Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1067

Los dos se acercaron y Rafael extendió la mano para recibir las mantas.

Por la cercanía, Naomí pudo sentir el frío de Rafael.

Rafael tocó la mano de Naomí por accidente cuando recibió las mantas. En comparación con la mano de Naomí, la de Rafael era como hielo.

Pero la de Naomí era caliente y atractiva.

Naomí se sintió un poco embarazosa y en seguida retiró la mano. Rafael se suspendió y tomó las mantas como si no hubiera pasado nada.

Naomí había traído dos mantas para dárselas a los dos. Como no quería hablar nada con Diego, dio las dos a Rafael directamente para que se la entregara una a Diego.

Naomí le preguntó curiosamente,-¿Necesitas agua caliente?

Rafael le lanzó un vistazo, la chica flaca, y la rechazó.

-No hace falta. Basta con manta. Hace frío por la noche. Descansa más temprano y no salgas fuera más.

Ya que Rafael le explicó todo, Naomí no supo qué decir, solo tuvo que asentir con la cabeza y se fue.

De principio a fin, Naomí no echó ningún vistazo a Diego ni habló con él.

Después de que saliera Naomí, Rafael se volvió a Diego, cuyos perfil y mirada estaban escondidos en el sombro. Con la boca fruncida, Diego se veía serio y fuerte.

Sin saber qué había pasado, Rafael sintió enemistad de Diego.

Sea como sea, no tenía que ver con Rafael.

Era Rafael quien rechazó a Naomí.

Considerando esto, Rafael se la lanzó la manta a Diego.

Diego la recogió impasible.

Después de echarle la manta, Rafael dijo con ironía,-Ahora ella no va a molestarte. Has logrado lo que quieres.

En realidad, Diego se sintió celoso, porque la actitud de Naomí había mostrado que ella todavía no lo había olvidado.

Si a ella ya no importara Diego, ella podría entregársela la manta e irse directamente. Pero no le lanzó ninguna palabra, lo que significaba que a ella le importaba Diego.

Últimamente, ella decía que tenía que organizar sus sentimientos.

Pero Rafael también sabía que no era fácil dejar el sentimiento cuando uno estaba enamorado de alguien.

Al escuchar su sarcasmo, Diego levantó la mirada hacia Rafael sin contestarle.

Ella ya no iba a molestarlo…

Desde la vez pasada cuando se vieron, ella se comportaba bien.

La vez pasada ella saludó a Diego muy naturalmente. Pero ahora ni lo saludó ni le echó un vistazo.

Diego se recuperó del humor malo.

Así también estaba bien.

Con la manta lanzada por Rafael, Diego cerró los ojos y se quedó muy molesto.

***

Naomí ya volvió a la sala de hospital. Después de cerrar la puerta, encontró que Xenia y Bernabé seguían despiertos. Ella sonrió y se les acercó.

-¿Todavía no dormís?

-Estoy vigilando a mamá para que no salga.

Xenia no dijo nada.

-¡Qué excusa! Pues no duermes para vigilarla.

-Naomí…

Naomí tomó el móvil y vio la hora.

-Son las seis y media. No se sabe cómo están ellos fuera.

Principalmente Naomí se preocupaba mucho por ellos. Pero como tenía mucho sueño, se durmió. Hacía tanto frío fuera, no se sabía cómo lo aguantaban Rafael y Diego.

-Xenia, vístete. Ahora voy fuera a verlos.

-Vale.

Naomí salió muy rápido. Ahora solo quería alternar porque se había despertado, pero Rafael y Diego se habían quedado toda la noche ahí. Ahora los dos necesitaban descansar y ella debía quedarse.

Pero claro que ella no iba a hablar con Diego.

Pensó que cuando viera a Rafael, le explicaría todo para que transmitiera sus palabras a Diego.

Sin embargo, cuando llegó ahí, solo vio a una persona.

Era guapo y estable.

Era Diego.

No se sabía dónde estaba Rafael. Al ver esto, Naomí tragó saliva y olvidó todo lo que quería decir.

Ya que Rafael no estaba aquí, quería regresar.

Pero cuando iba aquí, se oían los pasos. Si ahora volviera, significaría que…

Naomí se detuvo por dudas.

Para ella, este cuerpo y el perfil eran muy familiares.

Esta cara la había desvelado.

Antes, al ver a Diego, ella había querido acercase para hablar un poco con él. Ahora se escondía de él, pero no había lugar donde ocultarse.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa falsa de Simón