan.

Inmediatamente después, pateó la puerta, provocando un ruido metálico y despertando a las criaturas que rondaban por ahí. He Wenhuai estaba dormido, pero se despertó por aquel estruendo, mientras que Xia Zhenyu se levantó y encendió la mesa de noche que se encontraba a un lado de la cama.

—¿Qué fue ese ruido?

He Wenhuai no se movió; tenía los ojos entrecerrados y parecía muy adormilado, se sintió disgustado porque aquel fuerte ruido lo hubiera despertado.

-Supongo que fue un trueno -dijo con ambigüedad.

Y después de decir esto, cerró los ojos para volver a dormirse. Sin embargo, Xia Zhenyu no creyó que fuera un trueno, puesto que el día estuvo soleado y era imposible que hubiera truenos esa noche.

-No pienses demasiado en eso, nadie se atrevería a patear la puerta.

Xia Zhenyu lo pensó por un momento y luego decidió que He Wenhuai tenía razón. Nadie podría estar ahí en medio de la noche y ningún ladrón se atrevería a irrumpir en su hogar; además, con el avance tecnológico, la prevención contra incendios y robos estaba bien desarrollada. Así, Xia Zhenyu apagó la luz, se acostó, se arropó y se quedó dormida entre los brazos de su esposo.

—¿Todos son cerdos?

Shen Peichuan pateó la puerta todavía más fuerte esta vez y el ensordecedor ruido metálico provocó que las aves volaran de allí. Shen Peichuan adquirió estas habilidades gracias a un verdadero trabajo duro, por lo que era muy fuerte.

—Ese no es un trueno. —Esta vez, Xia Zhenyu escuchó el estrépito con claridad, así que volvió a levantarse y encendió la lámpara-. Parece que viene de la puerta.

He Wenhuai también se levantó y la sábana se deslizó sobre su vientre.

—¿Por qué hay personas aquí a esta hora?

-Iré a revisar. -Xia Zhenyu se levantó y bajó las escaleras.

He Ruixing también se había levantado, y al ver a su madre, le preguntó:

—¿También escuchaste el ruido que vino de la puerta?

Xia Zhenyu asintió con la cabeza.

-Ve a dormir, yo iré a revisar -dijo He Ruixing a su madre y caminó hacia la puerta con su chamarra puesta.

Abrió y dio unos pasos hacia afuera; bajo la tenue luz amarilla del patio, apenas alcanzó a ver que alguien estaba en la puerta y se acercó corriendo. Al llegar allí, quitó el seguro y abrió, pero antes de que tuviera tiempo de ver quién estaba afuera, recibió una patada que lo tomó con la guardia baja y que hizo que cayera de espaldas en el suelo después de tambalearse hacia atrás.

Shen Peichuan iba a patear la puerta, pero de manera inesperada, esta se abrió; por lo tanto, aquella patada cayó en el cuerpo de He Ruixing, quien se cubrió el abdomen, molesto porque lo habían pateado de una forma tan

repentina.

-¿Quiénes son? ¿Tienen ganas de morirse? ¿Saben en dónde están? ¿Cómo se atreven a causar problemas?

He Ruixing se cubrió el estómago y se levantó del piso, mirando a esas dos siluetas que estaban a contra luz. Shen Peichuan se acercó a él, por lo que He Ruixing frunció el ceño al ver aquel rostro con claridad.

-¿Tú? -Entrecerró los ojos-. No creas que solo porque eres un funcionario público puedes irrumpir en el hogar de otros sin su permiso y molestar a las personas que allí habitan. Esto es un delito y tú estás quebrantando la ley. ¿Quieres perder tu trabajo?

-Solo hago cumplir la ley de manera imparcial -se burló Shen Peichuan.

He Ruixing se sintió un poco inquieto cuando escuchó esta respuesta, pues sabía quién era ese hombre. «¿A qué se refiere?» Shen Peichuan no era un hombre común y además, era muy ingenioso, sacó su teléfono y reprodujo un video para él.

-¿Ella es tu hermana?

-¿Qué? -He Wenhuai se tambaleó e incluso se enojó más que He Ruixing, así que golpeó el balaustre tan fuerte que se le entumeció la palma de la mano-. ¡Qué chica tan rebelde!

«¿Yo la reconocí como mi hija?»

He Ruilin todavía tenía su pijama puesto cuando el sirviente la despertó. Vio los rostros de su padre y su hermano, que estaban en la sala de estar y quienes tenían una mirada horrorosa en sus rostros.

—¿Qué pasó? -preguntó ella.

-¿Y tienes la audacia de preguntarlo? -He Ruixing la miró con desdén-. Están afuera. Deberías ir a explicarles tú.

-Bien. Ruixing, por cierto, te alteras muy rápido. ¿Te enojas por algo tan simple como esto? -He Ruilin estaba muy tranquila.

—¡Ya es suficiente! —gritó He Wenhuai—. Más te vale que no tengas nada que ver con este asunto. Si causas problemas de nuevo, ¡te romperé una pierna!

-No puedes esperar a golpearme hasta matarme, ¿verdad? —dijo He Ruilin con una mueca; luego, se dio la vuelta y caminó hacia la puerta, parecía que no había tomado en serio aquellas palabras.

-Papá, mira su actitud. -El rostro de He Ruixing estaba ruborizado por el coraje.

-¿Tú crees que yo no estoy enojado? -He Wenhuai resopló—. Si hubiera sabido que iba a causar desastres, la hubiera ahorcado hasta matarla cuando nació. ¡No! ¡Ni siquiera la habría dejado nacer!

He Ruilin arrugó los labios mientras escuchaba la irritada voz de su padre que estaba dentro de la casa. Se había decepcionado de todos ellos desde hacía mucho tiempo, pero aun así se sintió molesta al escuchar esas palabras. Como era de esperarse, las familias adineradas priorizaban los intereses personales antes que cualquier otra cosa.

«¡Eso del amor en familia es una tontería!»

La noche era triste. He Ruilin caminó hacia la puerta y miró a dos personas que estaban allí de pie y, a pesar de que estaban a contra luz, pudo reconocer a Zong Jinghao, quien estaba de pie entre la oscuridad. No podía ver su expresión con claridad, tan solo vio un vago contorno de su rostro.

«¿Viene a interrogarme después de saber que Lin Xinyan está desaparecida, sin que le importe su imagen ni su tiempo? ¿De verdad le importa tanto esa mujer?»

De pronto, He Ruilin comenzó a reírse a carcajadas y Shen Peichuan frunció el ceño.

-¿De qué te ríes?

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