Enséñame el placer romance Capítulo 13

Narra Amelia.

—¡Oye!—le grite a Daniel cuando me lanzó agua. Estabamos nadando y disfrutando del sol. Me aferre a él, lo envolví con mis brazos 

—¿Te estas divirtiendo?— preguntó apartando un poco de mi cabello mojado de mi cara, se acercó más, su erección estaba clavandose en mí.

—Más de lo que jamás hubiera creído posible—respondí.

Puse mis labios en los suyos y le demostré lo agradecida que estaba. Realmente solo hemos estado aquí unas horas, pero todo ha sido perfecto. Cuando desperte me besó suavemente por todas partes. Después del desayuno. Me puse el bikini y salte a la playa y aquí estabamos ahora. Salimos del agua y nos secamos con las toallas.

—Puede que tenga que ponerte más protector solar. No quiero que te quemes el primer día aquí —dijo colocando un beso cariñoso en mi hombro.

—Pero ya me puse protector solar una vez—proteste.

—Eres terca ¿quieres que te de una leccion? —preguntó con una expresión oscura en su rostro. No dije nada solo sonreí—.Me di cuenta, por cierto—agregó viendo mis senos, fue cuando me di cuenta a que se refería. Luego tiró de la cuerda alrededor de mi cuello, que era la parte superior de mi bikini, este cayó revelando mis senos. El traje de baño me quedaba un poco ajustado, mis senos se habían agrandado desde que tenía dieciséis—.Deberías tener cuidado con llevarme la contraria. Sabes lo que pasa cuando pierdo el control. Y tu coño necesita descansar un poco antes de que te haga correrte de nuevo —añadió antes de llevarse mi pezón a la boca. Deje caer la cabeza hacia atrás, olvide por completo que estaba a punto de hacer una rabieta por tener que aplicarme el protector solar. Soltó un pezón, luego fue por el otro—. ¿Recuerdas esa fiesta de piscina en tu casa hace tres años? —preguntó.

—Si —respondí en un jadeo. Él se llevó de nuevo el pezon a la boca, chupando aún más fuerte.

—Ese fue el día en que empece a verte como algo más que la hija de mi amigo—confesó—.Me masturbé tantas veces pensando en esto, odiándome a mí mismo cada segundo, queriendo lo que no debería—agregó.

Recorde ese dia, había saltado a la piscina haciendo que la parte superior de mi traje de baño se resbalara. Estaba completamente avergonzada por eso. Daniel podría estar un poco molesto por los sentimientos que tenía por mí en ese entonces, pero nunca me tocó hasta ahora que tengo dieciocho y yo podía tomar mi propia decisión acerca de querer ser suya. Y lo había deseado durante años. Ahora yo poseía una parte de él. No podía pensar en él con otra mujer cuando yo llenaba todos sus pensamientos.

—Ya no tienes que masturbarte. Soy tuya ahora en todos los sentidos. Haré cualquier cosa por ti —le respondí.

—¿Excepto ponerse más protector solar?—bromeó antes de morder mi pezón, haciéndome chillar de nuevo—.Abre tus piernas para mí. Muéstrame lo que tanto quería ver ese día pero no pudo. Recuérdame cómo esos años de espera me consiguieron mi dulce coñito Amelia. Ahora puedo hacer lo que quiera con él por el resto de mi vida—pidió. Me quite la parte inferior de mi bikini ahora estaba completamente desnuda revelándome a él. Toda la propiedad era privada, así que teníamos la libertad de estar en ese estado y hacer lo que desearamos—. Mmm—dijo. El sonido que hizo era casi como un ronroneo mientras se deslizaba por mi cuerpo, su cálido aliento estaba contra mi coño—. Cuando te probé por primera vez, antes de tomar tu virginidad pensé que nada podría saber mejor que tu coño virgen –mencionó haciendo una pausa, lamió un camino pausado por mi coño, haciéndome apretar, queriendo ser llenada —.Pero ahora— continuó—. No estoy tan seguro de que sea cierto, creo que saber todas las cosas sucias que le he hecho hace que sepa mejor—añadió. Fue entonces que su boca se posó sobre mí. Separó más mis piernas, agarrando mis muslos. Sus dedos se clavaron en mi carne y se acercó a mi coño como si no lo hubiese tenido antes. Sabía lo que quería: deseaba que me corriera rápido. No se trataba de burlas y toques suaves. Este era Daniel en una misión para que me corriera por toda su cara. Chupó mi clítoris en su boca y mi espalda se arqueó fuera de la cama. No pude evitar agarrarme de su cabello con mis manos, pero él me dio un golpe en el muslo, haciéndome saber que no tenia el control en este momento. Mi coño era suyo en ese instante y no tenia voz en lo que sucediera. Chupó más fuerte, su lengua jugueteóa con mi clítoris, enviándome al límite. El orgasmo llegó rápido y me golpeó con fuerza, no estaba preparada. Sentí que mi cuerpo se vaciaba y el agotamiento total causado por el día me golpeó. De repente, estaba agotada por el placer. Mis ojos se cerraron, sentí a Daniel moverse por mi cuerpo y jalarme hacia sus brazos. 

—Duerme, necesitas una siesta después de este largo día. Te estás poniendo de mal humor y no quiero tener que azotarte en nuestro primer día aquí. Además, tengo tantos planes para ti esta noche —dijo—. Te lllevaré a cenar—agregó.

Solo pude sonreir antes de dejar que el sueño me venciera. Solo tomaría una pequeña siesta.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Enséñame el placer