Enamorándome de ti romance Capítulo 98

«¿Lin Guoan? ¿Qué hace él aquí?»

Lin Xinyan abrió la puerta sin perder el tiempo, parecía haber recordado algo así que se dio la vuelta para mirar a Zong Jinghao.

—Retrocede un poco. Me da miedo que mi mamá no se alegre de vernos.

Zong Jinghao también había visto las personas que estaban en frente. Él había sido quien mencionó lo del divorcio la última vez y por eso era normal que a Zhuang Zijin no le agradara. Además, Lin Guoan estaba ahí, así que sería inadecuado que él apareciera frente a ellos y expresó un suave murmullo en respuesta.

Su mirada entonces aterrizó en la pequeña niña que Zhuang Zijin sujetaba en sus brazos. Tenía el cabello negro acomodado en dos trenzas y la cara blanca, combinado con sus cejas arqueadas y sus ojos vidriosos parecía una muñeca delicada. Se veía adorable. Después pasó la mirada hacia Lin Xinyan y, sin darse cuenta, sostuvo el volante con fuerza. No podía decir nada más que sus hijos tenían buenos genes. El niño era listo y la niña era adorable.

—No tienes tan mala suerte después de todo.

A pesar de que su padre la había abandonado, aún tenía a su madre y ahora tenía dos niños hermosos.

—¿Qué? —Lin Xinyan lo miró confundida.

Sus palabras salieron de pronto y ella no sabía a lo que él se referiría. Zong Jinghao le acomodó una parte del cabello detrás de la oreja ya que le había estado cayendo en la cara.

—Nada. Ve con ellos.

Lin Xinyan se quedó atónita por un momento y luego asintió con la cabeza.

—Ya me voy. —Cerró la puerta del auto y se apresuró en dirección hacia Zhuang Zijin, empujando a Lin Guoan y se paró frente a su madre mirándolo de frente-, ¿Qué estás

haciendo aquí?

-Van... —Lin Guoan la miró con ambas manos a los costados—. Papá estaba equivocado.

Hace seis años, Lin Yuhan había escapado con el dinero. Shen Xiuqing aún seguía en prisión por haber lastimado a alguien. Cada vez que él pasaba por momentos difíciles era su hija a la que él siempre ignoraba la que lo ayudaba. Sin importar si él estuviera bien o mal, Lin Xinyan ya no quería hacerse responsable por él ya que se sentía en paz, tal como cualquier persona que ha dejado atrás viejos asuntos.

-Te pido que desde ahora ya no nos molestes.

Ella cargó a su hijo mientras Lin Ruixi estaba en los brazos de su abuela, pero Lin Guoan corrió tras ellas.

—Van.

—Si sigues así, llamaré a la policía.

La expresión en el rostro de Lin Xinyan se volvió fría. Lin Guoan miró a Lin Xichen en sus brazos y sus ojos enrojecieron al preguntar: —¿Es tu hijo?

-Sí -respondió Lin Xinyan impaciente.

-Se ve muy lindo, tal como tú. -Lin Guoan arrastró sus pies-. Solo vine a ver a tu madre. Nada más.

Él miró a Zhuang Zijin y dijo:

-Supe que habías regresado, así que puedes buscarme si necesitas algo -dijo él y después se apresuró para sacar una tarjeta de bolsillo y entregársela a Lin Xinyan, pero no la recibió. Lin Guoan parecía estresado-. Solo... trátenme como a un amigo. ¿Qué tal si un día me necesitan?

Lin Xinyan lo miró.

Después de todos estos años, él se veía mucho más viejo y había canas en su cabello. Ella se había ido con tanta prisa ese año que ni siquiera supo que él estaba teniendo problemas. Lin Xinyan se acercó para recibir la tarjeta, por lo que Lin Guoan sonrió y se hizo a un lado al instante para cederles el paso. Sus cuidadosas acciones parecían humildes como si fuera un niño que había hecho algo malo y se sentía arrepentido. Sería una mentira negar que no sentía nada al respecto.

Él era su padre, su padre biológico, su misma sangre corría por sus venas.

-¡Qué falso! —Zhuang Zijin jaló a su hija—. Vámonos. No te dejes engañar.

Zhuang Zijin odiaba a Lin Guoan, pues no lo podría perdonar. Lin Xinyan se dio la vuelta con un toque de melancolía en el rostro y siguió a su madre.

-¿Cómo te lo encontraste? -le preguntó Lin Xinyan en el pasillo.

-Estábamos esperando un taxi cuando salimos del acuario y ahí nos vimos, él me siguió hablando y preguntando si los niños eran tuyos. Yo no quería que él te molestara, pero tampoco esperaba que nos siguiera hasta acá.

Cuando Zhuang Zijin hablaba sobre ese hombre no había una sonrisa en su rostro, solo odio. Lin Xinyan sabía lo mucho que su padre había herido a su madre así que permaneció en silencio, aunque también le resultaba incómodo.

Con el paso de los años, sus pensamientos solo se habían enfocado en los niños, así que había alejado tantas cosas del pasado. Shen Xiuqing estaba en prisión y su adorada hija lo había traicionado. El karma lo había alcanzado.

-No tienes permitido contactarlo -dijo Zhuang Zijin.

Desde que los niños habían nacido, Zhuang Zijin había estado ocupada ayudándola a cuidarlos, por lo que había estado tan ocupada que no había podido pensar en el pasado. Al ver a Lin Guoan hoy, ella debía hacer pensado cosas de antes.

Lin Xinyan sostuvo a los niños en cada mano, entró en la sala, tomó su teléfono y preguntó:

—¿De cuál pizza quieren?

-Durián. -Lin Ruixi sostuvo la mano de su madre y respondió en todo dulce—: Quiero comer pizza de durián.

—De acuerdo. —Lin Xinyan agregó la orden y miró a su hijo -. ¿Y tú qué vas a querer, Xichen?

—Queso. -Lin Xichen miró a su mamá—. A mami le gusta.

Lin Xinyan levantó la mirada hacia su hijo.

—¿Por qué estás tratando de sobornarme? No hagas cosas pensando para que esté contenta porque no me haré responsable después. Si no quieres admitir que hiciste mal, no te voy a devolver tus cosas.

Lin Xichen suspiró. Estaba desesperado, sus planes habían sido descubiertos en un segundo. Después de que

Lin Xinyan ordenó la pizza, bajó su teléfono.

-Xichen ve con tu hermana a jugar en tu habitación. Yo iré a ver a su abuela.

-Está bien. -Lin Xichen era excepcionalmente obediente, pero se seguía preguntando cuando su madre le regresaría sus cosas—. Mami, ¿puedo tomar un vaso de jugo primero?

Él estaba sediento.

-Espera.

Lin Xinyan sirvió dos vasos en la cocina. En su casa, el jugo era recién exprimido, así que no tenía conservadores y era saludable. Después de darle jugo a los niños, Lin Xinyan fue a la habitación de su madre, sostuvo la perilla de la puerta, le dio la vuelta y la empujó con delicadeza.

Ella estaba...

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