Enamorándome de ti romance Capítulo 172

-Tienes que acostumbrarte. -Su Zhan sonrió y le guiñó un ojo a Shen Peichuan-. Date prisa y empieza tu acto, muéstrale a la señorita Lin las maravillas del mundo.

-Srta. Lin, si de verdad quiere ver las maravillas del mundo, debería acercarse. Es más emocionante cuando se ve de cerca.

—No quiero. —«Lin Xinyan» agitó las manos con pánico al rechazar su contacto.

Pero no le correspondía a ella decidir, puesto que Su Zhan y Shen Peichuan se miraron y la levantaron de la silla, ignorando su lucha. Ella tenía que irse.

—¿No saben quién soy? ¿Cómo se atreven a hacerme esto? -«Lin Xinyan» luchó por liberarse-, ¡Suéltenme!

-Por supuesto que sabemos quién eres y es por eso mismo estamos haciendo esto. Tenemos que entrenar tu valor, Jinghao no necesita una mujer cobarde a su lado.

«Lin Xinyan» no pudo encontrar ninguna palabra para refutar las palabras de Su Zhan; así, fue arrastrada a la sala de interrogatorios. Su Zhan y Shen Peichuan la arrojaron frente a He Ruilin adrede. Sus zapatos estaban empapados de sangre y cuando quiso retirar el pie, He Ruilin la tomó por el tobillo; aunque parecía débil, su agarre era muy fuerte.

-¡Suéltame, suéltame! -«Lin Xinyan» agitó sus pies, presa del pánico y por accidente su pie se estrelló contra la cabeza de He Ruilin.

He Ruilin se desmayó por un segundo.

-¿Cómo te atreves a patearme? -Mostró sus dientes manchados de sangre, su cara estaba pálida y parecía un demonio salido del infierno.

-No lo hice, no lo hice. No quise hacerlo. Fuiste tú quien me agarró. -Las palabras de «Lin Xinyan» eran incoherentes.

He Ruilin tenía un aspecto aterrador, como si ya no fuera una persona viva. A un lado, Shen Peichuan le dio una

patada a He Ruilin.

-¿Qué tiene de malo que la señora Lin te patee?

-Así es. ¿No sabes quién es ella? ¿Crees que porque eres parte de la familia He, no nos atreveríamos a hacerte nada? ¿Estás tan harta de tu vida que te atreves a tocar a la señorita Lin? -Su Zhan puso una mirada arrogante-. ¿Crees que si tienes a la familia He como apoyo, no nos atreveríamos a hacerte nada?

»No estoy exagerando. Si tu familia se atreviera a venir a hablar en tu nombre, los aniquilaríamos a todos. -Mientras hablaba, su mirada fue directo hacia «Lin Xinyan»-. ¿Estoy en lo cierto, señorita Lin?

«Lin Xinyan» no se atrevió a emitir un sonido.

He Ruilin era parte de la familia He y aquí estaba ella, quien no formaba parte de ninguna familia poderos; si descubrían que ella no era Lin Xinyan, entonces... No se atrevió a pensar más allá de esto.

He Ruilin se quedó en silencio mientras caía al suelo por la patada. Todo su cuerpo estaba dolorido. Esa patada de Shen Peichuan casi acaba con su vida, además que estaba desaliñada y avergonzada. Por otro lado, el fraude de Lin Yuhan se estaba ganando la confianza y el respeto de los amigos de mayor confianza de Zong Jinghao.

Estaba furiosa y frustrada. «¿Por qué ella consiguió todo lo bueno?» Se negaba a aceptarlo.

Entonces, tuvo una arcada. La ira ardía en ella y vomitó una bocanada de sangre sobre la pierna de «Lin Xinyan». El líquido caliente se asemejaba a una mano cálida que acariciaba su piel, se sentía entumecida y con cosquillas.

-¡Vete al infierno, vete al infierno! —gritó «Lin Xinyan» conmocionada antes de patear a propósito la cabeza de He Ruilin, con la esperanza de matarla.

Los muertos no tenían secretos y ella no podía dejar vivir a He Ruilin nunca. Shen Peichuan y Su Zhan vieron como ella pateaba la cabeza de He Ruilin varias veces; no fue hasta que He Ruilin estuvo a punto de desmayarse que apartaron a «Lin Xinyan».

-¡Suéltame! ¡veja que la golpee! ¡Me ha hecho daño!

¡Tiene que morir! ¡Rápido, mátenla! ¡Rápido...!

He Ruilin había sido torturada durante días aquí; incluso si no estaba muerta, estaba en camino a hacerlo. No podía defenderse. Si Shen Peichuan y Su Zhan hubieran tardado unos minutos en alejar a Lin Yuhan, podría haber muerto.

«¿Esta mujer quería matarla?»

Quizás era su instinto de supervivencia el que la hacía luchar antes de morir, pero He Ruilin estalló:

—¡Tú no eres Lin Xinyan!

«Lin Xinyan» se congeló durante un segundo.

-Eres una moribunda y sigues diciendo tonterías -dijo con frialdad-. ¡Muere!

He Ruilin parecía aturdida, incluso su tos era silenciosa, solo su cuerpo se sacudía. Zong Jinghao frunció el ceño y Shen Peichuan se agachó para acariciar con suavidad su espalda.

—No va a morir.

Aunque había sido tortuoso, no moriría, dado que sabía controlarse. Zong Jinghao dio un suspiro de alivio y abrió la boca con fuerza. Si ella moría, sería una desventaja para él.

-Dime dónde está Lin Xinyan.

Shen Peichuan la apoyó para que se sentara. Después de un rato, se recompuso y miró poco a poco a «Lin Xinyan», que estaba siendo retenida; ella abrió la boca y sus labios secos se agrietaron, su voz era débil mientras decía:

—Puedo decírtelo, pero tengo una condición.

—Dime cuál es.

Una sonrisa sedienta de sangre apareció en su rostro.

—¡Quiero que ella muera!

-¡Perra, tú eres la que se está muriendo! ¡Muere ahora! -«Lin Xinyan» miró a Zong Jinghao y le explicó a toda prisa—: No la escuches. De verdad soy Lin Xinyan, de verdad lo soy; si la escuchas, ¡estarás cayendo en su trampa! No confíes en sus palabras.

—¡Ciérrenle la boca! —reprendió Shen Peichuan. «¿Acaso eran idiotas?»

Los dos hombres se miraron. ¿Qué había para que le sellaran la boca? No había nada a su alrededor; al final, uno de ellos suspiró y tapó la boca de «Lin Xinyan» con su propia mano. He Ruilin rio, pero su sonrisa no parecía bonita en su cara, sino que era espeluznante; entonces, vio a Lin Yuhan.

—Mírate. Lo único que tienes es una cara parecida a la de Lin Xinyan, pero sin eso eres una completa inútil. Hao no te mantendría cerca.

Lin Yuhan abrió sus ojos inyectados en sangre, parecía que deseaba poder abalanzarse sobre He Ruilin y matarla en el acto. He Ruilin ignoró su mirada y las palabras que pronunció mientras la veía fueron para que otra persona las escuchara.

—No sabes dónde ha llevado mi hermano a Lin Xinyan, ¿verdad? Yo tengo lo que Hao necesita, ¿y tú qué tienes?

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