Entre Mafias romance Capítulo 43

Mía

Después de meses y meses de terapia puedo decir que he comenzado oficialmente mi recuperación. Todavía no me siento como la antigua Mía, aunque me han dejado claro muchas veces que no debo insistir en volver a ser la misma, todos cambiamos, evolucionamos, y las circunstancias nos convierten en lo que somos.

Ahora soy una Mía nueva, más seria y sensata, más tranquila y con menos expectativas, pero convencida de que la vida merece la pena.

Salí del centro hace un par de meses, y aunque decidí no volver al castillo, Killian me ha ayudado muchísimo, me buscó un apartamento y se encarga de la nómina de Tom, mi psiquiatra, que se ha convertido en mi familia y me alegra tenerlo siempre cerca.

Estoy terminando de hacer las maletas. Necesito salir de Verona, necesito empezar una nueva vida lejos de todo lo que me recuerda lo desgraciada que fuí.

Una tarde Tom y yo abrimos un mapa y empezamos a investigar sobre que lugar sería el ideal, después de pasar toda la tarde aprendiendo lugares que no conocía, los dos coincidimos en que queríamos un lugar tranquilo y relajado y de esta forma llegamos a Obbeggio, un pequeño pueblo con menos de mil habitantes en la parte norte de Italia, está bañado por el lago Maggiore, y más al norte linda con Suiza.

Estoy deseando salir de aquí, dejar todo atrás y comenzar de nuevo. Suena el timbre. Camino hacia la puerta, pero estoy segura de que es Killian, todos los días viene tres o cuatro veces a vernos. Ha cambiado muchísimo, al principio no me fiaba de él, estaba convencida de que en cualquier momento me haría daño de alguna manera, pero los meses fueron pasando y siguió cuidándome, y ahora se ha convertido en mi familia también. Mi familia es rara; un hermano que intentó matarme, mi cuñado que me odiaba a muerte y mi psiquiatra, somos bastante pintorescos, pero me encanta y supongo que con eso es suficiente.

Abro la puerta y lo abrazo.

- Lo tengo todo casi listo.

Deja un beso sobre mi cabeza y entra en la casa con  su brazo todavía rodeando mi espalda.

- Tengo una sorpresa para ti.

Me giro con la cara iluminada. Siempre me han gustado las sorpresas.

- ¿Qué es?

- Pregunta equivocada, la pregunta sería ¿dónde es? - Dice consiguiendo intrigarme aún más - te he conseguido un trabajo de enfermera en el pueblo de al lado,  en Cannero Riviera.

Me tapo la boca emocionada. Estaba segura de que no volvería a cuidar a nadie. No me he sentido preparada para buscar un trabajo y volver a lo que hacía por más que Tom me intentaba convencer, y una vez más Killian me ha dado el empujón que necesitaba.

- ¿Hablas en serio?

- A ver, es una pequeña consulta. No es como los hospitales a los que estas acostumbrada.

Salto sobre él y rodeo su cuello quedándome colgada literalmente, ya que es bastante más alto que yo. Killian ríe conmigo.

Me suelto y me pongo sería. Pasan tantos pensamientos por mi cabeza, tengo tantas cosas que decirle. Mi hermano ha estado a mi lado tambien, pero Killian se volcó completamente para que me recuperara. Le debo la vida. Evitó que saltara del castillo ( no se como pude hacer algo tan drástico) , me buscó ayuda, me ha encontrado una casa en Obbeggio que según dice me voy a enamorar en cuanto la vea y ahora me ayuda a retomar mi trabajo.

- Ni en mil vida podré compensarte por todo lo que has hecho.

Me revuelve el pelo como si fuera un niña pequeña.

- Déjate de dramas pequeñaja y termina la maleta o llegareis tarde.

Terminamos de preparar las maletas. Tom levanta su copa y brinda con Killian, yo lo hago con fanta, sigo tomando medicación y no me dejan beber alcohol. Aunque ya estoy bien casi a todas horas, aún hay momentos que pienso en todo lo que pasó, en mi hijo, en Marcus, en mi padre, incluso en lo roto que está mi hermano. Cuando eso ocurre me cuesta controlarme, es como si una parte de mi se rompiera una y otra vez. La medicación me ayuda a mantener la calma y alivia parte de la depresión que me acompaña desde aquel día...

- Iré a veros antes de que os deis cuenta - Killian nos da un abrazo y recoge mi maleta para ayudarme a meterla en el coche.

- Más te vale si no quieres que vuelva a Verona y te patee el culo.

Tom se monta en el coche mientras me despido de Killian, me da mucha pena irme, pero sé que es lo que tengo que hacer.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Entre Mafias