—¿Quién es?
Era obvio que He Ruize no pensaba abrir la puerta porque no sabía quién estaba detrás de ella. Lin Xinyan se quedó mirando la puerta en tanto su corazón latía cada vez más rápido. ¿Podría ser que Zong Jinghao hubiera encontrado el camino hasta aquí? Estaba llena de esperanza.
El hombre estaba decidido y golpeó con fuerza la puerta unas cuantas veces más.
-Abre la puerta o la romperemos.
He Ruize parecía saber quiénes eran los hombres de afuera.
—¿Por qué están revisando las habitaciones ahora? — maldijo en voz baja; luego, se dio la vuelta para cubrir a Lin Xinyan con una manta y le dio instrucciones-: Espérame. No importa quién sea, no hagas ningún ruido.
Lin Xinyan había oído la silenciosa maldición que lanzó He Ruize, por lo que también sabía que el hombre de afuera no era Zong Jinghao. Para ser sincera, no sabía si él la estaba buscando; tenía demasiadas dudas sobre él porque, después de todo, había muchos muros entre ellos. Todo lo que podía hacer era esperar por él y no revelaría sus pensamientos de fuga delante de He Ruize antes de poder asegurar su huida, entonces ella asintió con obediencia.
-Lo haré.
-Buena chica.
He Ruize le dio una palmadita en la cabeza y se volteó para abrir la puerta; en el momento en que la puerta se abrió, los hombres de fuera entraron furiosos y detrás de ellos había un hombre de aspecto serio y con ropas sencillas.
-Ustedes dos...
-Señor, no se equivoque, somos de la ciudad B y la que está en la cama es mi novia muda. No se encuentra bien. —Mientras hablaba, He Ruize sacó su identificación y bajo ella había un montón de dinero que rondaba los dos mil y se lo entregó a la policía-. Por favor, compruébelo.
El policía agarró la identificación de He Ruize y frotó el montón de dinero con los dedos a sabiendas de cuánto era. En silencio, se lo guardó en el bolsillo y echó un rápido vistazo a la tarjeta de identificación.
-De acuerdo, no están -les dijo a los hombres de afuera; los pocos hombres salieron de la pequeña habitación y el policía principal le recordó antes de salir—: No te quedes en este tipo de moteles. No es seguro, te confundirán.
He Ruize lo despidió y asintió.
-Por supuesto, por supuesto.
-Sé que tu relación con ella no es de prostituta y cliente, porque conozco a todas las prostitutas de esta zona —dijo el hombre en voz baja.
A He Ruize no le gustaron sus palabras directas, pero seguía con una sonrisa en la cara; a fin de cuentas, no era su territorio y no quería meterse en problemas.
-Entiendo.
He Ruize lo despidió y cerró la puerta.
-Los controles anti pornográficos aquí...
Antes de que terminara sus palabras, se dio cuenta de que la persona que estaba en la cama había desaparecido y la ventana junto a la cama estaba abierta, así que se le borró la sonrisa de la cara y se acercó con rapidez a mirar por la ventana.
Debajo de la ventana había una pequeña cornisa; no parecía que fuera un diseño original, parecía que hubiera sido añadido. Justo como había dicho el policía, este tipo de moteles eran lugares de prostitución y la policía solía comprobar en estos lugares. Para escapar con rapidez, las ventanas de este motel tenían unas pequeñas repisas debajo de ellas. Aunque había una pequeña cornisa por la que podía bajar, era un largo camino hacia abajo y Lin Xinyan se había torcido el tobillo al saltar, no podría correr muy rápido.
-¡Lin Xinyan! -gritó furioso He Ruize al ver su figura
—¡No me hagas odiarte!
-¿No me odias ya? Ya me has odiado, así que no tengo otra opción. ¿Quieres venir como una buena chica o debo atraparte?
Lin Xinyan sonrió mientras sus labios secos se agrietaban.
—¡Moriré antes que ir contigo!
Ella corrió hacia la luz, pues se había dado cuenta de que había agua allí ya que la luz se había reflejado en ella. Cuando se acercó, se dio cuenta de que su suposición era correcta. Era un río.
—Lin Xinyan, ¿estás loca? No sabes nadar.
He Ruize por fin se dio cuenta de cuál era su plan; entonces, Lin Xinyan lo miró y sus labios se curvaron hacia arriba.
—Y sé que tú tampoco sabes nadar.
Se lanzó sin dudarlo, dejando que el agua saliera por todas partes. Prefería morir antes que ser atrapada por He Ruize, que tampoco sabía nadar. Si tenía suerte, podría escapar.
—¡Mujer loca! —He Ruize corrió hacia la orilla del río, cuya corriente era fuerte y parecía profunda; además, sus orillas estaban llenas de maleza; quería saltar, pero estaba tan traumatizado por haberse ahogado en su infancia, que no se atrevió a dar un paso. He Ruize apretó las manos-, ¡Nadie puede impedir que quieras morir!
El agua era profunda y la corriente del río era fuerte. Lin Xinyan no sabía nadar y había bebido mucha agua, aunque había visto una vez en la televisión que no debía respirar en el agua puesto que se ahogaría y moriría si sus pulmones se llenaban con agua. No obstante, si la bebía, podría seguir viviendo.
Aunque la esperanza era escasa, no podía rendirse, pues sus hijos la esperaban.
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