Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1044

-¡Qué pena siento! -Simón mostró una risa malvada y se acercó bruscamente para besarla.

Un beso de sorpresa puso a Xenia helada, pero él retiró sus labios de inmediato antes de que ella reaccionara.

«Jo... ¡Este diablo me robó otro beso! » Xenia dio un bufido, y luego cambió de tema diciendo,

-Te tengo una noticia importante.

Xenia entonces le contó a Simón la invitación de Naomí a la inauguración, pero él se mantenía inexpresivo mientras seguía frotándose el pelo. Al final dijo,

-Bien, el día me presentaré para felicitarle.

-¿Me permites? -preguntó Simón, girando la cabeza y mirándola.

Xenia tragó saliva inconscientemente al ver su mirada. Al ver que él había olvidado a Naomí, Xenia desistió de ir a la inauguración con él. Sin embargo, en este momento se vio obligada a asentirlo por sus miradas.

Al día siguiente, Diego llamó a Xenia para invitarle a cenar en casa. Teniendo en cuenta que ella misma no se había reunido con su familia por tanto tiempo, Xenia aceptó la invitación.

No obstante, después a ella le vino una duda sobre los motivos de su hermano, porque la invitación era muy repentina. ¿Cómo se le ocurrió invitarla a cenar en ese mismo momento? Además, anoche Naomí le había hablado de la iauguración. ¿Podría haber una conexión entre estos dos acontecimientos? ¿Podría ser que había alguna posibilidad entre Diego y Naomí? Si de verdad era así, ella estaría dispuesta a echarles una mano para que los dos se hicieran novios.

Xenia expresó sus dudas e ideas a Simón, pero éste no compartía la misma dudas. Además, le adevertió diciendo,

-No debes meterte en las relaciones ajenas.

Este advertencia le molestó a Xenia, por lo cual reptrelicó con enfado,

-Simplemente lo dudo. Pero... ¿Cómo ajenas? Diego es mi hermano; Naomí es mi buena hermana, los dos son mis queridos. Sea como sea, yo sí, quiero que los dos sean novios.

En este momento, Simón se acercó a ella y la abrazó de repente. Luego dijo con delicadeza,

-Mi amor, no te insistas. Si tu hermano está interesado en ella, hará su propia jugada. De lo contrario, lo que hagan los demás nunca servirá.

-Hablas como si fuera un veterano -ella susurró bajando la cabeza. Sin embargo la cabeza que acababa de bajar fue levantada por Simón.

-¿Olvidas que también me han obligado a presentarme en citas a ciegas? La práctica hace al maestro.

Xenia estaba un poco confundida sobre lo que él estaba refiriéndose. De repente abrió sus ojos de par en par, muy sorprendida, y exclemó,

-¡No puedo creer! ¿Has recuperado esta parte de memoria?

-Sí, pero solo una pequeña parte -respondió Simón sonriente.

-¿Entonces por qué no me lo dijiste antes? -preguntó ella.

-Quería sorprenderte -Simón dijo con mucha ternura en sus ojos.

La realidad era que aún no se había recuperado del todo y muchas cosas no habían vuelto a él, además estos recuerdos eran muy desordenados, por lo que Simón tenía miedo de que ella no dejara de preguntárselo, o incluso se preocupara. Estaba demasiado embarazada como para preocuparse por eso.

Al oírle decir que quería sorprenderla, Xenia se sintió un poco conmovida por un momento, pero también un poco desconsolada. Ella sabía que Simón había ocultado mucho dolor que sentía para no preocuparla. Mientras el se fingía que no pasaba nada, Xenia le siguió la corriente, fingiendo que no había pasado nada. Hacía lo todo acompañando a él como de costumbre. Para ella la mayor satisfacción era que a Simón no le pasara ningún accidente más en el proceso de recuperación

-¿No habíamos acordado que yo charlaría con mi hermano?

-Sí -Simón respondió-, sigue.

-¿Crees que no me interrumpes si simplemente cumples tus palabras de mantenerse callado?

Simón enarcó sus cejas y actuó como si eso fuera efectivamente lo que pensaba.

Xenia vio lo testarudo que era, así que lo levantó de un tirón, luego se dirigió a Diego y le dijo,

-Diego, tengo que enseñarle algunas cosas. Tú ve a esperarme al estudio, y luego te veo.

Diego asintió inmediatamente y se retiró.

Luego de la retirada de Diego, Xenia intentó llevar a Simón fuera empujándolo mientras le decía,

-Acabas de comer, vete a dar un paseo por el jardín, es bueno para tu digestión.

El cuerpo de Simón solo se desplazó un poco hacia delante algo por los empujones de ella. De subito, agarró sus manos suaves y preguntó a ella, por la suspicacia que tenía,

-¿Tanto tienes que decir a tu hermano? ¿Y no puedes dejarme escuchar?

-Voy a hablarle de Naomí, ¿y tú también vas a escuchar? -Xenia respondió molestada

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