Debido a las palabras de Xenia, Naomí se recuperó.
¿Qué estaba haciendo? Simón todavía no se había despertado, ¿pero ella se sentía triste por sí misma?
¡Era demasiado egoísta!
Enseguida, Naomí empezó a hablar con Xenia,-No te preocupes, Xenia. Aun el señor Simón no se ha despertado, tampoco nos han informado de algo, lo que significa que el señor Simón ha sobrevivido al peligro.
Después de escuchar las palabras consoladoras, pese a que Xenia seguía con ceño fruncido, sonrió hacia Naomí.
-Sí, ya pasa una noche. Muy pronto transcurrirán 24 horas.
A pesar de que no se sabía qué pasaría después de estas 24 horas, Xenia solo quería que Simón pudiera sobrevivir al periodo de observación.
Luego todo el mundo se quedó en silencio y Rafael regresó con desayuno.
-Señora Xenia.
Xenia asintió con la cabeza hacia él. Viendo que Rafael estaba con muchas bolsas, Naomí acudió cuando Xenia quiso ayudarle.
Rafael había traído desayuno para cada uno, pero Xenia no tenía ningún apetito y solo tomó un vaso de leche. Por la exigencia de Naomí, finalmente tomó un sándwich.
Tomando leche de soja, Naomí cogió una empanada y empezó a comerla,-Así está bien. ¿Cómo te engordas si siempre no comes?
Entonces, Xenia miró hacia a Rafael y dijo,-Has velado toda la noche. Después de desayunar, vuelve a descansar. Naomí, vete con Rafael.
Naomí se quedó con ojos abiertos al oírla.
-¿Yo también tengo que irme? ¿Por qué? Necesito quedarme para acompañarte.
-No digas tonterías. Hoy es el segundo día del empiezo de tu tienda. Si no fuera ahí, ¿cómo funcionaría la tienda?
-No importa que la tienda esté cerrada unos días. Si mis fideos son deliciosos, muchos clientes vendrán a comer. Si no quisieran, serían sus pérdidas.
-No, tienes que volver.
-¡No! ¿Si yo volviera, y tú? Estás embarazada y te quedas en el hospital sola, ¡me preocupo por ti! No importa qué me digas, no me iré.
Xenia no supo cómo responderle. Dio la mirada hacia Rafael, queriendo que él le ayudara a convencerla.
Rafael hizo una sonrisa forzada después de recibir su señal.
Las dos eran buenas amigas. Incluso ella no pudo persuadirla, ¿él cómo pudo conseguirlo? Pero finalmente Rafael obedeció la voluntad de Xenia y dijo,-La señora Xenia ha dicho que vuelva. Vuelve. Creo que tiene razón ya que te ha costado mucho abrir la tienda. Si la cierras el día siguiente, vas a perder muchos clientes.
-No importa. Pierdo mis clientes en vez de los tuyos. No te metas.
Rafael tuvo que quedarse en silencio.
“Bueno, no voy a decir nada que la haga enojada“, él pensó.
Era muy colérica.
Xenia comenzó a sentir simpatía por Rafael al ver que Naomí se enfadaba tanto con él solo por unas palabras. Incluso, Xenia pensó si los dos fueran novios en un futuro, Rafael padecería mucho.
Rafael la obedecería todo.
¡Qué interesante!
Xenia sonrió inconscientemente y dijo,-Naomí, no seas tan violenta.
-No soy violenta. Me juzgas con estándar diferente.
-Gracias.
-No es nada. Soy tu buena amiga. Me alegro de que confíes en mí.
Después, Naomí llevó a Bernabé cuando se fue. Y Rafael se encargó de llevarlos a volver. Principalmente, Bernabé no quería irse. Pero al escuchar que Jorge y Raquel vendrían al hospital, salió con Naomí a regañadientes.
Todo se volvió tranquilo después de que se marcharan.
Xenia se sentó sola en la silla del pasillo, con el móvil en la mano.
Raquel ya le había enviado mensajes diciendo que llegaría al hospital a las ocho en punto.
Ahora ya eran casi las ocho, Xenia quería sentarse aquí más.
Pero antes de que Raquel y Jorge llegaran, el médico vino. Xenia le preguntó por Simón y se tranquilizó. Viendo que Xenia seguía muy nerviosa, el médico sonrió hacia ella.
-¿Señora Xenia? Usted no tiene que estar demasiado preocupada. No habrá peligro si el señor Simón pasa el resto del tiempo. Mientras acabo de observarlo un poco, se ve que ya no tiene problema grande. ¿Usted ha velado toda la noche?
-No, eran mis amigos quienes lo hacían. Ahora han vuelto a descansar.
-Ya entiendo. Usted no se ve bien. Tiene que cuidarse, aunque se preocupa por el señor Simón.
-Gracias. Podría preguntarle si después del periodo de peligro, ¿el señor Simón se despertará? ¿O es que solo puede pasar el periodo de peligro después de despertarse?
Sabiendo que los médicos eran muy ocupados y era posible que no tuvieran tiempo para escucharla, Xenia siguió preguntándole porque aparte de esto, no pudo hacer nada más.
Solo pudo tranquilizarse después de saber la respuesta creíble.
Al contrario, el médico no se mostró impaciente al escucharla, sino que levantó las gafas y dijo,-Señora Xenia, ya que ha dicho esto, le voy a contar la verdad. No es la primera vez que encontremos el caso del señor Simón, pero cada caso es diferente.
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