Sostuvo la perilla de la puerta, le dio la vuelta y la empujó con delicadeza; miró a Zuang Zijin sentada en la esquina de la cama, llorando en voz baja. Lin Xinyan cerró la puerta después de entrar. Al escuchar el ruido, Zhuang Zijin se limpió a prisa el rostro.
—¿Qué haces aquí? Deberías estas cuidando a los niños.
—Vine a verte. -Lin Xinyan se acercó para abrazarla—. Mamá, es mejor que no pensemos en las cosas del pasado. —Ella enterró la cara en el hombro de Zhuang Zijin -. Yo te voy a cuidar cuando seas más grande. Y cuando yo sea más grande, Lin Xichen me va a cuidar...
—¿De qué estás hablando? -Zhuang Zijin palmeó la espalda de su hija-. Aún eres muy joven y el doctor He es un buen hombre.
Lin Xinyan pasó los dedos por su cabello, pues temía que su madre dijera esas palabras.
—Yan.
—Mamá.
Ella sabía lo que su mamá estaba a punto de decir. Al principio, ella quería aceptar a He Ruize, pero ahora parecía que lo estaba dudando. Si iba a investigar sobre el accidente, entonces no podría estar con él.
-Mamá, la madre de He Ruize una vez me buscó.
-¿Qué? -Zhuang Zijin estaba sorprendida, así que sostuvo el hombro de su hija y la miró-. ¿Y por qué razón te buscaba?
Lin Xinyan frunció los labios, queriendo olvidarse de esa idea, así que dijo con honestidad:
—Fue hace seis años. Ella nos vio juntos y creyó que estábamos enamorados, por eso me buscó para decirme que no era apropiada para su hijo. Solo alguien con antecedentes similares a los suyos podía estar con él. -Zhuang Zijin abrió la boca, pero ninguna palabra logró salir. Por fin, sus lágrimas descendieron—. Mamá, ¿por qué estás llorando otra vez?
Lin Xinyan se acercó para limpiarle las lágrimas y le tomó un rato desviar su atención. ¿Por qué estaba llorando de nuevo?
—¿Cómo no podría estar triste? —Se sentía así cada vez que su hija revivía el pasado-. Si no hubiera sido por mí en esa época...
-Mamá, es mejor que no volvamos a hablar del pasado, ¿de acuerdo? -Lin Xinyan sabía que estaba preocupada y le explicó con paciencia-: No estoy enamorada de He Ruize; aun si me casara con él, no sería feliz, mamá.
Lin Xinyan sostuvo su mano.
-¿Quieres que sea feliz ahora, verdad?
—Claro.
Hasta en sus sueños Zhuang Zijin quería que su hija fuera feliz y aún era joven, así que debería tener un buen hombre a quien amar.
—¿Confías en mí?
-Por supuesto. -Zhuang Zijin miró a su hija-. Para mí, tú eres la mejor.
Su hija había llegado hasta aquí. Durante todo su camino, ella había sufrido y ahora tenía su propia carrera. Para ella, su hija era la mejor.
-Si crees en mí, entonces no deberías preocuparte por mi matrimonio. Lo haré cuando sea necesario.
Lin Xinyan aprovechó la oportunidad para convencer a Zhuang Zijin ya que no quería que se preocupara todos los días por su matrimonio. Eso solo las estresaría a ambas y sentía que se sentiría así por su culpa.
—Mamá, tengo 24 años, aún soy joven. Aún me falta un largo camino por recorrer. Tal vez conozca a un hombre que no le importe que yo ya tenga hijos y que esté dispuesto a cuidarlos conmigo.
Zhuang Zijin no estaba segura.
-¿De verdad?
¿Quién puede ver el futuro con claridad?
-Tal vez sí, así que si lo sigues repitiendo me voy a estresar y no voy a buscar con cuidado. Esa persona debe aceptar a mis hijos o no podré estar con él. —Lin Xinyan quería decirle a Zhuang Zijin lo que también pensaba hoy.
Zhuang Zijin sabía lo importantes que eran esos dos niños para ella, era evidente que ella había renunciado a su vida por los niños.
-Está bien, ya no voy a decir nada sobre eso. Llegará a su tiempo. —Zhuang Zijin peinó el cabello de su hija con los dedos—. No voy a presionarte.
Después del incidente de He Ruize, ella por fin había llegado a una conclusión: para una persona como Lin Xinyan, su familia sería el mayor impedimento cuando un hombre la amaba.
«¿Quién querría que su hijo se casara con una mujer que ya tiene dos hijos?»
Ella entendía porque la madre de He Ruize no estaba de acuerdo con eso y, con el tipo de familia que ellos tenían, quería buscar a alguien con un estatus similar. Sin embargo, su hija había sido atrapada.
Lin Xinyan se sentía mucho más aliviada ahora que Zhuang Zijin le había prometido eso. Ella se había sentido estresada debido a la constante insistencia de su madre y ya no se atrevía a hablar con ella por temor a que lo mencionara de nuevo, pero ahora estaba resuelto.
En ese momento, el timbre sonó y Lin Xinyan se levantó.
-Debe ser la pizza.
Lin Xichen miró a su hermana y suspiró por dentro. «Esta niña solo quiere que le digan cosas lindas todo el día.»
—¡Vaya! —dijo Lin Ruixi emocionada—. Entonces Xichen es un gran glotón, él no sabe hacer nada más que comer.
Lin Xichen se quedó sin palabras. Mientras tanto, Zhuang Zijin estaba entretenida por esos dos niños y su humor había mejorado un poco.
-La abuela dice que eres una glotona. —Lin Xichen puso una rebanada de pizza durián en el plato de su hermana.
—Sí, pero tú también lo eres, por eso te digo ese cumplido. -Lin Ruixi tomó la pizza después de que su hermano se la dio y la mordió, después respondió con alegría-: ¡Qué rico!
Lin Xichen tenía una mirada impotente en el rostro mientras miraba a su hermana y luego le preguntó a Lin Xinyan:
-Mami, ¿a quién se parece Ruixi?
La habitación se quedó en silencio.
-Por supuesto que a mí, yo les di a luz a ambos. -Lin Xinyan le acercó un vaso de leche a su hijo-. No hables cuando comas.
Las comisuras de los labios de Lin Xichen se fueron hacia abajo.
Después de la cena, Lin Xinyan limpió la mesa. Lin Ruixi estaba molestando a Zhuang Zijin para que salieran a caminar. Entonces Lin Xichen entró en silencio a la cocina y abrazó la pierna de Lin Xinyan.
-Mami, ¿me puedes regresar mi tableta y mi smartwatch? -le preguntó con un tono dulce.
-Dime, ¿ya vas a admitir que te equivocaste?
Lin Xinyan bajó la mirada y vio a su hijo, quien se sintió desanimado.
—No importa.
Él no se iba a dar por vencido para vengarse de aquel hombre despiadado. En comparación con haberlos abandonado, todo lo que él había hecho era avergonzarlo en público por un momento. Ellos aún estaban del lado perdedor. Lin Xichen dejó en paz a su madre y corrió a su habitación.
Ella no sabía a quién le había heredado ese carácter, por lo que suspiró y bajó el vaso que sostenía entre sus manos y después se las lavó. Quería hablar con Lln Xichen ya que se parecía demasiado a Zong Jinghao y eso la hacía sentir ansiosa.
Cuando se acercó a la puerta de la habitación de su hijo, el teléfono en su bolsillo sonó y ella lo sacó para después de ver el nombre en la pantalla, antes de liberar un profundo suspiro.
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