Enamorándome de ti romance Capítulo 183

-Estoy seguro de que fue mami quien llamó -dijo Lin Xichen con confianza.

Cuando Shen Peichuan miró a Zong Jinghao y sus miradas se encontraron.

—¿Puedes identificar la ubicación? —preguntó Zong Jinghao.

—Como la llamada fue corta no podemos saber la ubicación exacta, pero todavía podemos averiguarla con el número de área -dijo Shen Peichuan.

—Si la llamo de nuevo utilizando el número, ¿podremos identificar la ubicación exacta? -Lin Xichen no pudo ocultar su emoción ya que deseaba encontrar a mami lo más pronto posible.

Zong Jinghao tiró de su pequeña mano y lo tomó en sus brazos. Quería moverse, pero él lo tomó por los hombros.

-Si tu mami no está cautiva, es seguro que te contactará; considerando que cuando entró la llamada, no dijo una palabra e incluso escuchaste a un extraño hablar, eso indica que la tienen cautiva. Si la llamas ahora mismo, el hombre malo puede moverla a otro lugar.

Lin Xichen estuvo de acuerdo. Si no tenían cautiva a mami, en definitiva, lo contactaría; como no lo había vuelto a hacer, debía estar bajo vigilancia.

-¿Qué debería hacer ahora? -preguntó Lin Xichen con nerviosismo.

—Siempre y cuando esté yo aquí, podremos de encontrarla. No te preocupes.

Zong Jinghao logró desviar la atención de Lin Xichen con éxito, pues estaba demasiado concentrado en encontrar a mami y se olvidó que estaba en los brazos de Zong Jinghao. Shen Peichuan los miró en silencio antes de hablar.

-Le diré al chofer a dónde nos dirigimos.

Una vez que basaron el número de teléfono de Lin Xinyan, descubrieron a qué área pertenecía. Aunque el área era enorme, estarían más cerca de donde estaba Lin Xinyan oculta y sería útil para que la localizaran.

-Hmm —dijo Zong Jinghao con calma.

-¿Podremos encontrar a mami? -preguntó Lin Xichen.

—Lo haremos —contestó Zong Jinghao de manera afirmativa con la firme creencia que la encontraría y la traería de regreso.

-Estaremos entrando a un área de descanso pronto para llenar el auto —dijo Shen Peichuan al entrar—. Podemos llevar a Xichen y a Ruixi afuera por algo de aire fresco.

Era aburrido quedarse en el auto. Pese a que el auto tenía todo lo que tenían en casa, todavía era un vehículo sin espacio. Lin Xichen se puso de pie.

—Saldré del auto contigo primero —dijo Lin Xichen.

-Está bien. -Shen Peichuan sostuvo su mano y dijo-: Déjame tomar tu mano.

Lin Xichen era obediente y sostuvo su mano.

-Cuídalo -le instruyó Zong Jinghao.

El área de descanso estaba llena de gente de todo tipo.

—Entendido. -Shen Peichuan lo miró.

¿Por qué hablaba mucho ahora desde que se había convertido en padre? ¿No podía un adulto como él cuidar a un niño? Pero no dijo nada, ya que sabía que Zong Jinghao lo decía porque amaba a su hijo.

—Veamos si hay un lugar para que descansemos.

Shen Peichuan sacó a Lin Xichen del auto, mientras Zong Jinghao volvió al auto para llevar a su hija. La pequeña niña todavía estaba durmiendo profundamente y su rostro se veía rojo. Cuando se inclinó para cargarla, se despertó en el momento en el que la tocó, por lo que abrió sus somnolientos y enormes ojos.

-Papi -dijo en voz baja cuando se dio cuenta que era él.

El corazón de Zong Jinghao se derritió cuando lo llamó así.

-Salgamos del auto por algo de aire fresco -dijo tras besarle la frente.

La chica se sentía renovada cuando escuchó que podían bajar del auto.

-¿Podemos comprar algo?

-Sí -dijo Zong Jinghao con cariño después de pincharle la nariz a su hija.

La pequeña niña se rio con felicidad. Como el cabello de Lin Ruixi era un desastre, Zong Jinghao quiso ayudarla a peinar su cabello; sin embargo, tan pronto empezó a peinarlo, la expresión facial de la pequeña niña cambio mientras se quejaba.

—Duele.

Zong Jinghao nunca había hecho algo así antes, así que de inmediato retiró su mano y bajó el cepillo.

-Papi nunca peinó el cabello de alguien más antes.

Lin Ruixi miró en el espejo. Aunque su cabello era un pequeño desastre, no quería que su padre peinara su cabello por ella.

—Papi, ¿peinaste mi cabello porque crees que soy fea? -dijo con un mohín.

-No. Mi hija es la niña más hermosa y nadie se le compara. —Zong Jinghao estaba sorprendido por un momento antes de hablar, tomó a su hija y dijo-: No peinaré tu cabello.

Zong Jinghao no se había recuperado después de que su hija lo besara. Todavía había algo de saliva cuando tocó su rostro. No pensaba que fuera sucio, pero sentía que era prueba que su hija lo amaba, así que se sintió alegre, se puso de pie y le entregó la botella de jugo. Después de tomar la botella de jugo, Lin Ruixi corrió hacia la caja y se lo entregó al pequeño.

-Tómalo como un regalo.

-No compramos esto -dijo incómoda la madre del pequeño niño.

-Mi papi pagará por él -dijo Lin Ruixi mientras estiraba la mano con determinación y miraba al pequeño niño con sus grandes y brillantes ojos.

El niño era algo delgado y estaba vistiendo un suéter rasgado de color blanco y negro que no se veía de marca o nuevo, pero se veía limpio. El pequeño niño la miró, pero no estiró sus manos. Aunque ella se veía un poco desaliñada, pero todavía podía notar que era probable que la pequeña niña viniera de una familia adinerada.

Considerando que parecía inocente y no sabía cómo funcionaba el mundo, podía ser una niña que amaban y cuidaban desde que había nacido. Solo aquellos que nunca habían experimentado algún sufrimiento en la vida no sabrían sobre lo difícil que era la vida y lo malvado que podían ser un humano, y tal vez esa era la razón de que todavía tuviera un par de ojos tan claros como el cristal.

-Gracias, pero está bien —dijo él con cortesía.

-¿No lo quieres? —Lin Ruixi parpadeó mientras preguntaba.

—Lo quiero, pero me esforzaré yo mismo para conseguirlo. —Después de terminar de hablar, el pequeño niño sostuvo la mano de su madre-, Mami, vámonos.

La madre pagó por la botella de agua mineral y se marchó con su hijo. Lin Ruixi estaba inmóvil y se sintió perdida cuando vio al niño. ¿Ella hizo algo mal? ¿Se equivocó?

Como habían rechazado a Lin Ruixi, comenzó a preguntarse si en verdad había hecho algo mal y esa interrogante rondó su cabeza una y otra vez.

Zong Jinghao tomó a su hija, la peinó.

-Ruixi, ¿estás molesta? -intentó reconfortarla.

Lin Ruixi asintió.

-Quería dárselo como un regalo porque pensé que en verdad lo quería, pero, ¿por qué lo rechazó?

Zong Jinghao entrecerró los ojos cuando miró por la

ventana y vio al par de madre e hijo frente a la parada de autobús. Podía sentir que el niño era orgulloso y que tenía la fortaleza para ser un hombre capaz cuando creciera.

—Ruixi, la sinceridad no siempre es recíproca y tampoco lo es la amabilidad.

Sabía que su hija era amable y simpatizó con el pequeño niño que quería algo que no podía tener, pero a sus ojos, aquella amabilidad hacia él fue vista como lástima. Por eso, él no quería aceptar su lástima. Zong Jinghao acarició la cabeza de su hija y dijo:

—Tu mami te protegió muy bien.

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