Enamorándome de ti romance Capítulo 161

Mientras tanto, las pestañas de Lin Xinyan se agitaron un poco y pronto abrió los ojos con lentitud. Todo lo que la rodeaba le resultaba desconocido, así que se incorporó y se sentó de manera abrupta. La habitación era pequeña y estaba amueblada de manera sencilla, tenía una distribución que parecía la de un edificio de dos pisos en una zona rural.

«¿Por qué estoy aquí?» De repente, su corazón dio un vuelco. Recordaba haber recibido un mensaje de texto en el que se mencionaba a Lin Xichen y a Lin Ruixi, por lo que ella temió que esa persona lastimara a sus hijos. Esta fue la razón por la que tomó la iniciativa de contactar al remitente de los mensajes, quien le había pedido que se vieran en una casa de alquiler...

-Esta droga es capaz de destruir los nervios del cerebro humano. Después de que reciba la inyección, le provocará alucinaciones y confusión en la memoria.

De pronto, cuando Lin Xinyan escuchó la voz de un hombre, se volvió para mirar de dónde provenía y, a través de las cortinas, apenas pudo ver a dos figuras que estaban de pie afuera en el balcón. A juzgar por la altura y la voz de los individuos, pudo suponer que ambos eran hombres, así que sujetó con fuerza las sábanas bajo su cuerpo.

«¿Quiénes son ellos? ¿Qué están tratando de hacer?»

En el balcón del segundo piso, estaba un doctor con una bata blanca; él era la persona que había hablado hacía un momento. Desde allí, He Ruize miraba la no muy distante ladera en tanto parecía dudar de algo.

—Si quiere que olvide el pasado, no tiene otra opción -dijo el doctor al percibir su vacilación.

He Ruize se quedó en silencio por un momento, como si hubiera decidido algo.

-De acuerdo, dele la inyección —dijo después.

«Esa voz...»

Los dos hombres se movieron y abrieron la puerta del balcón para entrar en la habitación. Lin Xinyan no tuvo tiempo de pensarlo más, así que se quedó recostada con los ojos cerrados y pretendiendo estar dormida mientras le temblaban las manos que aún estaban bajo la sábana.

«Estaban hablando de inyectar una droga. ¿Es para mí? Después de que me la pongan, ¿tendré confusión de memoria e incluso me olvidaré de mi pasado? No, no, no debo perder la memoria.»

Entonces, sintió que alguien le frotaba algo de alcohol en su brazo. El miedo que tenía se profundizó; de pronto, cuando decidió abrir los ojos, se encontró con un rostro confuso, pero familiar. «He Ruize. ¿No estaba en la cárcel? ¿Por qué está aquí?» Tenía demasiadas preguntas, pero no podía hacer ninguna. En ese momento, debía asegurarse de que no la inyectaran con aquella droga.

He Ruize no esperaba que se despertara de manera tan repentina, por lo que no supo qué hacer.

—Van...

Ella miró al hombre que estaba de pie junto a su cama, quien tenía una jeringa en la mano y miró sus manos mientras las apretaba con fuerza, llena de horror.

-¿Quién es usted?

Por un momento, esta pregunta tomó por sorpresa a He Ruize.

—Van, soy yo.

-Me... ¿me conoce? —Lin Xinyan se acurrucó en la cama, con un aspecto que era evidentemente defensivo.

He Ruize miró al doctor de manera inquisitiva, como si le preguntara qué era lo que estaba sucediendo. «¿Por qué Lin Xinyan mostraría señales de pérdida de la memoria antes de que se le inyecte la droga?» El doctor tampoco sabía lo que estaba pasando.

—Necesito revisarla primero para saber qué es lo que anda mal.

-¿No me recuerdas? -preguntó He Ruize después de inclinarse para mirarla.

~¿Qu¡...? ¿quién es usted? ¿Me conoce? -respondió Lin Xinyan llena de pánico.

-Por supuesto que te conozco. Siempre me llamas «hermano», ¿no lo recuerdas?

-No lo recuerdo -dijo Lin Xinyan negando con la cabeza y fingiendo no recordar.

-No temas, soy tu familia. Estás herida. ¿Dejarás que este doctor te revise? -He Ruize estiró la mano para alisar su desaliñado cabello.

Sin embargo, Lin Xinyan volteó la cabeza para esquivar su mano, era obvio que estaba resistiéndose al tacto de aquel hombre. He Ruize detuvo su mano en medio del aire, pero siguió tratando de convencerla.

-Van, soy de tu familia, ¿por qué no me dejas tocarte? Antes, yo era la persona a quien más escuchabas. Se buena y deja que este doctor revise tu herida.

Entonces, colocó su mano en la cabeza de Lin Xinyan y alisó su cabello, pero ella solo se sintió horrorizada y no podía dejar de temblar.

—De... ¿de verdad es parte de mi familia?

-Sí —respondió He Ruize con un tono de afirmación.

Lin Xinyan tenía los ojos tan claros e inocentes como los de un ciervo, lo pensó por un momento y bajó un poco la guardia.

—dijo He Ruize, entregándole la jeringa.

-¿Está seguro de que no le administrará la inyección? -preguntó el doctor después de tomar la jeringa.

He Ruize dudó por un momento y luego asintió, por lo que el doctor colocó la jeringa en la caja de medicamentos.

—De acuerdo, me voy yo primero. Solo llámeme si me necesita.

—De acuerdo.

Por último, antes de cerrar la puerta de la habitación, el doctor miró a Lin Xinyan, quien estaba escondida en la esquina. El corazón de ella dio un vuelco y, en cuanto la puerta se cerró, tomó una actitud más vigilante.

-Mira, ya se fue el doctor, no te inyectará -dijo He Ruize, caminando despacio hacia ella.

—N-no se acerque.

Lin Xinyan sentía pánico y tenía demasiadas preguntas.

«¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué He Ruize está aquí ¿Será esto una conspiración entre él y He Ruilin?»

Ella se había reunido con He Ruilin en esa casa de alquiler y todavía recordaba la sorpresa que se llevó cuando vio que era ella quien le había estado enviando los mensajes.

—¿Te parece raro verme y saber que yo sé lo que te pasó antes? -He Ruilin estaba muy segura de lo que decía y hacía.

-¿Cómo es que sabes con tanta precisión esas cosas sobre mí? -preguntó Lin Xinyan, llena de terror mientras la miraba.

«¿Cuál fue el rol que jugó He Ruilin en el accidente de hace seis años?»

-Ja, ja... -rio He Ruilin-. ¿Que cómo lo sé? Porque yo fui la que te dio dinero cuando vendiste tu cuerpo.

Su risa siniestra era en especial horrorosa entre la tenue luz de aquella casa de alquiler. Lin Xinyan cayó en la desesperación. «Fue He Ruilin quien me dio el dinero esa vez. Entonces, ¿quién era el hombre de aquella noche?»

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