Enamorándome de ti romance Capítulo 201

Su Zhan comenzó a ponerse nervioso. «Qin Ya es cercana a Lin Xinyan, ¿cómo le voy a explicar esto a ella?»

—No llores —dijo Su Zhan, acercándose a Qin Ya y colocando una mano en su hombro.

—¡Aléjate de mí! No quiero verte otra vez, ¡asqueroso bastardo! —exclamó ella, alejándolo de inmediato.

Cuanto más pensaba en la noche anterior, su estómago más se revolvía y su cuerpo se estremecía. La expresión de Su Zhan cambió por un segundo, pero logró evitar que su temperamento estallara. En efecto, como hombre, no estaría en el lado de la derrota; después de todo, aquella había sido la primera vez de Qin Ya, no la de él. Cuando el tesoro más grande de una mujer le era arrebatado, tenía sentido que se sintiera consternada por ello.

—Estaba afuera y era ella quien estaba tocando la puerta —dijo Su Zhan tratando de tranquilizarla para que pudieran seguir ocupándose de su dilema.

De manera abrupta, Qin Ya dejó de llorar y levantó sus ojos hinchados para verlo.

—¿Cómo?

«¡Esto es tan vergonzoso!» Y entonces, se enterró entre las sábanas, deseando que la tierra se abriera y la tragara justo en ese momento.

—No entres en pánico —dijo Su Zhan, tratando de tranquilizarla—. ¿Por qué no fingimos que estamos saliendo?

Eso sería mucho mejor que exponer el hecho de que habían tenido una noche de sexo casual. De ese modo, si fingían ser amantes, no sería sorpresivo que tuvieran intimidad de vez en cuando; eso tendría mucho sentido.

—¡No te atrevas! —gritó Qin Ya, lanzándole una almohada directo a la cabeza—. Si no hubieras hecho que me embriagara, esto no habría pasado…

Su Zhan atrapó la almohada que ella le arrojó y le tapó la boca con una mano.

—¡Cállate! ¿Quieres que todos se enteren de que dormimos juntos anoche? —Qin Ya lo dudó por un momento; no quería que eso pasara, puesto que sería muy vergonzoso, entonces él le hizo una propuesta—: Por ahora, hay que pretender que somos amantes, ya después encontraremos un pretexto para decir que rompimos. De esa manera, no será para nada vergonzoso. ¿Qué opinas?

Él sabía que ella no quería que nadie supiera acerca de eso, por lo que decidió sacar de nuevo el tema de fingir que eran pareja. Lo primero que tenían que hacer era engañar a Lin Xinyan. Qin Ya lo pensó por un rato, pero no dijo ni una palabra, a lo que Su Zhan dio un gran suspiro. «¿Por qué esta mujer es tan obstinada?»

—Bien, soy un hombre, así que una noche de sexo casual no es importante para mí. Solo les diré a todos que bebimos mucho anoche y que terminamos juntos en la cama —dijo Su Zhan, fingiendo que abriría la puerta.

Qin Ya entró en pánico. Él envolvió su mano alrededor de la manija de la puerta y quería darle la vuelta, pero en ese momento Qin Ya lo detuvo.

—¡Espera!

Mientras lo reflexionaba, concluyó que lo que le había propuesto Su Zhan tenía sentido, ya que el hecho de fingir que eran amantes sería mucho menos humillante que tener que confesarle a todos los que conocían que habían tenido una noche de sexo casual.

—Voy a fingir que soy tu novia —dijo Qin Ya, armándose de todo el valor que tenía.

Su Zhan se sintió aliviado. Sin embargo, cuando abrió la puerta, no había nadie afuera; cuando asomó la cabeza, se dio cuenta de que Lin Xinyan ya había regresado a su habitación.

Lin Xinyan pensó que estaba actuando de una forma demasiado precipitada y que no debió haber interrumpido a esa hora. No importaba la relación que tenían, no debió haber invadido su privacidad. Estaba demasiado conmocionada como para asimilar la situación y, como se dio cuenta de lo estúpido que sonaba su plan, se fue poco después. De cualquier modo, no sabía cómo enfrentar a ese hombre.

—¿Cuñada? —la llamó Su Zhan; Lin Xinyan se dio la vuelta y vio que Su Zhan estaba asomando la cabeza por la puerta de su habitación—. Necesito decirte algo más tarde, en el desayuno.

Lin Xinyan asintió; después, abrió la puerta de su habitación. Quería salir por algo de aire fresco, pero todo lo que había pasado la había hecho cambiar de opinión y comenzó a preguntarse de qué quería hablar Su Zhan. «¿Será algo relacionado con él y Qin Ya?» Lin Xinyan se desplomó en un lado de su cama, las cortinas de la habitación estaban cerradas y reinaba la oscuridad. «Qin Ya es una chica recatada y no es como que conozca a Su Zhan desde hace mucho tiempo, entonces, ¿por qué…?»

Lo primero de lo que Zong Jinghao se percató cuando se despertó, fue que Lin Xinyan estaba sentada en un lado de la cama y que ya estaba vestida.

—¿En qué piensas? —preguntó él, mientras se daba la vuelta y rodeaba su esbelta cintura con sus brazos, arrastrándola a su abrazo.

Lin Xinyan se dejó caer encima de él y este enterró su rostro en el pliegue de su cuello, oliendo su dulce aroma y besándola con pasión.

—¿Qué haces despierta tan temprano, eh? —preguntó con su voz matutina rasposa.

—¡Estoy hablando en serio! Si sigues haciéndote el tonto, me voy a enfadar —dijo ella, apartando el rostro de Zong Jinghao, quien levantó la mirada de una manera inocente.

«¿En qué momento me rebajé a este nivel?» Alzó los ojos para ver techo mientras se lamentaba en silencio sobre lo desafortunado que era.

—Entonces voy a ir a preguntarle a Shen Peichuan —dijo Lin Xinyan, haciendo un movimiento para levantarse, no sin antes ser retenida por Zong Jinghao una vez más.

«Lo siento, hermano, tengo una esposa que calmar.»

—Estuvo devastado después de haber terminado con su primer amor, por lo que no ha tenido ninguna relación formal desde hace ya un tiempo. Quizás ahora si lo esté tomando en serio, o bien… —Miró a Lin Xinyan en vez de completar su frase en voz alta; después de eso, se sumergió de nuevo en el cuerpo de la mujer—. Nunca he hecho eso.

Después de que Zong Jinghao se hizo cargo de la empresa, le había invertido toda su energía. Ninguna mujer había logrado que se enamorara antes y él tampoco tenía tiempo para eso.

—Compénsamelo —murmuró él, presionando sus labios en el pecho de Lin Xinyan.

Su piel era suave y delicada como la porcelana, en especial en esa zona. Cuando ella inhalaba, él podía sentir la firmeza de aquellos dos montículos presionando su rostro, lo cual se sintió muy cómodo. Un dudoso ataque de energía se apoderaba de su cuerpo, haciendo que sus músculos se contrajeran y sentía como si pudiera morir de eso cualquier día. Para un hombre, el momento más vulnerable siempre sería la mañana, sin mencionar el hecho de que él tenía a su amada mujer justo enfrente. Su respiración se hizo más profunda y comenzó a llamarla por su nombre.

—Yan…

—No me gustan los hombres que solo piensan en sexo todo el día.

Zong Jinghao enmudeció, pues las palabras de Lin Xinyan le habían caído como un manto húmedo y aquella sensación sofocó el ardiente deseo que había dentro de él, sin dejar viva una sola chispa; así, se dio la vuelta y se quedó mirando el techo.

—Un día me voy a morir por tu culpa.

Él no sabía por qué tenía tantas ganas de tener intimidad con ella, pero seducirla para que se fuera a la cama con él era casi imposible.

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