Enamorándome de ti romance Capítulo 67

Al escuchar las palabras de Lin Xinyan, el hombre, quien en un principio estaba cansado, se congeló por un momento. Luego, enderezó su cuerpo y se recargó sobre el auto.

-¿No puedo venir a ver a mi esposa? -dijo con una leve risa.

Lin Xinyan frunció el ceño. «¿Cómo puede ser tan desvergonzado? ¡Estamos divorciados!» Zong Jinghao todavía parecía indiferente e imprudente.

-No me molestaría que entremos y le digamos a tu hijo de nuestra relación...

-¿Qué es lo que quieres con exactitud? -Lin Xinyan estaba enfadada.

«¿Qué clase de canalla es este hombre?»

La sonrisa que había en el rostro de Zong Jinghao se desvaneció de pronto.

—Si no quieres que entre a tu casa a ver a tu hijo, entonces ven conmigo.

Lin Xinyan se quedó allí de pie, paralizada. Lo pensó por mucho tiempo, pues sabía que Lin Xichen era un niño sensible; después del último incidente, el pequeño se comportaba muy hostil con él. Si le permitía entrar, ¿cómo podría hablarle de su verdadera identidad?

Zong Jinghao tenía la visión un poco borrosa, por lo que cerró los ojos, pero aun así no pudo ver con claridad.

-Mi tiempo y mi paciencia tienen un límite -dijo él con voz ronca.

Lin Xinyan movió sus pesadas piernas, mientras él esperaba muy paciente y calmado; cada vez que ella se acercaba más, el contorno en su rostro se esclarecía. Dejando de lado su actitud taimada y de hombre de negocios, se veía sincero y amable en una manera indescriptible, puesto que su rostro no era tan rígido como sus palabras y también había cierto toque de suavidad en él.

Lin Xinyan nunca lo había visto así, pero en su interior, sabía que él siempre sería igual y que nunca cambiaría.

-Por favor, no vengas a perturbar mi vida, ¿de acuerdo? — dijo ella con un tono implorante, apretando sus manos para tranquilizarse.

Zong Jinghao levantó la vista y miró a la mujer que tenía enfrente.

-¿Estás rogándome? —Luego, puso una débil sonrisa, y continuó-: Debes mostrarte sincera cuando ruegas. ¿Con qué vas a pagarme? ¿Con tu cuerpo?

«¿De qué está hablando? ¿Cree que soy una mujer fácil? Es verdad que perdí la inocencia cuando tenía 18 años, pero eso no significa que sea una mujer casquivana.»

Lin Xinyan tenía una mirada severa, era obvio que estaba furiosa, pues al mismo tiempo, los hombros le temblaban con intensidad, y el tono de su voz también cambió poco a poco.

-¿Eres un canalla?

Sus mejillas se tensaron a causa del enojo, mientras las venas azules sobresalían de su cuello; unos cuantos mechones de cabello suelto cerca de sus orejas cayeron sobre su cuello, añadiendo de alguna manera un toque de feminidad a su apariencia.

La manzana de Adán de Zong Jinghao subía y bajaba mientras pensaba que quizás estaba loco. De verdad le gustaba verla enfadada, por lo que se acercó para rodearla por la cintura con su brazo, jalándola del cuerpo para colocarlo entre sus brazos. Después de volver en sí, ella no dejó de luchar, golpeando el pecho de él con sus manos.

-¡Suéltame!

Sin embargo, Zong Jinghao solo lanzó un gruñido y, en vez de soltarla, ejerció todavía más fuerza sobre el brazo que tenía en la cintura de Lin Xinyan y le agarró las inquietas manos.

—Ya basta -susurró.

Lin Xinyan le clavó la mirada. «¿Por qué viene a perturbar mi vida? Solo quiero vivir en paz con mis hijos, ¿es mucho

pedir?»

-Estoy cansado. -Zong Jinghao reposó su barbilla en el hombro de la mujer, mientras sus fosas nasales se llenaban con el olor de un débil perfume, ya que tenía su rostro enterrado en el cuello de Lin Xinyan; entonces, dijo con voz profunda-: Búscame un lugar para que pueda descansar.

En realidad estaba muy cansado. Fue entonces cuando Lin Xinyan se dio cuenta de que el hombre tenía ojeras, y que no tenía tanta fortaleza en su cuerpo como antes, pues se sentía algo débil.

-No... ¿no te sientes bien? -Él respondió en voz baja, en señal de acuerdo. Lin Xinyan se sintió dudosa, pero al final, no tuvo el valor para ignorarlo—. Te buscaré un hotel, ¿sí?

-De acuerdo.

Tanto el recepcionista como Zong Jinghao se quedaron sin palabras. «¿Ahora resulta que los ricos son muy obstinados?» El recepcionista hizo los arreglos en la computadora, y después de un largo rato, levantó la cabeza y preguntó:

—¿Hay alguna contraseña?

Lin Xinyan lo golpeó de casualidad en el abdomen. Él había estado sintiendo dolor en el pecho debido a sus golpes, pero ahora, incluso le dolía el abdomen, haciendo que sintiera que se moría.

-No.

-Sin contraseña.

El recepcionista deslizó la tarjeta en la terminal y se la entregó a Lin Xinyan junto con la llave de la habitación.

-La habitación está en el último piso, es la número 888. Es la suite presidencial que incluye los servicios

especiales y tiene un costo total de 108,000.

«¿Cien mil por una noche?» Lin Xinyan se encogió de hombros. «Es demasiado caro.» Por fortuna, no era su dinero el que estaba gastando. Lin Xinyan puso de vuelta la tarjeta en el bolsillo del pantalón Zong Jinghao. Después, lo ayudó a entrar al elevador para subir al último piso y al salir, lo ayudó también a encontrar la habitación 888.

Cuando la encontraron, deslizó la llave para abrir la puerta, provocando un tintineo. Lin Xinyan abrió la puerta y vio dos candelabros de cristal gigantes que colgaban del techo rojo con dorado, los cuales emitían una luz deslumbrante, mientras sus pendientes de cristal desprendían una sensación de magnificencia y nobleza. Había ventanales al frente que tenían una vista de toda la capital y, por dentro, había cortinas de franela. También había un sofá de estilo europeo color rojo intenso en medio de la sala de estar. Era una habitación espaciosa, con sillas exquisitas y armarios; todo era lujoso, como un palacio occidental.

Lin Xinyan pensó: «Es verdad lo que dicen acerca de que obtenemos aquello por lo que pagamos.» Luego, ayudó a Zong Jinghao a entrar y empujó la puerta del baño para abrirla. Adentro, pudieron apreciar la cabecera color rojo oscuro, el taburete, el pie de cama, la alfombra blanca y la ropa de cama de seda con ribetes dorados. Todo aquello transmitía un impacto visual y un goce físico de gran lujo.

Lin Xinyan lo arrojó a la cama, puesto que ya estaba agotada. Él cayó sobre las vestiduras de la cama y frunció el ceño, ya que sintió que su herida se había dañado.

-Descansa bien. Te conseguí el mejor servicio, así que tendrás una noche agradable. Yo ya me voy.

Luego, Lin Xinyan se dio la vuelta...

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