Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1066

Afortunadamente, Xenia no tardó mucho en volver.

Al ver a Xenia, Naomí y Bernabé acudieron a ella muy rápido y se le acercaron.

-Xenia.

-Mamá.

Xenia no había pensado que los vería después de tranquilizarse en el baño, por eso, se asombró un poco.

Había supuesto que Naomí vendría aquí porque ella ya tenía este plan de venir. Pero Xenia se lo impidió.

Finalmente, Naomí vino de improviso.

Xenia le dijo,-Hoy es el primer día en el que la tienda empieza. ¿No hay problemas si vienes aquí directamente?

Naomí frunció el ceño sin decir nada.

-Xenia, no me menciones el comienzo de la tienda. Todo esto no importa ahora.

Xenia sonrió,-¿Por qué no importa? Normalmente no hay problemas si vienes aquí, pero hoy es…

-Ya. Puedo buscar otra si la tienda tiene problemas. Pero ahora estás sola y cómo es posible que yo no venga cuando esto ha pasado. Ya sabemos la situación de Simón. Te acompaño. Siéntate.

Naomí indicó las sillas alrededores y Xenia solo tuvo que asentir con la cabeza.

Los tres se sentaron.

Quizá por el período especial, Bernabé se comportó muy tranquilo. Excepto consolar a Xenia acariciándole el brazo, no dijo nada.

Rafael y Diego mantenían a pie a sus lados cuando los tres estaban en la silla. Y muy pronto se quedaron en silencio.

Ellas no sabían cuándo Simón se despertaría ni qué hacer, pero era imposible completamente que salieran ahora.

El tiempo transcurrió.

Gradualmente, parecía que la temperatura se puso más baja.

Naomí sintió un poco frío, pero no se atrevió a decirlo. Ahora lo que la hacía preocupar más era Xenia.

Al pensar que Xenia estaba embarazada, Naomí dijo,-Xenia, creo que podrías…

-No me digas nada, no volveré.

-Me has malentendido. Yo no quería aconsejarte regresar. Llevamos tantos años siendo buenas amigas, ¿acaso no te conozco? Quería decirte que reserváramos una sala de hospital vecina ya que Simón tendrá que quedarse en el hospital después del examen médico. Habrá camas en la sala de hospital y podrás entrar para dormir.

-Señora Xenia, me parece bien. Usted está débil mientras estamos en el tiempo más frío. Cuando sea la noche, hará más frío. Cuando se despierte el Señor Simón, pero a usted le pase algo, no podremos explicárselo bien.

Era verdad que hacía mucho frío en el pasillo.

Cuando fuera la noche, se sentiría más frío.

Aunque Xenia pudiera soportar el frío, el bebé en su vientre no podría. Además, Xenia estaba con Naomí y Bernabé. No podía dejar sufrir a los tres que estaban acompañándola.

Xenia asintió con la cabeza,-Pues reservamos una.

Como pidieron una sala de hospital de VIP, la sala era independiente y estaba bien equipada. Pero todo el mundo no se duchó porque no había llevado ropa.

Cuando Xenia entró en la sala, se volvió a Rafael y Diego.

Los dos hombres se miraron y dijeron,-Nos quedamos aquí, descansa bien.

Xenia asintió con la cabeza y les dio un vistazo con agradecimiento.

-Os voy a traer manta después.

Naomí también entró en la sala.

Después que los tres se marcharan, Rafael dijo,-Creo que mañana tiene que ir al trabajo, déjelo a mi cargo.

-Te has echado en la cama y no estás bien abrigada, déjamelo.

-Pero…

-Estás embarazada y tienes que cuidarte bien. Hace mucho frío fuera, ¿qué pasaría al bebé si tuvieras resfriado? Déjamelo, soy más fuerte.

Naomí le quitó las mantas y dijo hacia Bernabé,-Bernabé, cuida a tu mamá bien. No la dejes salir.

Xenia no supo qué decir.

Estaba embarazada, ¿ pero por qué parecía que la trataban como niña?

Bernabé se levantó al recibir la orden.

Fijándose en Xenia, él dijo,-Mamá, no puedes salir.

Aunque Xenia se sentía mal, lo que hicieron ahora la hizo querer reír.

***

En el pasillo, Rafael y Diego estaba a pie independientemente. Desde que Xenia y Naomí se fueron, todavía no se habían sentado.

Naomí se sorprendió al verlos siguiendo a pie.

¿No se sentían cansados?

Aparte de esto, en comparación con la interioridad de sala, hacía mucho frío fuera.

Sopló un viento frío y Naomí tembló. Justamente Rafael lo vio todo y frunció el ceño.

-¿Por qué has salido?

-He venido a daros mantas. Hace demasiado frío fuera. Si sentís frío, cubríos y no tengáis resfriado.

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