Como no obtuvo una respuesta, se dio la vuelta.
-Ya... -No obstante, la persona que estaba detrás de ella no era quien esperaba ver; de hecho, era alguien a quien menos esperaba—, ¿Por qué estás aquí?
Lin Xinyan enroscó los dedos y apretó el lápiz con fuerza. Zong Jinghao miró alrededor de la habitación, la cual tenía una temática blanca y minimalista.
—¿Aquí es donde trabajas?
Él caminó hacia las ventanas francesas y miró al exterior; por su parte, Lin Xinyan dejó el lápiz en la mesa y se puso de pie.
—Te estoy hablando.
Zong Jinghao se volvió y la miró.
-Es obvio que estoy aquí por ti -rio con suavidad.
Lin Xinyan se agarró con fuerza de la esquina de la mesa que estaba detrás de ella, y lo miró con fijeza, esperando ver cuáles eran sus verdaderas intenciones, pero no podía percibir nada. «¿Qué es lo que quiere?»
-Te reuniste con la señora William, ¿verdad? -preguntó más bien como si estuviera afirmando.
No podía pensar en alguien más que quisiera obligarla a regresar a aquel lugar. Zong Jinghao se acercó, abrió la silla que estaba detrás de ella y se sentó.
—Sí -respondió con honestidad.
-¿Por qué? -dijo Lin Xinyan casi gritando.
No podía entender por qué él quería hacer eso.
-No hay razón. -Zong Jinghao la tomó por la cintura y la jaló hacia él hasta que la sentó en su regazo; Lin Xinyan estaba indispuesta y luchó por liberarse—. Estoy herido.
-¿Y eso qué tiene que ver conmigo? -dijo Lin Xinyan.
—¿No te da curiosidad saber qué fue lo que le di a la señora William? —suspiró Zong Jinghao.
En efecto, Lin Xinyan tenía curiosidad. «¿Qué clase de objeto fue el que hizo que la señora William quebrantara su propia regla?»
—¿Qué fue lo que le diste? —preguntó ella.
-Trabajas en LEO, debes haber escuchado del esposo de la señora William, el señor William.
Zong Jinghao le acarició la espalda, tratando de calmarla. Lin Xinyan asintió.
-He escuchado algo de él. Da la impresión de que se amaban mucho; por desgracia, el señor William falleció cuando era joven y ella nunca se volvió a casar.
-¿Sabes a qué se dedicaba el señor William?
Zong Jinghao logró atraer su atención con ese tema, pues Lin Xinyan no tenía idea, y sacudió la cabeza. Él la abrazó de la cintura e hizo que se sentara, pero ella se resistía,
indispuesta.
—Estoy herido, ¿no puedes quedarte quieta? —dijo Zong Jinghao en voz baja.
Lin Xinyan estaba molesta. «¿No se da cuenta de lo inapropiado que es esto? ¿Que esto es algo íntimo? ¿Por qué siempre lo hace?»
—El señor William era un diseñador de joyas —dijo él.
Sorprendida, Lin Xinyan levantó una ceja. «¡El señor William era un diseñador de joyas!»
-¿Y eso qué tiene que ver con lo que le diste a la señora William?
Lin Xinyan estaba no podía comprender la relación que aquello podía tener.
—Cuando el señor y la señora William se conocieron, ella todavía era una diseñadora de modas desconocida. Todo pasó en la primera ocasión en que sus diseños se presentaron en el escenario de una conferencia de modas.
Por casualidad, el señor William también asistió a ese evento...
-¿Y allí se conocieron? —Lin Xinyan pudo imaginar la escena-. Debió haber sido romántico.
Un rastro de envidia cruzó por los ojos de Lin Xinyan. Alguna vez deseó el amor, pero ya había perdido la oportunidad y el derecho de tenerlo. En ese momento era una madre soltera. Zong Jinghao pudo ver la envidia en sus ojos y apretó las manos contra su cintura.
conseguiste?
En ese momento, el collar fue ofertado por un hombre que lo había comprado para su esposa. Ese hombre era un inteligente empresario a quien nunca le faltó el dinero. Así, después de que el señor William falleció, su esposa estuvo buscando el collar y aunque descubrió que aquella familia lo tenía, ellos nunca quisieron vendérselo, por mucho que ella les ofrecía.
No obstante, resultaba ser que Zong Jinghao tenía relaciones de negocios con dicho hombre y fue entonces que Lin Xinyan comprendió lo que estaba ocurriendo.
Zong Jinghao le dio lo que quería a la señora William y por eso ella había accedido a abrir una nueva sucursal. De pronto, Lin Xinyan se dio cuenta de que se había desviado del tema, se sentía confundida no por lo el objeto que Zong Jinghao le había dado a la señora William, sino porque no sabía por qué él quería que ella regresara a aquel país. «¿Qué obtendrá él? ¿Qué es lo que en verdad quiere?»
Lin Xinyan entonces se dio cuenta de que se había sentado en su regazo mientras le hablaba, así que se puso de pie enseguida y preguntó:
—¿Qué es lo que quieres?
Zong Jinghao resintió la repentina soltura de su arrumaco y la miró.
-¿Qué querría más que tú?
-¿Por qué yo?
-¿Por qué no quieres regresar? -Zong Jinghao cambió su tono amable a uno mordaz-. ¿Hay algo allá que te cause tristeza?
-No -negó Lin Xinyan de manera instintiva.
—¿Entonces por qué te da tanto miedo regresar?
-¿Quién tiene miedo?
Zong Jinghao sonrió, satisfecho.
Si no tienes miedo, ¿por qué estás tan inquieta?
Lin Xinyan se dio cuenta de que estuvo inmersa en su mente al estar frente a él. Ella nunca admitiría que ese hombre siempre había tenido el poder de perturbar sus pensamientos.
-¿Qué te hizo pensar que estoy inquieta? —fingió estar relajada.
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