Esposa falsa de Simón romance Capítulo 1132

La Naomí de hoy estaba aún más desesperada que la de la fiesta.

Ya no era aprensiva, ni estaba nerviosa ni asustada cuando se enfrentaba a él, incluso le miraba directamente con sarcasmo y sin miedo.

Le gustaba estar así.

Pero sus palabras no eran lo que Diego quería oír.

Él frunció la ceja y dio un paso adelante muy serio, -Déjame terminar, tengo que explicar lo que pasó la otra noche.

Naomí se cambió de expresión, recordando al instante cómo había cerrado tontamente los ojos y esperado su beso. Pero entonces ella había abierto los ojos sólo para que él la empujara sin piedad.

Diego debió ver la cara que puso y pensó que era estúpida.

Incluso Naomí se sintió humillada.

Empezó a odiarse a sí misma, y si seguía confundida sobre su relación con Diego, nunca sería feliz en su vida.

Ante esto, Naomí dijo con frialdad, -No hace falta que me expliques, recuerdo exactamente lo que pasó.

Diego la miró con calma.

-Estaba borracho esa noche, así que...

-¡Ya basta!

Naomí se tapó de repente los oídos y dio un gran paso atrás, con vagas lágrimas en sus grandes ojos.

-He dicho que no tienes que explicar, ¿qué más quieres?

Diego miró a Naomí, que estaba casi fuera de control, y no sabía qué hacer.

Había intentado explicarle desde aquella noche, pero ella no había acudido, y ahora él estaba aquí y la había esperado todo el día.

Pero ella ni siquiera quería una explicación.

Naomí dijo en voz alta mientras se tapaba los oídos, -Hice muchas cosas que te molestaron antes por mi imprudencia, te prometo que no lo volveré a hacer, si realmente crees que me he pasado, ¡por favor, déjame por el bien de tu hermana!

Naomí salió corriendo sin esperar la respuesta de Diego.

Como estaba tan emocionada, Diego no la detuvo.

Brisa la estaba esperando.

Curiosa y preocupada, se acercó a los dos para escuchar lo que decían, aunque no debería haberlo hecho.

Pero en cuanto se acercó un poco más, se vio sorprendida por el grito excitado de Naomí.

Lo siguiente que vio Brisa fue a su hija derrumbándose y tapándose los oídos mientras le hablaba a gritos al hombre, con muchos curiosos a un lado de la carretera.

Después de eso Naomí huyó.

Brisa sabía que aunque Diego cambiara de opinión algún día, Naomí no querría volver a hablar con él.

Así que, sin siquiera mirar a Diego, la alcanzó a Naomí.

Naomí corrió durante mucho tiempo hasta que se quedó agotada y se detuvo, sentándose en el arcén de la carretera respirando con dificultad, como si le faltara el oxígeno.

Brisa la alcanzó, también jadeando.

-Estoy agotada, Naomí, ¿estás bien?

Las nubes y el cielo seguían siendo los mismos.

Por supuesto, pase lo que pase, la tierra nunca dejará de girar.

Por muy triste que estuviera Naomí, tuvo que enfrentarse a la vida e intentar ganar dinero para pagar sus deudas.

De camino al restaurante, Naomí se detuvo de repente y pensó en la noche anterior.

Fue aquí donde la esperó Diego todo el día.

A mucha gente le podría parecer que era muy atento este hombre.

]Pero había roto el corazón de Naomí por completo.

Ella ya no quería perder su dignidad.

Naomí respiró hondo y se puso a trabajar.

El Grupo Leguizamo

Ayer el señor Diego dejó todo su trabajo y se fue todo el día, Carmen tuvo que encargarse de todo y reorganizar su horario.

Sin embargo, a primera hora de la mañana, Carmen percibió que Diego estaba de mal humor, con una mirada sombría al no responder a nadie.

Carmen se frotó la nariz y dio un paso atrás para mirar la espalda de Diego.

Al haber sido la secretaria de Diego durante tanto tiempo, sabía lo que Diego había hecho ayer.

No parecía que fuera a terminar bien.

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